Diario de Cadiz

UN FILÓSOFO EN ANDALUCÍA

- ALBERTO GONZÁLEZ TROYANO

PARECE extraño y sorprenden­te que se pueda hablar de la producción filosófica de alguien nacido o residente en Andalucía. Quizás porque en ningún otro lugar de España ha funcionado de forma más estricta ese maniqueo reparto de prejuicios y estereotip­os que se impuso desde el siglo XVIII. A los andaluces, en este reparto cultural, se les asignó un claro cometido en la vida intelectua­l y pública y les tocó en suerte disponer de talento y facultades como creadores en los diversos campos del arte, tanto popular como culto. Y, en efecto, supieron interpreta­r en muy distintos escenarios, no solo dentro de su tierra, también exhibiendo buenas dotes por doquier y, con frecuencia, obteniendo clamorosa acogida. La lista de triunfador­es podría ser muy larga, unas veces por méritos muy trabajados, y, otras, gracias a la ayuda de ese misterioso duende –un valor innato nada fácil de creer y explicar– que según parece ha acompañado a una amplia gama de artistas y escritores andaluces. Pero, en este reparto, para posibles filósofos no quedó ningún hueco. La filosofía exige una dedicación ref lexiva y una disciplina muy distinta a la inspiració­n y retórica que prevalecen en la creación literaria y los escritores andaluces han optado por cultivar, en los últimos siglos, la novela y la poesía como sistemas expresivos más acordes con sus gustos y caracteres. Ni siquiera el ensayo,

Es momento para prestar atención a Manuel Barrios Casares, que ha logrado llenar ese hueco que permanecía libre

un género tan próximo a la filosofía, ha contado con continuado­res para que se pudiese hablar de un ensayismo específico y arraigado en estas tierras meridional­es. Por descontado que las facultades y departamen­tos de filosofía de las universida­des andaluzas cuentan con una producción valiosa, pero rara vez sus títulos traspasan el umbral del mundo académico al que van dirigidos. Es momento oportuno, por tanto, para prestar la mayor atención a Manuel Barrios Casares, el filósofo andaluz que ha logrado llenar, con creces, ese hueco que permanecía libre. Sin que eso signifique que en el panorama de la filosofía española no contase ya con un espacio preferente. Una producción ya avalada por muchos títulos, escritos como es habitual en él con sabiduría, modestia y en silencio. En estos días, precisamen­te, acaba de publicar una edición, traducción y notas de

Nietzsche en Basilea Hugo Ball (El paseo), en la que, una vez más, se muestra como un consumado nietzschea­no. Y también ha editado

La vida como ensayo (Athenaica), un libro centrado en Kundera, Benjamin, Ortega, que seguro que despertará un nuevo interés por el ensayo como forma de abordar ese difícil mundo de las investigac­iones en Andalucía.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain