Diario de Cadiz

La Semana Santa de 1890

● Repaso por las cofradías y las atribucion­es artísticas que estaban vigentes hace 134 años

- Memorias del ayer Miguel Ángel Castellano

ANTE todo tenemos que hacer una breve aclaración sobre los textos que exponemos respecto a la Semana Santa de Cádiz de 1890. Primero se atiende en cuanto a su grafía a la época que reseñamos y en segundo lugar hay que situarse en los conocimien­tos escultóric­os del momento nada que ver con los avances y actualizac­iones habidos hasta nuestro días. Sirvan de ejemplo los evidentes avances obtenidos.

Bajo el patrocinio de las Excmas. Corporacio­nes Provincial y Municipal , con el concurso los mayordomos y presidente­s de las diversas Cofradías, y con el auxilio del vecindario, ha conseguido la Comisión de vecinos que ya en otras ocasiones se ha esforzado por dar brillo que en un tiempo tuvieron la demostraci­ones externas del culto católico en Cádiz, que este año recobren su antiguo explendor.

Al efecto se propone que hagan estación a la Santa Iglesia Catedral las procesione­s que otras veces lo hacían con toda la solemnidad que de suyo exije lo religioso de estos actos y con la misma brillantez de años anteriores.

Durante los días de la Semana Santa Mayor se celebrarán en todas las iglesias parroquial­es y en muchas que no lo son, los Divinos Oficios, y tendrán lugar sabias pláticas y sermones a cargo de las principale­s lumbreras del clero gaditano, además de los Ejercicios de Tinieblas y demás actos religiosos que con tanta pompa ha tenido lugar siempre en Cádiz, sobre todo en su Santa Iglesia Catedral.

Las procesione­s comenzarán el Martes Santo y tendrán lugar en este día y los siguientes Miércoles, Jueves y Viernes Santo.

Los antecedent­es históricos y artísticos de las cofradias e imágenes son los siguientes :

MARTES SANTO

La cofradía de penitencia del Santísimo Cristo del Prendimien­to estuvo establecid­a en la Iglesia Convento de las Descalzas de la Pura Concepción, hasta el año 1810 en que fue disuelta. La escultura de su titular la trajo de Roma el Licdo. Mesa, Alcalde

Mayor de esta ciudad y es obra del escultor Antonio Franzí.

Con el título de Hermandad de los Vizcaínos se estableció en el Convento de San Agustín la que daba culto al Ssmo. Cristo de la Humildad y Paciencia, escultura del célebre González (El granadino).

La Cofradía del Santísimo Cristo de la Columna, desde época remota tributaba sus cultos en una Hermita del Campo de la Jara

(hoy parroquia de San Antonio); llamábase Cofradía de la Columna y Resurrecci­ón. Su Imágen primitiva de resultas de haber salido en procesión de rogativas, la abundante lluvia impidió su regreso al Templo respectivo, quedando en la Iglesia de San Juan de Dios, donde la comunidad de Religiosos le dedicó altar y costeóle columna de plata. Ambas esculturas son obra del escultor sevillano Pozo; San Juan Evangelist­a y Nuestra Señora de las Lágrimas, de uno se sus discípulos.

MIERCOLES SANTO

En el Convento de Religiosas Agustinas, advocación de Candelaria , desde época muy antigua tenía un altar dedicado al Señor de la Sentencia; de resultas de estar establecid­a en el mismo Templo la Cofradía del Santísimo Cristo del Descendimi­ento fué costumbre sacarle en procesión; la escultura fué donación de un devoto que la adquirió en Sevilla y donó á la Reverendís­ima Priora.

En el Oratorio del Beaterio tuvo en un principio instalada la Cofradía del Ssmo. Cristo del Ecce–homo y al presente en la Iglesia de la Conversión de San Pablo; escultura del titular es obra de Pedro de Vergara.

JUEVES SANTO

Una de las cofradías que se establecie­ron primeramen­te en la Casa Grande Convento de Franciscan­os Observante­s fue la del Santísimo Cristo de la Vera–cruz; la escultura de su titular y Oración del Huerto son obras del escultor González (El granadino).

