Gaditanos alérgicos a la sequía
● La ausencia de lluvia agrava la situación de este tipo de pacientes
La primavera de este año será recordada como una de las más secas de la historia de España. Esto ha dado lugar a un escenario preocupante de sequía que aún puede agravarse a medida que el verano se vaya acercando. La situación es dramática. La falta de agua no solo afecta a los campos, al sector agrícola, también a la salud humana.
La sequía padecida por el país tiene implicaciones negativas para la salud pública. Especialmente, para aquellas patologías relacionadas con la contaminación atmosférica y las alergias. La falta de precipitaciones afecta a la calidad del aire, cargándolo de pólenes y de partículas contaminantes. Una consecuencia directa de que no se haya podido producir esta primavera el “efecto lavado” asociado a la lluvia.
“El calendario polínico se está viendo alterado a causa del cambio climático, de manera que hay pólenes que aparecen de una forma más prematura, otros se prolongan durante más tiempo u aumentan su presencia en el aire”, indica el doctor Francisco Moreno Benítez, miembro del Comité Nacional de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergias.
El doctor Moreno Benítez afirma que uno de los pólenes que se ven más afectados a causa de la sequía son las graminias, que se encuentran en el tercer puesto de mayor presencia en la provincia de Cádiz, y el del olivo.
Pero, ¿a qué se debe que los pacientes estén tan mal? “La lluvia desempeña un papel fundamental en este aspecto. Las precipitaciones filtran el polen que se encuentra en suspensión, haciendo que caiga al suelo y descargue el ambiente, provocando un descanso al paciente”, asegura el doctor. “Abril ha sido un mes muy duro debido a que sólo llovió un día y para que se alivien los efectos deben de llover como mínimo cinco días”, comenta Moreno Benítez. Otro factor importante ha sido la presencia del viento. Este fenómeno meteorológico hace que el polen se mantenga en el ambiente y las patologías de los pacientes se vean incrementadas. Asimismo, la presencia de la lluvia limpia la atmósfera de contaminantes ambientales,
Uno de los pólenes que se ve más afectado por la falta de precipitaciones es la gramínia
como las partículas expulsadas por las calefacciones o el tráfico rodado. Su ausencia provoca que los pacientes alérgicos tengan síntomas más intensos ante el polen.
Por otro lado, el doctor Moreno Benítez afirma que si todo continúa como parece, la primavera será más corta de lo habitual, salvo que aumenten las precipitaciones en el mes de mayo. Por lo tanto, las plantas dejarán de producir polen a principios de junio.