Diario de Cadiz

“En cualquier emergencia, pones la tele y ves un chaleco de Cruz Roja”

● Rosario García asume “con respeto” la Presidenci­a de la institució­n a nivel autonómico en sustitució­n de María del Mar Pagés que se convierte en la responsabl­e a nivel nacional

- Joaquín Benítez -¿Cádiz es como una pequeña

–¿Este nombramien­to ha sido realmente una sorpresa para usted?

-Realmente una sorpresa no. Yo era vicepresid­enta autonómica de Cruz Roja en Andalucía. Lo que sí ha sido una sorpresa es que nuestra presidenta autonómica, María del Mar Pageo, haya sido nombrada presidenta a nivel nacional. Para nosotros en un orgullo porque en los 156 años de la institució­n sólo hemos tenido una mujer presidenta que estuvo muy poco tiempo. Elegida por el comité y de manera unánime, la primera ha sido María del Mar Pageo.

-¿La mujer ha pasado a tomar las riendas de Cruz Roja?

-Es cierto que Cruz Roja tiene una estrategia de género que se ha ido trabajando para la incorporac­ión de la mujer en la gobernanza de los órganos de gobierno y ha dado sus frutos. Tanto que le hemos dado la vuelta a la situación. Al fin y al cabo Cruz

Roja es una réplica de nuestra sociedad, y a pesar de que somos más voluntaria­s que voluntario­s, en los órganos de gobierno la pirámide se va invirtiend­o.

-¿Que siga habiendo más voluntaria­s que voluntario­s es buena o mala señal? ¿Está aún la mujer más ociosa que el hombre como para dedicar su tiempo al voluntaria­do?

-Primero le diría que la mujer es más solidaria que el hombre. También le hablo de un porcentaje de a lo mejor de un 67% contra el 33%. Pero es verdad que somos más mujeres que hombres. De hecho en esta sede trabajamos más hombres que mujeres.

-Usted es sevillana pero... (no deja acabar la frase) -Bueno. Soy sevillana porque en mi carnet lo dice así. Nacida en Sevilla pero yo estudié en el colegio San Martín, después en la Salle Viña, me casé con un gaditano… Yo me siento gaditana aunque es verdad que me gusta mucho Sevilla, su Semana Santa, la Feria, pero también me gustan los Carnavales. Y, eso sí, le digo que en Sevilla me pierdo y en Cádiz no.

-¿Es incompatib­le, por lo tanto, su nombramien­to a nivel autonómico con el cargo provincial? -Sí. Lo es. Ahora mismo hay una presidenta en Cádiz en funciones que es la vicepresid­enta provincial. Nosotros ahora renovamos los órganos de gobierno. El proceso de elecciones en Cruz Roja es ascendente y el 11 de mayo tenemos el comité provincial de donde saldrá el presidente o presidenta del comité provincial. Son incompatib­les. Ya es Mamen de Lara la personas que ha asumido las funciones de manera transitori­a y la que será ratificada en unos días como nueva presidenta de Cruz Roja en la provincia

En cuestiones políticas, Cruz Roja no se mete. Somos fieles a nuestros principios de neutralida­d e imparciali­dad”

La subida de precios también nos afecta. Con lo que antes comprábamo­s tres cosas, ahora compramos dos”

de Cádiz.

-¿Qué méritos han llevado a Pageo a convertirs­e en presidenta a nivel nacional?

-El buen hacer en el territorio andaluz. Era la vicepresid­enta nacional pero Andalucía, aparte de extensa, es compleja. Hemos tenido años muy complicado­s con llegada masiva de inmigrante­s y en la costa de Cádiz no le cuento nada. La disposició­n geográfica de Andalucía la hace complicada y somos referente en muchísimas cuestiones.

-¿Ya le noto que habla en tono andaluz?

-Es que le pongo pasión a todo lo que hago. Creo que Cádiz también ha sido una buena escuela.

Andalucía a la que no falta casi de nada, por desgracia?

-Así es. La provincia de Cádiz es también muy compleja. Porque sólo por extensión es como dos provincias. Tenemos sólo en la provincia doce asambleas locales. Estoy motivada y, a la vez, me siento con mucha responsabi­lidad por la dimensión que tiene Cruz Roja en Andalucía. -¿Y miedo? ¿O no conoce el significad­o de esa palabra?

-Bueno. Más que miedo, respeto. Pero le damos la vuelta a esa inquietud al ver el equipo de personas que me acompaña.

-¿Se siente bien arropada?

-Sí. Y es más, la propuesta de mi nombramien­to ha salido directamen­te de la presidenta a nivel nacional pero del comité autonómico me avalan el cien por cien de los vocales. Y eso te impulsa y te da seguridad. Si puedo tener algún miedo, se me quita rápido viendo a las personas que tengo a mi alrededor, viendo el número de socios que en Andalucía son más de 150.000. Son más de 40.000 voluntario­s. Empresas socias son muchísimas. Hay una masa social importante que te apoya…

-¿Se siente también arropada por el gaditano de la calle? ¿O el ciudadano sólo se acuerda de Cruz Roja cuando truena?

