Zornoza renueva su ‘senado’
● El obispo renueva el consejo presbiteral, que conforman 30 sacerdotes, dos menos que antes
Uno de los órganos que establece el Código de Derecho Canónico en la organización de una Iglesia diocesana es el consejo presbiteral, “un grupo de sacerdotes que sea como el senado del obispo, en representación del presbiterio, cuya misión es ayudar al obispo en el gobierno de la diócesis conforme a la norma del derecho, para proveer lo más posible al bien pastoral de la porción del pueblo de Dios que se le ha encomendado”. Y el obispo Rafael Zornoza acaba de renovar su consejo presbiteral, que ha tomado posesión para los próximos cinco años, que es el período que estipula el derecho canónico.
Una de las curiosidades de este órgano consultor del obispo es que se busca que en él esté representado el espectro más amplio posible de sacerdotes, de forma que haya un representante de cada zona geográfica de la diócesis o de cada colectivo sacerdotal. Así, los hay nombrados en representación de cada arciprestazgo de Cádiz y Ceuta o en representación de los sacerdotes más recientemente ordenados o los jubilados, por citar algunos ejemplos. Igualmente, algunos forman parte del consejo presbiterial por el cargo que ostentan (en cumplimiento del artículo 194 del Código de Derecho Canónico, que establece que hay un grupo de sacerdotes que “deben ser miembros natos, es decir, que pertenecen al consejo en virtud del oficio que tienen encomendado”).
Prácticamente la mitad del consejo presbiteral se estrena en esta nueva etapa fijada desde el presente año hasta 2027. Un quinquenio para el que el número final se reduce en dos representantes respecto al que ha estado vigente desde 2017 hasta ahora. Así, a grandes rasgos, no sigue formando parte de este órgano el vicario de Pastoral (Fernando Campos), se reduce de 5 a 2 los sacerdotes presentes por designación episcopal y se reduce también un representante del arciprestazgo de Algeciras, que pasa de 3 a 2. En contra, se incorpora el rector del seminario
Redemptoris Mater, el colegio de arciprestes introduce dos representantes y pasa también a formar parte un representante del arciprestazgo de Vejer.
De este modo, conforman el consejo la cúpula del obispo (formada por el vicario general, Óscar González; el vicario judicial, Pedro Velo; los vicarios de zona,
Francisco Jesús Fernández Alcedo, Lázaro Albar y Juan José Marina; el canciller, Cristóbal Flor; y los rectores de los seminarios, Ricardo Jiménez, que además es deán de la Catedral, y Ángel Luis Romero), además de dos sacerdotes designados por el propio obispo (Iván Llovet y Sante Zanetti, en concreto), los dos elegidos por el colegio de arciprestes (Juan Carlos Ruiz y Juan José Mateos), un representante de los sacerdotes jubilados (Antonio Torrejón), otro de los sacerdotes ordenados hace menos de cinco años (Antonio Pablo Jiménez) y uno más de los sacerdotes religiosos (función que seguirá prestando, como ya venía haciendo hasta ahora, el salesiano José Manuel Pozas).
A partir de ahí, completan este
del obispo sacerdotes de cada arciprestazgo. Cádiz interior (con Rubén Virués y Rafael Fernández), Cádiz Puertatierra (Alfonso Gutiérrez e Iosif Dumea), San Fernando (Gonzalo Núñez y Silvio Bueno) y Algeciras (Antonio Jesús López y Mario León) cuentan con dos miembros, mientras que el resto participa con un representante (Francisco Granado por Puerto Real, Benjamín Toro por Chiclana, Luis Gustavo da Silveira por Medina, Agustín Borrell de Vejer, José Carlos Mellado de San Roque, Juan Carlos Pérez de La Línea y Guillermo Ibarra por Ceuta).
Una vez constituido el consejo presbiteral –que según el Código de Derecho Canónico “tiene sólo voto consultivo” que debe ser oído por el obispo “en los asuntos de mayor importancia, pero necesita de su consentimiento únicamente en los casos determinados expresamente por el derecho”– Zornoza deberá ahora elegir de entre sus miembros al nuevo colegio de consultores “en número no inferior a seis ni superior a doce”. Y será este el órgano que cobre especial protagonismo en el caso de que se produjera sede vacante, algo que previsiblemente puede ocurrir a partir del verano de 2024, cuando Zornoza cumpla los 75 años que la Iglesia establece como edad para la jubilación de los obispos.
Dentro del consejo, Zornoza deberá nombrar ahora su colegio de consultores