CASA DEL RELOJ

SI paseas por la calle de las Cruces de nuestra ciudad, cuando llegas a la esquina con San Sebastián podrás encontrar esta Casa de Cargadores a Indias.

Fue el año pasado, en el 2021 cuando comenzó su restauración y la verdad que, a través de redes sociales, la he seguido minuciosamente, detalle a detalle. También tengo la suerte de vivir cerca y al bajar al centro, siempre le hecho una miradita con mucho cariño y alegría.

Podría llegar a decir que es la restauración que más me ha gustado de las que se han realizado en la ciudad, ya que, sin ser yo un entendido en la materia, veo que conserva y respeta el carácter y la historia del edificio y sus materiales.

Será porque soy un enamorado de esta arquitectura que encierra tanta historia, esencia y encanto portuense, el que me sienta en la obligación de felicitar a quienes han realizado el trabajo, encabezados por el arquitecto Honorio Aguilar. Daría gusto pasear por el centro de nuestro Puerto y que todos estos edificios estuviesen en similares circunstancias.

Si entras en su perfil de Facebook, ‘Arquitecto, Honorio Aguilar’, o si bien pasas por la citada esquina, observarás que se encuentran ahora restaurando la parte baja correspondiente al Bar El Reloj.

Recuerdo de pequeño, camino de casa de mi bisabuela Milagros, que vivía en el Huerto Durango, la esquina del bar, siempre llenísima de personas.

Tengo varios amigos que siempre me han hablado de esa “gastronomía sumergida” que encierra o encerraba el Barrio Alto portuense y de lo poco que se ha desarrollado la hostelería en esta zona.

Guisos tradicionales, de cacería, casquería y los buenos “salseos” para rebañar con pan de campo, acompañado por un buen fino de la tierra.

A eso huele la gastronomía del Barrio más castizo de El Puerto y a la vez socialmente más castigado.

Ojalá esta restauración del edificio de la Casa y del Bar El Reloj sirva para dar realce y valor a esta zona portuense, que tanto cariño necesita y en la que tantos catavinos deberían de llenarse, para brindar, para que el corazón del Barrio Alto lata, al mismo ritmo que el del resto de la ciudad.