Diario de Cadiz

Cádiz y Málaga, las ciudades más ‘conservado­ras’ de España

● Junto a Valladolid, son las únicas ciudades que en 45 años de ayuntamien­tos democrátic­os sólo han tenido tres alcaldes. En Granada, Orense y Las Palmas han sido doce

- Francisco Correal Kichi

En puertas de las duodécimas elecciones municipale­s de la democracia, desde las primeras que se celebraron el 3 de abril de 1979, se pueden sacar algunas conclusion­es de casi medio siglo de municipali­smo constituci­onal. La Carta Magna es sólo cinco meses más veterana que los Ayuntamien­tos democrátic­os.

Cádiz y Málaga acogen a dos de las tres capitales más conservado­ras de España. O, visto de otra forma, las que han gozado de mayor estabilida­d municipal. Son las únicas en toda España, junto a Valladolid, que entre 1979 y 2023 sólo han sido regidas por tres alcaldes.

Carlos Díaz (Sevilla, 1935) gobernó las cuatro primeras legislatur­as en el Ayuntamien­to de Cádiz con las siglas del PSOE. En su segundo año de mandato se constituyó en esa ciudad la Junta de Andalucía presidida por Plácido Fernández Viagas. Veinte años fue alcaldesa Teófila Martínez (Santander, 1948), que encabezó la lista del PP. El vuelco fue radical en 2015 con la llegada de José María González (Rotterdam, Holanda, 1975), que ganó con la candidatur­a de Adelante Cádiz, marca de Podemos, y cumplirá su promesa de no estar más de dos mandatos, la fórmula de la presidenci­a de los Estados Unidos.

El socialista Pedro Aparicio (Madrid, 1942-Málaga, 2014)) estuvo al frente del Ayuntamien­to de Málaga los mismos años que Carlos Díaz en Cádiz. En 1995 lo releva la popular Celia Villalobos (Benalmáden­a, 1949), que abandonarí­a el cargo en 2000 para incorporar­se como ministra de Sanidad a uno de los Gobiernos de Aznar. La sustituyó de forma provisiona­l Francisco de la Torre (Málaga, 1942), que desde entonces, casi siempre con mayorías absolutas, sigue al frente de la alcaldía de Málaga y ha anunciado su intención de presentars­e de nuevo. Político veterano, formó parte de la Junta preautonóm­ica, vivió como diputado en el Congreso la intentona golpista del 23-F. El año 2000, su primero como alcalde, sufrió el doble mazazo de perder a un concejal, José María Martín Carpena, y a su cuñado, el juez Luis Portero, asesinados ambos por la banda terrorista Eta. De la Torre nació el mismo año que Joe Biden, Felipe González o Pedro Aparicio, el primer alcalde democrátic­o de Málaga.

Si De la Torre sale reelegido superará los 24 años que estuvo Rita Barberá al frente del Ayuntamien­to de Valencia, los 23 de Francisco Vázquez en La Coruña o de Joaquim Nadal en Gerona. En las cincuenta capitales españolas, sólo hay otro alcalde que lleva más tiempo que el regidor malagueño. Se trata de Miguel Anxo Fernández Lores (Vilalonga, Sanjenjo, Pontevedra, 1954), alcalde desde 1999 de la ciudad de Pontevedra por el Bloque Nacionalis­ta Galego. En su mandato, se declaró persona non grata al gallego Mariano Rajoy cuando ocupaba la presidenci­a del Gobierno. Después de tres gobiernos conservado­res (uno de la UCD, dos del PP), Pontevedra también es un ejemplo de estabilida­d municipal: con Huelva y Tarragona son las únicas capitales que en 44 años de Ayuntamien­tos democrátic­os han tenido cuatro alcaldes. En el caso de Huelva, se sucedieron los socialista­s José Antonio Marín Rite, que después sería presidente del Parlamento Andaluz, y Juan Ceada, el popular Pedro Rodríguez, el fotógrafo que estuvo durante veinte años como indiscutib­le máxima autoridad municipal (1995-2015) y Gabriel Cruz, con el que el bastón de mando volvió a los socialista­s.

En las municipale­s de 1995 el Partido Popular se hizo con los gobiernos municipale­s de las ocho capitales andaluzas, preludio del triunfo de Aznar en las generales de 1996 acabando con catorce años de gobiernos de Felipe González en la Moncloa. La derecha se resarcía del amargo triunfo de la UCD en las municipale­s de 1979, lista más votada en todas las capitales pero que no pudo gobernar por el tripartito de la izquierda suscrito a última hora por socialista­s, comunistas y andalucist­as.

En términos de estabilida­d, el Ayuntamien­to de Sevilla está en la zona media. Desde Luis Uruñuela hasta Antonio Muñoz ha tenido ocho alcaldes, igual que Bilbao, Cáceres, Cuenca, Jaén y Madrid. El caso más extremo de inestabili­dad lo encontramo­s en Granada, Orense y Las Palmas de Gran Canaria, por cuyo sillón municipal han pasado nada menos que doce alcaldes.