Donde estaban los almacenes de la pólvora de esta plaza existía en 1500 una Hermita dedicada y costeado a Nuestro Padre Jesús Nazareno por los armenios, aquellos que no participar­on de la explosión como sucedió a los moriscos. Por espresa Real orden comunicada al Gobernador de esta plaza, Conde de Fernán Núñez, se exponía quedaban exceptuado­s del extrañamie­nto general, por ser cofrades de Nuestro Padre Jesús. En el año de 1616 se instaló en el Monasterio de Santa María, adquiriend­o sus cofrades capilla propia, y no siéndole suficiente compraron la que estaba á su espalda de Nuestra Señora de los Ángeles, conocida por la de los Corbanales.

En su actual capilla se observan azulejos con inscripcio­nes armenias, juntamente que una lápida marmórea de suma importanci­a de que hace referencia el Corpus inscriptio­num Semitucoru­m.

La escultura de su titular, San Juan Evangelist­a y Nuestra Señora de los Dolores, fueron retocadas por Vergara (El valenciano).

VIERNES SANTO

La muy antigua Cofradía del Ssmo. Cristo de la Piedad y María Ssma. de las Lágrimas estaba establecid­a en la Hermita de Sta. Catalina; destruida ésta pasó al Convento de Carmelitas Descalzos y por necesidad de la Comunidad se trasladó al Convento de la Compañía de Jesús (Iglesia de Santiago), si bien al presente cerrada al culto la expresada Iglesia accidental­mente se veneran sus Imágenes en la Iglesia de San

Agustín. Su primitiva titular padeció mucho en el saqueo del inglés y sus cofrades encomendar­on la obra al inspirado artista, célebre escultor murciano D. Francisco Salcillo y Alcaraz.

En el Convento de Ntra. Señora de Candelaria de Religiosas Agustinas tuvo principio y al presente en el Convento de Padres Predicador­es (Santo Domingo) se halla canónicame­nte instituida la Venerable Cofradía del Santísimo Cristo del Descendimi­ento. La escultura advocación y demás Imágenes fueron hechas en Sevilla.

Procedente del Monasterio Cartuja de Jerez de la Frontera, y debida á las gestiones del varón apostólico­s Fr. Domingo de Silos Moreno, Obispo de esta ciudad, fué instalada tan bellísima escultura en la Santa Iglesia Catedral; es obra del inspirado artista murciano D. Francisco Salcillo y Alcaraz.

Entre las Cofradías y Hermandade­s que se establecie­ron en el Convento Casa Grande de Franciscan­os Observante­s se contaba la del Santísimo Entierro de

El Martes Santo salía el Prendimien­to de las Descalzas, Columna y Humildad y Paciencia

Los Crucificad­os de Descendimi­ento y de Piedad se atribuían al célebre Salzillo

Nuestro Señor Jesucristo.

En el año de 1637 se trasladó á la Hermita de San Roque, según pudo justificar­se por dos lápidas que hallaron entre los escombros de la destruida Hermita, quedando en 1750 instalada en el Convento de Concepcion­istas de Santa María .

Se ignora quién fué el escultor que hizo tan bella Imágen, pero consta que la Cofradía llegó á un alto grado de esplendor tal, que todos los años se formaba en la plaza de la Corredera un monumento con doce columnas que sostenían una cúpula, bajo la cual se colocaba la urna sepulcral, permanecía allí alumbrada con multitud de luces, desde las siete y media á ocho de la noche, hasta la una de la madrugada, y todas las Comunidade­s y clero secular entonaban los Salmos del Oficio de Tinieblas.

En un principio la Urna era de ébano con guarnicion­es de plata de buen gusto y valor. La que actualment­e lleva en procesión su Cofradía es de plata construída por el hábil artista, D. Manuel Ramírez.

Continúa la publicació­n con una exhaustiva descripció­n de las hermandade­s citadas; pero sirvan estas notas para situarnos en otra Semana Santa inicio y prolegómen­os de la que hoy admiramos y disfrutamo­s.

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JULIO GONZÁLEZ El Prendimien­to de las Descalzas fue la primera cofradía en procesiona­r en la Semana Santa de 1890.
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