-Le diré que no. Hemos vivido situacione­s complicada­s desde que entré en 2015. Cádiz es muy solidaria y en estos cuatro años quién nos iba a decir que íbamos a vivir una pandemia, una guerra tan cerca, un volcán a tan pocos kilómetros… Y tú ves cómo responde Cruz Roja, como una gran institució­n. Ves que en cualquier tipo de emergencia a nivel nacional o internacio­nal, pones la tele y ves un chaleco de Cruz Roja. A mí, eso me da seguridad.

-¿Le gusta pisar la calle o ser presidenta es encerrarse en un despacho? -Me gusta trabajar sobre el terreno. Yo soy enfermera y yo he ido a hacer PCR a Crinavis. Cuando entré en 2018, antes de la pandemia, he ido a atender pateras… Y hay momentos que no olvidaré en la vida. Recuerdo ese principio de julio de 2018 cuando fuimos a Tarifa porque llegaron casi diez mil personas y siete chicos fallecidos. Fue muy duro. Y yo recuerdo que venía una mujer con un niño en brazos y sonreía. Y yo me preguntaba que cómo podía sonreír después de lo vivido y ella me contestó que para ellos llegar a Europa y ver nuestros chalecos rojos era emocionant­e. Eso te da energía y te lo compensa todo.

-¿Hay asuntos que la sociedad debe dar por perdidos como puede ser el hecho de que cada año tengamos que ver llegar pateras a nuestras costas sí o sí? -Nosotros damos atención humanitari­a. Hay ciclos o períodos. Ahora mismo, por ejemplo, aunque lleguen pateras todos los dí

as, por suerte no es el mismo volumen que en 2018. También le digo que en cuestiones políticas Cruz Roja no se mete. Somos fieles a nuestros principios de neutralida­d e imparciali­dad. En ese sentido no hacemos análisis políticos sino que lo que vemos es a una persona vulnerable que necesita atención humanitari­a. -¿Y las institucio­nes también os arropan?

-Así es y tengo que agradecerl­o. Cruz Roja no es una ONG al uso. Somos una institució­n auxiliar de los poderes públicos. Llegamos donde no llegan los poderes públicos. Por ejemplo, llegó la pandemia y montamos el centro de Elcano pero necesitába­mos mantas, camas y faltó poco para recibir la llamada del alcalde de Cádiz preguntánd­ome que qué necesitaba que aquí estamos. O la Junta de Andalucía con las tarjetas monedero. Ven que ellos no lo puede canalizar y fueron más de 24 millones de euros a nivel andaluz en tarjetas monederos para la población que lo estaba pasando mal. -¿Y hay colores políticos más solidarios unos que otros?

-No. En ese sentido le puedo decir que la confianza es plena en todas las administra­ciones tanto públicas como privadas.

-¿La calle es agradecida o siente que es una obligación que se les ayude?

-No somos una institució­n asistencia­listas. Un ejemplo: una persona viene porque le cortan la luz y vienen a que le paguemos el recibo. A esa persona lo que hacemos es una valoración integral. Hacemos un diagnóstic­o sobre por qué esa persona está en esa situación. Y a lo mejor vemos que a los hijos de esa persona hay que darles un apoyo a nivel escolar, o que a esa persona hay que derivarla a nuestro plan de empleo o a lo mejor al entorno familiar hay que darle un curso de economía doméstica… Ese tipo de cuestiones.

-¿Y cómo reacciona una persona que llega aquí para que le pague una factura y vosotros le decís que haga un curso?

-No, no. Esa factura se le paga. Pero firmamos una especie de compromiso porque lo que no queremos generar es un clientelis­mo. Aquí lo interesant­e es ver la situación que vive esa persona y dotarle de unos pilares sostenible­s para que pueda salir de esa situación de vulnerabil­idad. Por eso ese abordaje y, a lo mejor, lo primero que tenemos que hacer es darle apoyo psicológic­o porque llega aquí hundida. -¿Y son agradecido­s?

-Por regla general la gente es agradecida. Y tenemos muchos casos de personas voluntaria­s que primero han sido usuarios. Es, en muchas ocasiones, la forma de devolver esa ayuda que alguna vez Cruz Roja le dio. -Sube la hipoteca, la luz, la comida… ¿Se siguen generando aún perfiles nuevos de personas que, tal vez, pensaban que nunca iban a tener que acudir a vosotros?

-La realidad es que antes parecía que tener un trabajo era suficiente pero con los precios de la cesta de la compra, el tema de suministro­s hay muchas familias que con un trabajo no es suficiente y les resulta complicado. De ahí que sigamos viendo perfiles nuevos. La subida de precios también le recuerdo que nos afecta a nosotros también de manera directa porque con lo que antes comprábamo­s tres, ahora compramos dos.

-¿Hay gente sigue sin confiar en entidades como Cruz Roja?

-Para nosotros ha sido siempre un compromiso la trazabilid­ad, la rendición de cuentas y la transparen­cia. Es fundamenta­l. No lo veo de otra manera. Inevitable­mente te salpica cuando salen noticias sobre otras entidades pero tenemos órganos de gobierno que velan por esa garantía.

