La nueva vida de los ocho centros que cerraron sus puertas
Desde hace dos décadas se han ido cerrando edificios tanto en el casco antiguo y Puerta Tierra. Afortunadamente, todos estos inmuebles, la mayoría de propiedad municipal, se han mantenido con un uso educativo o asistencial.
Sólo la antigua Institución Provincial Gaditana es patrimonio de una institución privada. Curiosamente en esta zona, en el solar de San Severiano, se llegó a proponer la construcción de un gran complejo educativo público, que abarcase los estudios desde Infantil hasta Secundaria, y que pudiese competir con los grandes centros concertados de la ciudad.
El colegio Bartolomé Esteban
Murillo, conocido como Capuchinos, cerró ya hace unos años para reconvertirse en el IES Caleta, un centro muy valorado por los programas que desarrollo en igualdad y formación de los jóvenes.
En 2003 cerró el Jaime Balmés (Arbolí). Se transformó, en 2013, en un centro cultural dedicado a las artes escénicas. Aquí se levantó en el siglo XVIII el Teatro Romano de la Ópera, la Casa de las Camorra, parte de cuya portada aún se conserva. Curiosamente, el elevado número de niños matriculados provocó a principios de la década de los 70 del pasado siglo que se utilizasen aulas para una ampliación que se ubicaron primero en la Casa del Obispo en Fray Félix (como se denominó a esta ampliación) para después trasladarse a los bajos del Seminario Diocesano. El centro atendió de forma provisional a los alumnos del Carlos III durante las obras que se ejecutaron en este centro.
En 1997 se clausuró el colegio
José León de Carranza, en Puntales. Hoy lo ocupa el Instituto de Formación de Alumnos. Y en la barriada de La Paz el Eduardo Benot se reutilizó para dependencias de diversos colectivos de atención social, en espacios cedidos por el Ayuntamiento. Hace unos meses se aprobó una inversión para realizar mejoras en el centro.
El Carmen Jiménez, sin uso educativo desde 2004, era uno de los colegios más pequeños de Puerta de Tierra. A pesar de encontrarse
en un precario estado de mantenimiento, ha funcionado como anexo del vecino Instituto de San Severiano. Desde hace meses su patio se ha convertido en un estacionamiento de vehículos.
El soterramiento de la vía del tren provocó el cierre del colegio Manuel de Falla en 2004, ante la cercanía de otro colegio público. El edificio de La Laguna se reconvirtió en la Escuela de Idiomas.
Frente al descenso de las matriculaciones que llevaron al cierre de la mayoría de estos colegios, se mantienen con un buen número de alumnos colegios como el Carola Ribed (que en su antigua y reducida ubicación estuvo a punto de cerrarse), Reyes Católicos, Campo del Sur y Carlos III.