La cocinera de El Callejón y las lágrimas de Chicote
“Si no aprendemos a llevarnos bien mi hijo y los trabajadores, al final El Callejón se va a ir a la mierda... y no va a tardar mucho”, es la ref lexión que hacía Tere, cocinera del negocio que atendió Alberto Chicote en el programa de La Sexta Teresa es la madre de David Piña, el propietario que abrió dicho bar del barrio de San José Artesano de Algeciras en 2015. Según David el programa le contactó para dar espectáculo a través de las vivencias en el establecimiento. El punto de partida es su madre, una mujer de carácter, conflictiva y que no admite críticas.
En el arranque del programa el jefe de El Callejón espera que su madre tenga remedio si escucha a alguien para asesorala. Espera que Alberto Chicote le diga algo así como “Tere, esto se remedia de esta manera”. Aunque se lo comunique el ‘coach’, la cocinera lo puso difícil. “Es un pitbull”, “es incontrolable”, “trabajar con mi madre es un suplicio”, “tiene tela, picha”, son otras observaciones que anoche hacía David, quien finalmente ha criticado al programa por su labor, por la imagen dada en esta entrega y que ninguna de las mejoras efectuadas al local (bueno, son dos, el bar y un comedor a unos metros en la misma calle). David cree que su madre no la ve como jefe, sino como su hijo.
Su nuera, Tatiana, que es también camarera, también la teme y reconoce que son justas las críticas de Chicote. “El problema que hay aquí es mi madre. Tiene muy poco aguante”, adelanta otro hijo, Javier, camarero en el comedor.
Chicote, de nuevo, y tal como pasó en El Palomo de Sevilla tuvo su mayor pesadilla en la propia cocina, en el comportamiento de su titular. Por momentos Chicote admitirá sentirse “acojonado”.
“Ya estamos en la feria”, criticaba Tere al verlo comer en la plazoleta con una camisa de lunares. El encuentro entre ambos fue un choque de trenes. La cocinera le atacó nada más recibir el “buenas tardes” de Chicote, que se interesó en el aceite requemado de las puntillitas, “un aceite tiene que estar más negro que los cojones de un grillo”. La guerra estarba servida a partir de ahí.
Chicote reconoció que estaba “ante el caso más dificil” que ha tenido en diez años de programa. “El Callejón me temo que va a ser una encerrona”, avanzaba el chef al llegar a la localidad algecireña por barco. Tras dos caóticos servicios, la reconciliación de madre e hijo en la playa, lo que se tradujo en la emoción de Chicote. Los locales fueron remozados (con críticas posteriores del propietario) y Chicote se marchó tranquila tras oír a una chirigota.