A Francia se le olvida el orgullo
● La unidad B de Deschamps sufre una derrota bochornosa ante Túnez
Una Francia plagada de suplentes firmó en el último duelo de la fase de grupos del Mundial de Qatar una triste actuación ante Túnez, que acabó logrando la primera victoria de su historia, pero no fue suficiente para avanzar a octavos de final.
La campeona del mundo dio descanso a la mayoría de titulares, y el experimento se saldó con una derrota que rompe una racha de seis en los Mundiales. Si Didier Deschamps quería presumir banquillo, se dio cuenta de que deberá afrontar el Mundial con menos margen de maniobra del que pensaba. La unidad B no tuvo ni juego, ni carácter, en un estadio plagado de tunecinos que silbaron la Marsellesa y abuchearon a Mbappé.
Solo mejoró cuando tras el tanto tunecino Deschamps dio entrada a sus estrellas, pero sin tiempo para evitar la primera derrota de Francia en el Mundial desde el 2014 contra Alemania.
Francia salió con nueve cambios con respecto al último duelo, cinco debutantes en un Mundial, mientras en el banquillo asistían sus estrellas empezando por Kylian Mbappé, que charlaba sonriente con Marcus Thuram. El joven delantero, que se las prometía felices en ese juego de cambios, se sintió algo indispuesto y dejó su puesto a Randal Kolo Muani, que fue llamado para sustituir a Christophe Nkunku.
La unidad B careció de todas las virtudes mostradas por los titulares en los dos primeros partidos del Mundial. Sin la solidez ni el control del juego de los pilares, los postulantes se vieron arrollados por una Túnez decidida.
Empezaron salvándose los galos, por el milímetro que marcó el fuera de juego que permitió anular a los 8 minutos un gol a Ghandri. Túnez se fue apagando, bajó la presión y el partido entraba en una zona de equilibrio, sin que los galos dieran nunca sensación de poder ganar el duelo. Solo repetía Tchouaméni, el único francés que ha sido titular en los tres partidos.
La nota del examen fue baja. A la hora de juego demostraron una endeblez defensiva impropia de su reputación, lo que permitió al veterano Khazri abrir el marcador ante el despiste de Fofana y la lentitud de Varane.
El tanto, que otorgaba a Túnez opciones de lograr su primera clasificación para octavos de final, a condición de que acompañara el resultado del Australia-Dinamarca, escoció a Deschamps, que se decidió a colocar a su estrella Mbappé, que ingresó acompañado de Rabiot y Saliba. Minutos más tarde harían lo propio Griezmann y Dembélé.
Sin ser la Francia habitual, embotellaron a los africanos, buscaron grietas en su entusiasmo y rozaron varias veces el empate. Túnez se defendió como pudo, probando la intensidad de Francia.
El gol de Griezmann evitaba el bochorno y ya parecía todo cerrado, pero el VAR lo anuló por fuera de juego. La alegría de la afición tunecina fue efímera porque su selección tendrá también que hacer las maletas mientras Francia seguirá su aventura catarí con la lección aprendida.