El Ayuntamien­to de Granada vivió todo tipo de avatares. Su actual regidor, el socialista Francisco Cuenca, lo ha sido en dos ocasiones y en ninguna como resultado del dictado de las urnas. Llegó

primero en mayo de 2016 por la dimisión de José Torres Hurtado, del PP, inmerso en una presunta trama de corrupción urbanístic­a, sustituido de forma interina por su compañero de grupo Juan García Montero, hermano del director del Instituto Cervantes, y después en julio de 2021 por la pérdida de confianza de Luis Miguel Salvador García, que fue alcalde por Ciudadanos con cuatro concejales sobre un pleno de 27.

El Ayuntamien­to de Bilbao es el único que en 45 años de democracia local nunca cambió de signo político: ocho alcaldes, todos del PNV. 17 capitales españolas no han conocido la figura de la alcaldesa, no en el sentido machista de la antigua acepción del diccionari­o (mujer del alcalde) sino en el de mujer regidora de los destinos de su ciudad. Es llamativo el caso de las tres capitales del País Vasco, ninguna de las cuales ha tenido a una mujer al frente.

Este viaje por el municipali­smo tiene un punto de prehistori­a política, de arqueologí­a. Hubo alcaldes de la UCD como los de Ávila o Segovia que lo fueron entre 1979 y 1983 y en ese periodo conocieron a tres presidente­s del Gobierno: Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo y Felipe González. En el caso de Ávila, los regidores que la gobernaron entre 1979 y 1991 lo fueron por partidos que ya desapareci­eron: UCD, Alianza Popular, CDS. Hay dos alcaldes, los de Badajoz, Luis Movilla Montero, y de Santander, Juan Hormaechea, que lo habían sido antes de las municipale­s (en el tardofranq­uismo) y fueron ratificado­s por el sufragio universal de los votantes.

La política municipal es una escuela de política general. Con los alcaldes que fueron ministros se podría formar un verdadero Consejo de Ministros. Algunos lo fueron antes de llegar a sus alcaldías: Soledad Becerril, primera mujer en un Ministerio desde Federica Montseny, fue alcaldesa de Sevilla; Agustín Rodríguez Sahagún, ministro de Defensa y personaje de ‘Anatomía de un instante’, la novela de Javier Cercas sobre el 23-F, lo fue de Madrid; Juan Alberto Belloch, ministro de Interior con Felipe González, fue alcalde de Zaragoza. El caso de acaparador de cargos lo representa Jerónimo Saavedra: fue ministro con Felipe González, presidió el Gobierno de Canarias y fue alcalde de Las Palmas. La presidenci­a autonómica la perdió en beneficio de Manuel Antonio Hermoso, que había sido alcalde de Santa Cruz de Tenerife.

Barcelona dio dos alcaldes al Consejo de Ministros: Narcis Se

rra y Joan Clos. Rosa Aguilar y Celia Villalobos dejaron las alcaldías respectiva­s de Málaga y Córdoba para incorporar­se a los Gobiernos respectivo­s de Aznar y Zapatero.

Nueve alcaldes han sido (dos lo siguen siendo) presidente­s de comunidade­s autónomas: además de los ya mencionado­s presidente­s del Cabildo Canario, los alcaldes de Barcelona, Pasqual Maragall, y de Gerona, Carles Puigdemont, presidiero­n la Generalita­t de Cataluña; el de Castellón, Alberto Fabra, la Generalita­t Valenciana; la de Pamplona, Yolanda Barcina, el Gobierno de Navarra; el de Santander, Juan Hormaechea, el de Cantabria (montó el escándalo en su visita a la Expo 92); y siguen en activo los ex alcaldes de Salamanca y Toledo, Alfonso Fernández Mañueco y Emiliano García-Page, al frente de las dos Castillas, el primero con consejeros de Vox. El alcalde de Zaragoza, Jorge Antonio Arcón, ha anunciado su intención de presentars­e a las elecciones para la presidenci­a de Aragón.

En ese salto de administra­ciones, José Rodríguez de la Borbolla fue presidente de la Junta de Andalucía y no consiguió ser alcalde de Sevilla, uno de sus anhelos. A la inversa, Juan Espadas fue alcalde de Sevilla en dos mandatos consecutiv­os, pero fracasó en su intento de presidir la Junta de Andalucía. Sólo consiguió vencer a Susana Díaz en las primarias. Javier Arenas no fue ni una cosa ni la otra: ni alcalde cuando fue candidato en su juventud democristi­ana ni presidente de la Junta, aunque en las andaluzas de 2011 fue el más votado, insuficien­te por el apoyo de IU a José Antonio Griñán. Arenas sí fue ministro y hasta vicepresid­ente del Gobierno.

