Diario de Cadiz

Las no casualidad­es de David de la Cruz

● Recorrido por los orígenes del candidato de Adelante Izquierda Gaditana, desde su padre y madre y sus inicios en las JOC, a su realidad actual llena de “presión”

- Melchor Mateo

David de la Cruz, el candidato de Adelante Izquierda Gaditana, no llega a verbalizar­lo pero debe ser de los que piensan que nada es una casualidad en la vida y que todo tiene un por qué. En el número 7 de la actual calle Petróleo y Salvaora, antigua San Nicolás, nació y vivió su madre con su familia. Una vida de estrechece­s y donde enfrente había una cochera de caballos a la que su madre, Mercedes González, entraba de vez en cuando a escondidas para apretar las arrobas de los caballos y comérselas.

En esa vida de niñez, Mercedes, que era la más pequeña de la familia, al igual que es lo es David de la Cruz en la suya, jugaba mucho con un chico que tenía unas gafas de pasta y al que le gustaba estar siempre con las niñas. Era entonces ‘el Tete’. Con el paso del tiempo el ‘Tete’ se convirtió en un símbolo de la lucha LGTBI en Cádiz ya como la Petróleo y, hoy en día, aquella calle de la niñez de la sangre de su sangre se llama Petróleo y Salvaora. Esta fue renombrada precisamen­te por el equipo de Gobierno en el que su hijo es asesor y parte importante todos estos años y hoy, además, es candidato a la Alcaldía.

Y para renegar del todo de las casualidad­es se da la circunstan­cia de que la finca en la que nació y se forjó como persona su madre, hoy ya rehabilita­da, acoge en su seno apartament­os turísticos, una de las grandes luchas de este equipo de Gobierno y a los que han tratado de poner coto con una normativa restrictiv­a.

Aquel chico imberbe que hace casi década y media llegó con la misma sonrisa, humildad y una mochila cargada de ilusión a hacer unas prácticas en Diario de Cádiz, sabe que la personalid­ad se va forjando poco a poco pero una buena parte viene de lo que recibe en casa. Y esa mujer llamada Mercedes, hoy ya abuela, es aquella que decía “la de hambre que han quitado las caballas en Cádiz” y que era “una profunda anticapita­lista”, a juicio de su hijo, sin ella saberlo: “No he visto un consumo más sostenible que el de mi madre”.

De La Viña al Pópulo en este viaje por los orígenes del candidato de Izquierda Adelante Gaditana llegamos a la calle Mesón, donde encima del mítico Pay Pay su padre Santiago, fallecido hace menos de un año, echó los dientes.

A Santiago se le daba bien jugar al fútbol, al igual que a uno de sus hermanos, y estaban en un equipo. En el de los falangista­s daban bocadillos y un día se llevaron a los dos y los ficharon. Cuando el abuelo de David se enteró, se lo prohibió.

Entre las conexiones curiosas que se da en la vida es que De la Cruz ganó el premio Cádiz de Periodismo por un reportaje sobre la familia Rendón, que fue exterminad­a en la dictadura, salvo María Luisa. Su padre Santiago leyó el reportaje y vio que esa mujer era la que le había puesto las inyeccione­s a su familia y que había tenido que reinventar­se tras perder a su pareja, al padre y a una hermana.

Una madre que sufre con la exposición pública de su hijo y un padre que marchó para siempre sin llegar a conocer oficialmen­te que iba a ser el candidato pero que ya se lo olía: “Es lógico que tengan esa inquietud pero al final es explicarle­s que te expones porque cuando se construye el mundo, a personas como a mi padre y mi madre y la gente como ellos los dejaron de lado. Es exponerte para que el mundo se parezca más a ellos”.

El vivió toda su infancia en Segunda Aguada “en una familia obrera de izquierda” pero sin estar politizada, resultado de que durante mucho años hablar de ciertas cosas era peligroso. Una casa de 80 metros cuadrados para unos padres y seis hermanos donde la palabra “compartir” estaba en el día a día.

El origen político de David de la Cruz hay que localizarl­o en la JOC (Juventudes Obreras Cristianas) que estaban situadas en Tartessos. Curas rojos que le inf luyeron como al que ha sido su mentor, José María González ‘Kichi’. Una excursión a la Sauceda con Susana Núñez como monitora, que hoy está en su lista electoral, “es la que me dio conciencia de clase”. Un máster que hizo en Bilbao y donde estalló el 15-M, hizo el resto.

David es hoy padre de Matías, “al que intento dejar un poco al margen”, pero que, como anécdota, dice que un día que se enchaquetó para el Congreso de la Lengua le comentó que ese día hacía de alcalde. Y una pareja, Beatriz Estévez, que actualment­e es jefa de prensa en el Ayuntamien­to, a la que conoció en la redacción de Diario de Cádiz en el tiempo que estuvo haciendo prácticas en la sección de Local: “Si no fuera por su conciencia política y siendo consciente de la realidad a la que me enfrento, todo sería mucho más difícil porque la presión que sufro afecta al carácter y ella siempre está ahí”.

En un mundo en el que parece que nadie puede aparentar fragilidad, humaniza que alguien diga que siente presión, “no tanto por los resultados, porque me siento muy arropado, sino por toda esa gente que lo pasa mal, que no llega a final de mes y que tiene necesidade­s”.

Y esa presión, ese runrún continuo en la cabeza, se traduce en que desde hace un tiempo el despertado­r ha desapareci­do de su vida y los ojos se le abren pasadas las cinco de la mañana. Para relajar el cuerpo se va a correr. Y cuando acabe todo esto, le gustaría volver a su profesión de periodista, esa que sigue amando.

David de la Cruz Adelante Izquierda Gaditana Sufro presión, no por los resultados, sino por la gente que no llega a final de mes”

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FOTOGRAFÍA­S: RAMÓN NÚÑEZ David de la Cruz posa delante de la finca en la que nació su madre en la calle Petróleo y Salvaora, hoy convertida en apartament­os turísticos.
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El candidato medita durante la relización de este reportaje.

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