Diario de Cadiz

MORIR DE HAMBRE Y DE SED

- ANTONIO MORILLO CRESPO

He oído que cada minuto muere un niño en África de hambre o de sed. Se me ponen los pelos de punta. Solo pensar que tiro el pan que me sobra o el vaso de agua. O se lo doy a mi perro… Se me pone la carne de gallina. Es horrible. Y pienso que ese niño o esos niños que ahora mismo se están muriendo pudieran ser mis hijos o mis nietos o de mi pueblo. Para volverse loco. Cuando más, cuentan que buscan en el campo y se comen las hierbas que encuentran y agua, aunque sea podrida o estancada. Es horrible.

Cada vez que voy a una tienda o comercio y me dan de vuelta céntimos, me acuerdo de esto. ¿Para qué quiero yo la vuelta de 24 euros con 72 céntimos? ¿Los 28 céntimos? Le digo: échalos en la hucha de Unicef o de Cáritas o de Manos Unidas. Y rara vez la tienen. Y si la tuvieran, 28 céntimos más otros 24 céntimos, más otros 18 céntimos… darían para, no solucionar el problema, pero sí para mitigarlo. Y si eso se hace en todas partes, de seguro que habría menos tragedias. Creo que los responsabl­es de estas organizaci­ones benéficas deberían proporcion­ar las redichas huchas a todo Que algunos, al decírselo, no saben dónde adquirirla­s. Y por supuesto eso no es todo, que bien vale hacerse socio de alguna de estas organizaci­ones, que, para más inri, hasta te desgravan en Hacienda. Pero, sobre todo, tu corazón quedará tranquilo.

Es curioso que en nuestra religión cristiana el primer mandamient­o sea igual que en la musulmana y en la budista, más o menos “amar al prójimo

“Ahora no comerá jamón todo el mundo, pero hambre, hambre... no lo creo”

como a ti mismo”, que es igual a atender al desvalido, al necesitado, al pobre, al harapiento, al desheredad­o, al pordiosero, al que solo tiene el aire para respirar, la luz del Sol y el agua de la lluvia.

¡Ah¡ Y otra cosa. Algunas veces se lo comento a algunos y hay quienes me dicen dos cosas. Una, que ese dinero no les llega a los africanos o hindúes, que se lo queda el listo de turno. ¡Es así, se justifica el fulano! Y otros que te replican: “aquí también hay pobres que pasan hambre”. Me da tanto coraje que les digo: mira, cualquiera que lo sepa le da con mucho gusto un bocadillo o mejor un kilo de arroz. Y no digas más tonterías, que hambre había después de la guerra, que no había ni pan de maíz. Ahora no comerá jamón todo el mundo pero hambre, hambre… no lo creo. Que para eso tenemos organizaci­ones como Cáritas, que subsanan tales emergencia­s.

P.D. De aquellos tiempos del hambre, me cuenta un amigo que el padre José tenía nueve hijos y un día le regalaron una telera de pan. El hombre la cortó en rebanadas y le dio a cada hijo una. Su hijo Salvador, para degustar mejor su pan, pensó comerla saboreándo­la con agua. Para tal propósito se fue al pozo, colocó la rebanada en el brocal e intentó sacar agua con el cubo. Pero con tan mala suerte que la rebanada se le cayó al pozo ¡Nunca mejor dicho, mi gozo en un pozo!

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain