Nueve detenidos en La Isla por realizar estafas ‘on line’ en España
● Cuatro de estos jóvenes, que habrían logrado un botín de medio millón, han entrado en prisión
San Fernando se ha propuesto convertirse en capital nacional de los delitos telemáticos. Desde hace años los cachorros de las bandas delictivas de La Isla han entendido que se pueden lucrar con el sudor del de enfrente sin tener que ensuciarse las manos. Así que, en muchos casos de manera autodidacta y en otros con nociones adquiridas de otros compinches, van dando sablazos por todo el país. Pero eso sí, el rastro digital es más difícil de borrar que una simple huella dactilar. Y por eso, una vez más, nueve de ellos han sido detenidos por la Policía Nacional después de una larga investigación.
Los arrestados formaban parte de una organización delictiva, dedicada a realizar estafas por toda España. Además, se les imputan delitos como el blanqueo del dinero obtenido y falsificaciones documentales.
Con este modus operandi se cree responsables de aproximadamente 50 denuncias repartidas por todo el territorio nacional, con las que los autores de los hechos habían conseguido estafar grandes cantidades de dinero. Se estima que el dinero obtenido por estos sujetos mediante la ejecución de su plan delictivo podría superar el medio millón de euros.
El método empleado por los integrantes de la organización, lejos de ser burdo o sencillo, resulta muy sofisticado. Y esto pese a la corta edad de los estafadores. Básicamente, nos encontramos ante una modalidad delictiva conocida como mediante la cual estos cacos del siglo XXI se sirven de programas informáticos por los cuáles han efectuado un pago previo, envían mensajes de texto de forma masiva a numerosas personas, haciéndoles creer que se trata de su entidad bancaria. Una vez las víctimas abren el enlace enviado y acceden a su cuenta los estafadores adquieren el control de dicha cuenta, ya que realmente la víctima no estaba accediendo a la página web de su entidad bancaria, sino que lo estaban haciendo a una página creada por los autores de los hechos, con apariencia de real y que les permite obtener todos los datos bancarios de las víctimas.
En ocasiones, los estafadores no adquieren en esa primera fase, todos los datos necesarios para poder cometer la estafa, ya que algunas entidades bancarias establecen mecanismos de doble verificación para evitar las estafas. Para paliar tal dificultad los estafadores avanzan un paso más en su mecánica delictiva.
LA VUELTA DE TUERCA
Y es que los pequeños estafadores llegaban a contactar telefónicamente con sus objetivos simulando ser agentes de la entidad bancaria para advertirles que están siendo víctimas de unos cobros fraudulentos en su cuenta bancaria. Les dicen que para evitar que estos cobros se materialicen deben de facilitar los datos que sean solicitados. Una vez en su poder, los estafadores sí que adquieren el control absoluto de las cuentas de la víctima.
El gran problema que se plantea y que genera una gran inseguridad social viene dado por el hecho de que cuando los estafadores realizan la llamada a la víctima, alegando ser un agente bancaria, lo hacen con un número de teléfono perteneciente al de la entidad bancaria. Es decir, si la víctima en esa primera toma de contacto ha tenido alguna sospecha de que podría encontrarse ante una estafa y consulta el número llamante a través de internet, le saldrá que ese número pertenece a su banco. De esta forma el estafador consigue eliminar las dudas que pudiera tener la víctima y hacerse con los datos necesarios, para adquirir el pleno dominio de su cuenta bancaria.
Esta investigación se inició hace aproximadamente nueve meses en la Comisaría de San Fernando. En dicha fase inicial se procedió a la detención de un individuo, siendo la información obtenida clave para la continuación de la investigación.
PRISIÓN PARA 4 DETENIDOS
Tras meses de investigaciones y de análisis de la información obtenida se pudo poner cara y nombre a los causantes del desaguisado, quienmes, además de llevar a cabo las estafas por la modalidad indicada, realizaban una importante labor de blanqueo del dinero obtenido ilegalmente, al objeto de insertarlo en el cauce legal. Para ello resultaba fundamental la labor de integrantes secundarios de la organización, pero con un papel muy importante. Los mismos, aperturaban distintas cuentas de criptomonedas, entre las cuáles realizaban numerosas operaciones que dificultaban el seguimiento policial. En otras ocasiones, realizaban inversiones o apuestas. Todo ello, con las finalidades indicadas de dificultar el rastro a los investigadores o de lavar el dinero obtenido de manera ilícita.
Una vez que el grupo de delitos tecnológicos de la Comisaría de San Fernando dispuso de las pruebas necesarias y en colaboración con la fiscalía especializada en criminalidad informática y el juzgado de primera instancia e instrucción número uno de San Fernando, se solicitó la entrada y registro en los domicilios de los 4 integrantes principales de la organización. En los mismos se obtuvieron numerosas pruebas incriminatorias, tales como los terminales móviles y equipos informáticos empleados para llevar a cabo la actividad delictiva, vehículos, relojes y aparatos tecnológicos de alta gama, así como 15.000 euros en efectivo.
Al margen del dinero en efectivo localizado en los registros, se tiene conocimiento de que los principales líderes de la organización almacenan el dinero obtenido gracias a la actividad defraudatoria en wallets o carteras virtuales, al objeto de dificultar la localización del mismo por parte de los investigadores.
Tras la puesta a disposición de los cuatro detenidos ante la Fiscalía especializada en Criminalidad Informática y ante la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número uno de San Fernando, se decretó el ingreso en prisión provisional sin fianza de cuatro de los nueve detenidos.
Los estafadores lograban hacerse con el control de las cuentas bancarias