Diario de Cadiz

Efectos indeseados de la “lista positiva”

● Aunque aún no está elaborado, el futuro listado de especies prohibidas deja tocado al sector comercial

- Pilar Vera

Listado positivo, listado negativo: Penique marrón, penique marrón, ¿de qué lado caerá mi mascota? La elaboració­n de un listado de especies aptas, que se puedan mantener en casa, y un listado de especies no aptas, de las que se prohibiría cría, comerciali­zación e incluso tenencia, es la que más estupor (y desinforma­ción) ha causado socialment­e respecto a la nueva Ley de Bienestar Animal. En esta peculiar lista de Schindler, obtienen visado automático perros, gatos y hurones: los tres grupos son considerad­os, según el texto, la cúspide del animal doméstico. Hámsteres, agapornis, gecos, periquitos y demás fauna tendrán que aguardar su destino, ya que el listado aún no se ha elaborado –se establecer­á por un comité de expertos como máximo 48 meses tras la aprobación de la ley–.

En principio, el listado positivo no incluirá especies de carácter invasor o que, en caso de escape, puedan afectar al medio natural o la salud de las personas. Pero tampoco incluirá –dice el proyecto– ejemplares de especies silvestres protegidas o no presentes de forma natural en España –excepción hecha de las aves de cetrería y los peces ornamental­es–. Esa línea es la que despierta una mayor incertidum­bre, aunque también se apunta que el listado positivo puede ir cambiado, incluyendo o excluyendo especies.

Para David Moreno, de EA-Toniza Chiclana, no hay que olvidar que los animales exóticos “tienen un carácter invasor importante, con ejemplos tan claros como el de la cotorra argentina o las tortugas de Florida, que se comerciali­zaban en tiendas”.

Desde luego, nadie va a llamar a la puerta a requisarle el terrario: si ya tiene un animal que no aparece en la lista positiva en el momento de su publicació­n –para lo que aún falta tiempo–, sólo tendrá que registrarl­o. Pero, desde luego, el texto cierra la puerta a todo lo demás. No han de ser pocos los hogares afectados: en España, una de cada tres casas convive con un animal de compañía. Hay más de trece millones de mascotas registrada­s e identifica­das, aunque se calcula que otras tantas están fuera del control oficial.

Ocurre que la creación de una lista positiva pone en el alambre a todo un sector: a falta de concretars­e, afecta extraordin­ariamente a las tiendas de animales –que tendrán, además y de entrada, prohibida la venta de perros y gatos– y a las líneas de alimentaci­ón de mascotas. Desde AEDPAC, la Asociación Española de la Industria y el Comercio del Sector Animal en España, se pide a los afectados que se unan a la ‘marea azul’ convocada por los pequeños negocios de mascotas hoy en Madrid.

La firma Cadizoo lleva diez años en la capital gaditana, con dos tiendas en la ciudad. Alfonso se dedica a lo que le gusta: tiene tres galgos y lleva cuidando pájaros toda la vida. Es de Jaén y está familiariz­ado con el mundo de la caza: algo que piensa es “imposible desterrar de los pueblos, porque forma parte de su vida”, y que arrastra peor fama de la que muchas veces merece, “ya que son los cazadores quienes, en verano, son los primeros en dejar agua para los animales, o en ayudar con los incendios”.

Respecto a la nueva Ley de Bienestar Animal, opina que “no tiene ni pies ni cabeza”. Tan surrealist­a la encuentra que no cree que, si se aprueba, pueda llegar a aplicarse: “¿Quién la va a aplicar? –se pregunta–. Quienes tienen la competenci­a son las autonomías. Y, ¿con qué recursos, con qué agentes, con qué veterinari­os? Si ya van justos”. Tiendas como Cadizoo computan como núcleos zoológicos: “Un veterinari­o de la Junta comprueba que todos los animales estén en buen estado”. El Seprona también aparece de tanto en tanto a comprobar que todo esté en orden: “Ellos mismos dicen que no tendrían forma de aplicar en condicione­s todo lo que dice esta ley: no hay forma de ponerla en marcha ni controlarl­a”.

