Mbappé espanta los fantasmas
● Francia sella su pase a los octavos de final con dos goles del parisino
se traduce en un hambre permanente, todo sabe a poco cuando en ataque hay tanta dinamita. Francia atacó con método, distribuyendo bien el balón por las bandas, sobre todo por la de Dembélé en los primeros compases.
Sin someter a Dinamarca a un acoso asfixiante, el cuadro galo acechó permanentemente, cada vez con más unidades que se sumaban a la ofensiva, Koundé, que sustituyó a Pavard en el once inicial; Rabiot, que obligó a estirarse a Schmaichel; Varane, que regresaba tras lesión; y Griezmann, que también buscó el tanto. Mientras Dembélé seguía sometiendo a un calvario a Maelhe, Christensen tuvo que placar a Mbappé para evitar que, tras un pase medido de Griezmann, se plantara solo en el área. El delantero marró una buena ocasión en el minuto 59, pero dos más tarde una combinación entre Theo y Mbappé permitió al parisino abrir la lata danesa.
El tanto no desembarazó a Francia de su pesadilla danesa. Los escandinavos adelantaron líneas y, a balón parado, Christensen igualó el duelo con un potente cabezazo tras un rechace de Andersen que descolocó a la zaga gala. Contratiempo que descentró a la campeona, que vio cómo Lloris evitaba la remontada en un disparo de Lindstrom a bocajarro y Braithwaite rozaba el palo en otra jugada posterior con un fuerte disparo dentro del área.
Los fantasmas reaparecían y Francia estaba encasquillada, rota, sin brújula. Pero volvió a aparecer Mbappé, de nuevo servido con maestría por Griezmann, de nuevo magistral para colocar a su equipo en la ruta hacia una nueva final.