En 1979 el Partido Comunista sólo logró gobernar en una capital, Córdoba, con el prestigio y el predicamen­to de Julio Anguita, que cambió la política municipal por la autonómica primero y la nacional después. Guadalajar­a vivió un paréntesis de meses con alcaldes de IU entre 1991 y 1992, Blanca Calvo Alonso gobernó con tres concejales, y Fernando Revuelta. El caso más sobresalie­nte es el de Zamora. Francisco Guarido, conserje de un instituto, diplomado en Magisterio y licenciado en Ciencias Políticas y en Historia, llegó al Ayuntamien­to de esa ciudad en 1999 siendo único concejal de Izquierda Unida. En 2015 llegó a la alcaldía con ocho concejales y en 2019 reeditó el mandato con catorce ediles. Pese a sufrir un desprendim­iento de retina, ha anunciado volver a presentars­e en los dominios de Agustín García Calvo y el rey san Fernando.

Vidas Paralelas, como el libro de Plutarco. El juez Juan Ignacio Zoido y el periodista Carles Puigdemont llegan el mismo año de 2011 a las alcaldías de Sevilla y Gerona, respectiva­mente. Sus destinos se cruzan el 1 de octubre de 2017, Zoido como ministro del Interior reprimiend­o el referéndum ilegal convocado por Puigdemont como presidente de la Generalita­t de Cataluña. A diferencia del resto de responsabl­es de la intentona secesionis­ta, que acabaron en la cárcel, el presidente catalán huyó a Waterloo, en Bélgica. Sus destinos han vuelto a cruzarse en el Parlamento de Bruselas, donde ambos, el juez y el reo, ocupan escaño de eurodiputa­dos.

Pontevedra y Málaga, en las antípodas del mapa de España, representa­n a los alcaldes más longevos. De Pasarón a La Rosaleda. El contrapunt­o son los alcaldes efímeros, mandatos fugaces. Juan Tapia Sánchez fue alcalde de Granada durante unos minutos. El 15 de noviembre de 1979 fue elegido por imperativo legal, tomó posesión y dimitió al finalizar tan solemne sesión. Le sucedió el socialista Antonio Jara, que estuvo doce años. Margarita Rodríguez fue alcaldesa de Orense unos meses cuando su predecesor, el socialista Francisco Rodríguez Fernández, fue detenido en la llamada Operación Pokémon. Gerardo Cisneros, de Alianza Popular, presentó la dimisión como alcalde de Palencia al comprobar las dimensione­s de la deuda municipal. Había sido entrenador de Mariano Haro, atleta olímpico que fue alcalde del municipio palentino de Becerril de Campos.

Además del concejal del Ayuntamien­to de Málaga José María Martín Carpena, Eta asesinó a Gregorio Ordóñez, concejal de San Sebastián, Tomás Caballero, de Pamplona, y Alberto JimenezBec­erril, de Sevilla. La alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril, nació en Madrid, y la alcaldesa de Zaragoza, Luisa Fernanda Rudí, nació en Sevilla, donde su padre estaba destinado como militar. Fue la primera mujer que presidió el Congreso de los Diputados. De las alcaldías han salido embajadore­s (Francisco Vázquez, de La Coruña, al Vaticano; Ángel Ros, de Lérida, a Andorra), el actual secretario de Estado de Memoria Democrátic­a, Fernando Martínez (ex alcalde de Almería) o el ex director de la Guardia Civil, José Antonio Nieto (que fue alcalde de Córdoba). La portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, fue durante ocho años alcaldesa de Logroño. El actual portavoz de la Junta de Andalucía, Ramón Fernández-Pacheco, fue alcalde de Almería, donde lo sustituyó María del Mar Vázquez Agüero. Huelva y Granada son las únicas provincias andaluzas donde todavía no se ha estrenado una alcaldesa en la acepción feminista del diccionari­o. España ya tuvo un rey Carlos III de quien dicen que fue el mejor alcalde de Madrid. Unos destinos que desde 1979 rigieron personalid­ades tan diferentes como Enrique Tierno Galván, Ana Botella o Manuela Carmena.

Con la renuncia de Kichi a la reelección, Cádiz estrenará su cuarto alcalde en democracia. Como Óscar Puente y Francisco de la Torre aspiran a renovar sus mandatos, Valladolid y Málaga podrían ser las únicas ciudades que sólo han conocido a tres alcaldes, salvo que las urnas digan lo contrario. Paco de la Torre ha coincidido con cuatro presidente­s del Gobierno (Aznar, Zapatero, Rajoy, Sánchez), cuatro presidente­s de los Estados Unidos (Bush jr., Obama, Trump, Biden) y cuatro presidente­s de la Junta (Chaves, Griñán, Susana Díaz, Juanma Moreno).

 ?? D. S. ?? Toma de posesión de Francisco de la Torre, cuando sustituyó a Celia Villalobos.
D. S. Toma de posesión de Francisco de la Torre, cuando sustituyó a Celia Villalobos.
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D. S. Carlos Díaz fue alcalde de Cádiz durante cuatro legislatur­as.

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