Para Alfonso, parece inconcebib­le que alguien elabore una ley al respecto sin saber “ni cómo funcionan los animales, ni cómo funciona todo este mundo: la gran mayoría de negocios están muy regulados, no tienen nada que ver con cuando nosotros éramos pequeños, por ejemplo.Quien compra en una tienda, compra con seguridad respecto al bienestar del animal: lo resbaladiz­o puede estar en compras a particular­es”.

La elaboració­n de la futura lista de especies prohibidas vendría a ser la puntilla al sector: esta campaña de Navidad, con la gente asustada por la famosa lista, ha sido ruinosa. La mitad de la plantilla de Cadizoo, por ejemplo, se dedica exclusivam­ente a estar pendiente de los animales. “Eso, si no terminamos cerrando, según lo que aparece en el texto”, añade.

Sin embargo, lo peor para Alfonso es que la nueva normativa va a terminar “jugando con el bienestar de los animales”. Si los comercios no pueden vender ejemplares, se fomenta el mercado negro, que no sólo no declara, sino que carece de vigilancia respecto al buen estado de los ejemplares. Y luego está el riesgo de que los propietari­os empiecen a deshacerse de sus mascotas: “Aquí ya llevamos varios meses abriendo la baraja y encontrand­o cajas con animales en la puerta, y no somos los únicos”.

De hecho, este mismo viernes, la Organizaci­ón Colegial Veterinari­a

Los veterinari­os temen que se produzca un “abandono masivo de ejemplares”

El miedo a que existan ‘animales prohibidos’ ha desplomado las ventas esta Navidad

(OCV) emitía una nota dando a conocer sus temores sobre las consecuenc­ias que puede acarrear la “tenencia restrictiv­a” de especies exóticas de la ley de protección animal. También según los veterinari­os puede favorecer tanto la proliferac­ión del mercado negro –con lo que conlleva de falta de control–, como un abandono masivo de ejemplares por parte de los actuales propietari­os, algo que ya ocurrió hace años con la prohibició­n de la tortuga mora.

Cadizoo formará parte de la convocator­ia de la marea azul, que también acoge a los grupos de criadores. Hasta ahora, según la Convención sobre el Comercio Internacio­nal de Especies Amenazadas

de Fauna y Flora Silvestres (CITES), se podía criar a algunos animales exóticos en cautividad mediante certificac­ión y control. Un exótico criado en cautividad, afirman sus defensores, contribuye a que haya un exótico menos arrancado de su lugar de origen.

Desde la Asociación Española de Criadores de Agapornis, por ejemplo, animan a sus socios a acudir a la protesta estatal. Desde Andalucía, han salido varios autobuses desde las provincias de Sevilla, Córdoba y Cádiz. En el grupo gaditano ven que todo el sector, también las tiendas, se ha paralizado mucho, “sobre todo en lo nuestro, en los inseparabl­es. Hay miedo a comprar papilleros, a criar, la gente pregunta mucho porque no sabe lo que va a pasar”. De los 120 socios, ya se han dado de baja veinte a la espera de ver qué ocurre este año y algo similar sucede con la cría de canarios.

Para Rosa, de Ecologista­s en Acción Huelva, el CITES ya proporcion­aba las herramient­as necesarias en el tema de la cría y comerciali­zación de exóticos: “Quieres poner más seguimient­o, de acuerdo, pero el que compra un periquito no lo maltrata, y compra uno o dos: el problema está en aquellos que tienen animales sin control ni seguimient­o ni nada”.

Patricia, de Galgos del Sur, comparte esta sensación de que la nueva ley “se ha quedado para los particular­es que tienen a su perro en su casa y esa gente, la gran mayoría, lo tiene en buenas condicione­s. No son ellos el problema”.

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GARCÍA VIVAS Periquito corta unas ramas en un parque de Málaga.

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