A vueltas con Valcárcel
● La enseñanza universitaria tiene importantes beneficios para la ciudadanía ● Pretender que la creación de un hotel produzca un impacto dinamizador en el barrio de La Viña es una entelequia
COMO si del Guadiana se tratase, el Valcárcel ha vuelto a aparecer. De nuevo, el debate se centra en cuál debe ser el destino de tan emblemático edificio y bascula entre dos posiciones aparentemente contrapuestas. Unos opinan que debe ser un hotel de lujo mientras otros consideran que debe convertirse en la sede de la Facultad de Ciencias de la Educación.
El principal argumento de los defensores de la primera opción es que un hotel dinamizaría el barrio de La Viña, cosa que no haría un centro universitario. La segunda opción es compartida por muchos miembros de la comunidad universitaria, entre los que yo me encuentro, y se basa en los importantes beneficios que para los ciudadanos tiene la enseñanza universitaria.
La idea de ubicar en el Valcárcel un centro universitario no es nueva. En 1983, la Facultad de Ciencias, junto a la Escuela de Magisterio, languidecía abandonada en el “campo” de Puerto Real (de “campus” no tenía nada), sin comunicaciones y sin la más mínima infraestructura. Ante esta desesperada situación y creyendo en la tan cacareada defensa de los políticos de Cádiz (con pocas excepciones) para no dejar salir los centros universitarios de la ciudad y, en mi condición de decano de la Facultad, me atreví a sugerir a mi amigo Alfonso Perales (q.e.p.d.) la posibilidad de que nos volviéramos a Cádiz para ubicarnos en el Valcárcel. La sugerencia no fue aceptada pues los responsables de la Diputación consideraban que el histórico edificio cumplía una importante función social y generaría un impacto negativo en el entorno. Este argumento me pareció razonable, aunque no me quitó de la cabeza la idea de que, en un futuro, la ciudad de Cádiz estuviese orgullosa de tener un campus al estilo de ciudades como Santiago o Granada. Un campus universitario que naciera en el Valcárcel y se extendiera hasta el Gobierno Militar. Sorprendentemente, con el paso del tiempo, pareció que la función social se había esfumado, de manera que a principios de 2012 el edificio fue desalojado sin contemplaciones.
Con el devenir de los años el Valcárcel ha pasado por diversas vicisitudes, pero el denominador común sigue siendo el de las dos opciones: un hotel de lujo o un centro universitario.
Se afirma que una nueva Facultad no dinamizará el barrio de La Viña mientras que sí lo hará un hotel de lujo. Y yo me pregunto, ¿es que el histórico Hotel Atlántico de toda la vida, situado a escasos metros del Valcárcel, no ha sido capaz de dinamizar suficientemente el barrio?
Pretender que la creación de un hotel en esta zona produzca un impacto dinamizador en el barrio, no deja de ser una entelequia. Bien es verdad que se producirá un incremento en el número de turistas que consumirán en los bares y restaurantes cercanos al hotel pero como se ha demostrado en el caso del Hotel Atlántico, la mayoría de ellos se desperdigarán por toda la ciudad. Es decir: la dinamización se produciría en todo Cádiz que. Por otra parte, es lo deseable.
El fin último de un centro universitario y de la Universidad no es otro que la creación, desarrollo, transmisión y crítica de la ciencia, de la técnica y de la cultura. Eso sí que dinamiza, no sólo a las personas del entorno inmediato, sino al conjunto de los ciudadanos. No hace falta ser un genio para darse cuenta que muchos de los turistas que pasean por nuestra calles poseen un desahogado nivel económico. En su gran mayoría provienen de países con excelentes centros en los que han recibido una formación superior que sin duda les ha ayudado a adquirir dicho estatus. Ojalá llegue un día en que nuestra universidades reciban la suficiente financiación de los políticos y el apoyo de sus ciudadanos para que la Universidad pueda seguir cumpliendo su misión. De esta manera se incrementaría el número y la calidad de nuestros egresados universitarios y, por ende, el de turistas españoles que viajen a otros países.
Para finalizar, mi opinión desde el principio ha sido que el asunto del Valcárcel no debió ser tratado de forma maniquea y que, tanto el fomento de una mayor oferta hotelera como la ampliación de la oferta de centros universitarios en la zona, pueden coexistir.
El tiempo parece haberme dado la razón pues una empresa ubicada en Cádiz va a construir un nuevo hotel en La Viña en una parcela cercana al Valcárcel.
La idea de ubicar un centro universitario en Valcárcel no es nueva, data de 1983