“Málaga, la ciudad redonda’ es una continua promesa a futuro”
● La nueva imagen de marca de la urbe trata de abrazar el concepto de una población en continuo progreso, que incluya al ciudadano local y al foráneo sin olvidar la identidad propia
Crear una marca, en la mayoría de los casos, más que culminar una torre supone enraizar en un concepto. A veces, un concepto tan amplio y con tantas aristas como una ciudad, incluso una metrópoli. Este año Málaga estrena marca: Málaga, la ciudad redonda y sus ideólogos han reflexionado sobre ella en un desayuno coloquio organizado por el Grupo Joly, editor de Málaga
Hoy, y patrocinada por el Ayuntamiento de Málaga. La idea matriz de la que han partido, “aquí lo tienes todo sin renunciar a nada”.
Esos son los cimientos en los que se basaron los equipos de bRIDA y la consultora Lizarraga Palau a la hora de enarbolar un concepto que abrazase a la ciudad y su entorno, “una marca paraguas más que una imagen turística o cultural, que ya están muy desarrolladas. Málaga, la ciudad redonda es un posicionamiento global”, señaló Eduardo Cholvis, de bRIDA, en el Hotel NH de Málaga.
Por su parte, Javier Torres, de Lizarraga Palau, apuntó la construcción del concepto como una promesa a futuro en la que Málaga sigue progresando, una mirada con prospectiva en la dirección en la que está buscando moverse la ciudad,
Una marca es una promesa de futuro, “la ciudad no es perfecta, pero está progresando”
“la ciudad no es perfecta, pero es redonda, está en continúo progreso, siempre mejorando”. Ambos estuvieron moderados por Magdalena Trillo, asesora de Transformación Digital del Grupo Joly.
Uno de los puntos referenciales de toda la idea es el sol, que tanto aporta a Málaga en todos los niveles. Intentando huir de los clichés, tomaron tanto su representación esférica como su proyección radial para, junto con el azul representativo de la ciudad y otros tonos que forman parte de su paleta, tratar de abrazar la idea de ciudad sostenible, una ciudad de futuro que aúne todos los puntos de una ciudad que te invite a vivir, “la hiperconexión, la facilidad de tener trabajo y ocio, la oferta cultural”, señaló Torres. “El carácter de los malagueños es algo que tiene mucho peso aunque no seamos conscientes de él, hace fácil conectar aquí cuando llegas”, subrayó Cholvis como una de las bases que querían representar en la nueva marca de la ciudad.
A la hora de encarar el proyecto uno de los principales impulsos de este enlace entre la bRIDA y Lizarraga Palau fue la necesidad de sintetizar un concepto como el de toda una ciudad en un solo logotipo. “Málaga está en boca de todos, no es casual poner a Málaga en el centro, es su momento”. En este sentido, apuntan que “Málaga es un cúmulo de cosas, de ahí el punto, que también juega a nivel de marca”, además, señalan que en este cúmulo de cosas “se está trabajando en conjunto y a futuro”.
En este sentido son muy interesantes para los ideólogos de la visión de la ciudad los distintos índices que miden las ciudades pequeñas con más calidad de vida. Entre ellas, destacan “esos lugares en los que puedes llevar un negocio sin dificultad, tienen conexiones de transporte eficaces y fáciles, oferta cultural y de ocio. Estar a distancias paseables de casi todo, que las ciudades tengan un lado humano”. Eso es lo que persiguen transmitir con esa “ciudad redonda”.
Antes, Antonio Méndez, director de Málaga Hoy, repasó las distintas marcas bajo las
que se ha vendido al mundo la marca Málaga. Así, hizo un repaso desde que el premio Nobel de Literatura Vicente Aleixandre la nombró “ciudad del paraíso”; “también nos han llamado la niña del sur o el paraíso del sur de Europa”. Después, con Picasso llegaría “la ciudad genial”, que se aprovechó en Málaga para conseguir la “ciudad de los museos, uno de los lemas con más impacto”.
Pese a ello, destacó Méndez, a Málaga no le han hecho falta “concursos de ideas para bautizar su forma de ser”. Y ha señalado la evolución natural “a esta Málaga redonda que ya idearon los fenicios”.
Muchos de estos elementos los destacó el profesor de la IE Business School Gildo Seisdedos en su intervención en el Desayuno coloquio Málaga, la ciudad redonda ayer por la mañana. En él despiezó qué hace que una ciudad sea un polo de atracción y cómo lo está haciendo Málaga en este sentido. Pequeño destripe: en líneas generales, en opinión del experto, bastante bien.
Entre los aspectos a destacar de lo que está haciendo Málaga por convertirse en un imán para el talento está el crear un gran evento que polarice la atención durante un periodo de tiempo, en este caso podría ser la Expo 27. Si bien estos eventos pueden convertirse en ruinosos si no se miran con lupa, advirtió el experto, “Málaga lo está haciendo muy bien evitando estas grandes marcas que te consuman más de lo que te aporten”.
Otro de estos posibles elementos que pueden ser llamados un imán atractor en Málaga no es otro que el Pompidou, como antes lo fue el Guggenheim en Bilbao (o en tantos otros sitios por los que después pasó Frank Gehry), “hay quien los llama las catedrales del siglo XXI”.
Además, mencionó el experto el índice capuccino, muy relacionado con el efecto púlsar. Es decir, todo lo que tiene que ver con el mimetismo urbano, lo que hace la vida más fácil al foráneo. En este sentido, puso énfasis en la posibilidad de caer en la urbanalización, es decir, dejar de lado lo propio para caer en ciudades planas, uno de los posibles problemas a los que ya se está enfrentando Málaga. Al final, casi todas las grandes y medianas ciudades tienen los mismos problemas globales, lo distinto es su manera de afrontarlos.
La Expo 2027 puede ser uno de los atractivos de ciudad que marque el futuro de Málaga