¿Marcha atrás en la política española?
Que los líderes políticos de los últimos tiempos, de todos los partidos, están fracasando estrepitosamente ya no hay quien lo dude, como se demuestra en los sondeos de opinión del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) más recientes, que reflejan unos datos concluyentes, ya que ninguno de ellos llega al aprobado.
Esta es una realidad incuestionable, un hecho evidente y constatado de forma reiterada, lo que está generando un clima de descontento, de frustración y de desconfianza hacia la clase política por parte de la sociedad española, que va a influir decisivamente en los resultados de las próximas elecciones generales, debido a que estas circunstancias pueden provocar la abstención o el voto en blanco de muchos ciudadanos que no quieran apoyar a ningún partido.
Ante esta situación uno se pregunta si no están haciendo buenos los líderes del presente a los del pasado, y qué es lo que ocurriría si se postularan como candidatos para presidir el Gobierno los que ya lo fueron con el PSOE y con el PP, que hicieron mejor su trabajo.
Puede parecer un paso atrás, pero, al fin y al cabo, el más veterano de ellos, Felipe González, tiene la misma edad que Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, la mayor democracia del mundo, y los otros son bastante más jóvenes, por lo que aún tendrían futuro por delante.
El mundo al revés, amigos. A mí no me parece, ni mucho menos, la solución a un problema de fondo, pero estamos llegando al límite y habría que encontrar alguna salida. Se admiten sugerencias porque la mía puede ser descabellada.