Un tanto liberador para Lozano
● El golazo que el delantero hondureño marcó en el partido contra el Atlético de Madrid no sirvió para impedir la abultada derrota pero sí para evitar su primera temporada en blanco
El partido entre el Atlético de Madrid y el Cádiz CF de la 33ª jornada de Liga disputado el pasado 3 de mayo en la capital de España no tuvo historia. El conjunto amarillo fue goleado (5-1) con mucha facilidad y pasó página con rapidez a sabiendas de que, una vez que no presentó batalla en ese encuentro que dio por perdido desde el principio, se juega la continuidad en Primera División en los últimos cinco capítulos.
Aquella cita en el Cívitas Metropolitano, más allá del varapalo. dejó dos hechos concretos. Uno, el debut con el primer equipo del extremo del filial José Antonio la Rosa. Dos, el golazo que marcó Anthony ‘Choco’ Lozano.
El delantero, que saltó al césped después del intermedio, sorprendió con un zapatazo con la bota derecha desde fuera de la área con el que alojó el balón por la escuadra.
Fue quizás el mejor tanto de su carrera aunque sin el valor de otros menos vistosos pero decisivos como el que hizo ante el Alavés para atar la permanencia la pasada temporada. O los que firmó en la recta final de la campaña 2019/20 camino del ascenso a la máxima categoría.
El hermoso tanto del hondureño en el feudo del Atlético de Madrid no tuvo influencia en el desenlace pero al menos valió para que por fin abriese su cuenta anotadora este curso.
La pérdida de protagonismo del ariete con el avance del campeonato es evidente desde que se conoce su más que posible fichaje por el Getafe (rival directo de los amarillos en la lucha por la salvación) cuando acabe contrato con los amarillos el próximo 30 de junio. Fue titular en 12 encuentros de los 17 que jugó en la primera vuelta. Su situación dio un giro radical en la segunda parte de la Liga, con participación en sólo siete partidos y todos como suplente.
Lozano llevaba camino de acabar la campaña sin perforar la portería contraria. Esta siendo su peor curso como cadista. No estaba viendo puerta y corría peligro de ser el primero de su carrera año sin anotar un gol hasta el cañonazo en territorio rojiblanco. En la temporada 2018/19, no marcó con el Girona en la Liga pero sí hizo dos dianas en la Copa del Rey.
Fue el gol de la liberación, el primero del presente curso que en el plano individual le aporta un plus de autoestima y quizás le dé la posibilidad de disponer más minutos en la recta final del torneo. Todo apunta a que seguirá ejerciendo un papel secundario.