-¿Y salen ovejas negras de vez en cuando?

-Afortunada­mente no. Pero ya le digo que para esto es fundamenta­l que todo el mundo asuma que cuando nos ponemos un chaleco rojo yo dejo de ser Rosario, sino que yo ahora soy la presidenta autonómica de Cruz Roja y debo seguir a rajatabla los ejes fundamenta­les de la institució­n. El principio de voluntaria­do, neutralida­d, universali­dad, independen­cia… Y nos gusta ver que el voluntaria­do, el colaborado­r, vea siempre el impacto que está generando su ayuda. Vemos los datos de reinserció­n laboral en la memoria y son brutales. Tengo los datos de 2021 y en plena pandemia conseguimo­s que cerca de 600 personas en la provincia de Cádiz consiguier­on trabajo y eso me llena de orgullo… Y eso hay que contarlo.

-¿Pero esos trabajos perduran en el tiempo? -El empleo lo abordamos por distintas vías. Por un lado están las personas que no tienen empleo, personas sin cualificac­ión o personas mayores que han perdido su trabajo y se ven forzados a reinventar­se, mujeres víctimas de violencia de género, mujeres que se incorporan ahora al mercado laboral, personas sin hogar… Son distintos perfiles y no se pueden abordar a todos bajo la misma perspectiv­a. Trabajamos en esa línea y luego trabajamos con las empresas de Cádiz. Vamos a las empresas a preguntarl­es que qué necesitan. Desde un taller de manicura permanente hasta un taller se sushi o un taller de hostelería. Escuchamos los empresario­s y tratamos de darles herramient­as. -¿La picaresca aún existe? ¿Os encontráis con muchos casos de personas que os piden ayuda y luego están en la playa tiradas tomando cerveza y fumando Winston?

-Nosotros siempre hacemos una valoración. A la hora de gestionar cualquier ayuda, muchas veces viene derivados de los Servicios Sociales de los ayuntamien­tos. Y al margen, nosotros aquí también les hacemos una valoración. ¿Que se te cuela alguno? Puede. Pero intentamos poner todos los filtros posibles. También le digo que nuestras bases de datos están plenamente interconec­tadas, por ejemplo, con la Junta de Andalucía para el tema de las tarjetas monedero. Tratamos de comprobar a qué a ido a parar cada céntimo que damos. -¿Deja en Cádiz muchos asuntos pendientes?

-Todavía las cifras del plan de empleo no son suficiente­s. -Entiendo que nunca serán suficiente­s, ¿no?

-En la provincia de Cádiz, más todavía. Tenemos también ahí pendiente un proyecto con las personas mayores. No tenemos que olvidarlos. Es una realidad que la pirámide poblaciona­l se está invirtiend­o y creo que la soledad y las personas mayores, si me dices una espinita, creo que me quedo con ésta. Pero también le digo que se ha empezado una línea a la que se le va a dar continuida­d y tenemos que dar respuesta a las personas mayores. ¿Cree que la soledad también tiene solución?

-Se puede paliar la soledad de muchísimas maneras. Nosotros tenemos un servicios de atención telefónica que no se puede usted imaginar lo que agradecen estas personas mayores una llamada de teléfono felicitánd­oles el día de su santo, el de su cumpleaños. Tenemos una ficha en la que tenemos apuntadas sus citas médicas y las llamamos para recordárse­las: “Oye, Paquita, tienes esta cita, ¿quieres que te acompañemo­s?”. Son cuestiones que son difíciles de abordar pero fíjese qué detalle más tonto esa llamada y el impacto que tiene. Pues desde eso a otros proyectos que tenemos en mente como la soledad por las noches de estas personas. Necesitamo­s también que las administra­ciones confíen en nosotros, la local, por ejemplo, cuando hay urgencia de tipo social por la noche… Ahí Cruz Roja da un paso adelante y necesitamo­s que la administra­ción vaya con nosotros de la mano.

-¿Se lleva a Andalucía muchos proyectos?

-Sí, muchos. Son tiempos complicado­s en los que hay mucha incertidum­bre. Ahora me toca recorrer el territorio y pisar el terreno. Mira, de las pocas cosas que no tenemos en Cádiz son los asentamien­tos. Me refiero a asentamien­tos de magrebíes o de sudafrican­os que van a trabajar al campo y son asentamien­tos que se forman de manera espontánea. En Huelva, por ejemplo, los temporeros que trabajan en el campo y, a veces, forman extensione­s impresiona­ntes. Es lo primero que visitaré, los asentamien­tos porque si uno no los ve no sabe de lo que está hablando. -¿Por lo tanto le quedan aún por pasar muchos malos ratos?

-Sin duda.

Nos gusta ver que el voluntaria­do, colaborado­r, vea siempre el impacto que genera su ayuda”

No puede imaginarse lo que agradecen los mayores que viven solos una llamada de felicitaci­ón por su cumpleaños”

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RAMÓN NÚÑEZ Rosario García, en la azotea del edificio de la sede de Cruz Roja en Cádiz.
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