EN LO QUE ESTAMOS
CURIOSA la expresión ‘estamos en lo que estamos’, que indica que podemos estar pero no estamos, o sea, tengo la cabeza en otra cosa, realizo un automatismo. La cabeza en otro cosa, en otro sitio, también es expresión deslumbrante, si bien se mira. El habla popular tiene convenido que en la cabeza está lo importante, lo que tira de mí. Lo que me rige. No hace mucho me decía el maestro Paco Cepero que mientras lo que ordene la cabeza lo pueda ejecutar la mano, estará sobre un escenario, que cuando
El habla popular tiene convenido que en la cabeza está lo importante, lo que tira de mí
eso no ocurra, guardará la guitarra en la funda y se dedicaría a otra cosa. Es el pensamiento honrado. Y lo cierto es que mientras se discurre por estos pensamiento, hay esta absorción de la política (forma de hablar, por supuesto) que te quiere quitar la cabeza del normal discurrir, de la vida cotidiana que Machado decía con su a mi trabajo acudo, con mi dinero pago el pan que me alimenta y lecho donde yago. Es como lo de Kichi.
Lo más sorprendente de su anuncio de que no sigue, no se presenta, cumple su palabra de los dos mandatos, los ocho años, es la cantidad de tapas de ensaladilla (con picos gordos) que ha ganado (a mí, no) en las apuestas múltiples y simultáneas Fernando Santiago. ¿Lo sabía? ¿Lo ha acertado? El hecho es el hecho. Esto digamos simpático de la alcaldía de Cádiz no tiene nada que ver con un hombre de Vox, algo histriónico, señalándose la nuca en un parlamento contra la ministra de Igualdad. No tiene gracia ninguna hacer de la cámara de la representación nacional un espectáculo tabernario. Este ir mal de la Carrera de San Jerónimo nos quita de estar en lo que estamos, que bien podría ser leyendo las cartas a los Reyes Magos de los nuestros, o pensando en el menú de las Navidades.
La vida ordinaria va por un tendido que no va, desgraciadamente. Porque -un ejemplo¿ya te has vacunado? ¿Te quita de la cabeza la conveniencia de vacunarte todo este embrollo del sí es sí y el no es no? Y lo de los médicos de Madrid por las calles y plazas defendiendo la Sanidad Pública. No sé, la verdad, otra no es posible. Porque cualquier cosa vale un fortunón, para un sueldo no es. ¿O sí? Mundo complicado hemos venido haciendo desde la Europa en escombros de los años 40, incluso con la gente tirando a mano el muro de Berlín. Debe estar olvidado, no se entiendo lo contrario. ¿O se entiende la perfecta destrucción de Ucrania que está haciendo Putin? En qué estamos, pues, que no entiendo nada.