Diario de Cadiz

Respirando Historia: una mirada viva al Museo de Chiclana

● Desde antiquísim­as reliquias hasta narrativas que detallan la evolución de la ciudad, este recinto trasciende de la mera exhibición, es un vibrante testimonio de la singular identidad chiclanera

- Carla Gómez

Cuando se piensa en Chiclana, es fácil dejarse llevar por la imagen de sus espectacul­ares playas o el encantador poblado de Sancti Petri. Sin embargo, esta ciudad gaditana va mucho más allá de sus costas de postal. Chiclana se enorgullec­e de un centro histórico vibrante, que cobra vida cada mañana con la bulliciosa actividad de sus habitantes, quienes acuden al Mercado de Abastos para realizar sus compras diarias, tejiendo así la tela de la vida cotidiana de este pintoresco rincón del sur de España.

En medio de estas calles llenas de historia y tradición ha surgido un verdadero tesoro cultural: el Museo de Chiclana. Ubicado en pleno centro del casco histórico de la ciudad, este museo ha sido desde su inauguraci­ón en 2010 un faro de conocimien­to, historia y arte, tanto para residentes como para visitantes por igual.

“El origen de este museo no se debe a la existencia de una colección previa que exigía la creación de un espacio museístico, sino que es el resultado de una decisión política decidida: la voluntad de crear un museo que, con el tiempo, se consolidar­a en el espacio que hoy disfrutamo­s. Fue un acto cargado de potenciali­dades y visiones de futuro”, comenta el director, Jesús Romero, quien añade que “al iniciar este proyecto, apenas contaban con cuatro piezas, lo que demuestra que el impulso para su creación fue más una aspiración de tener un museo que una realidad tangible. Sin embargo, desde entonces, ha aspirado a ser más que una mera colección de objetos, buscando siempre trascender las limitacion­es iniciales”.

Aunque al principio contaba con un número reducido de piezas, este espacio cultural ha experiment­ado un crecimient­o notable, tanto en su extensión física como en su importanci­a, convirtién­dose en un epicentro de actividade­s culturales y educativas. Jesús Romero resalta que “el museo es dinámico, se encuentra en constante evolución y, por ello, queremos que el público experiment­e la vitalidad de nuestras exhibicion­es. Desde su apertura, el número de visitantes ha ido en constante aumento. Inicialmen­te, recibíamos alrededor de 300 visitantes al mes, pero ahora con frecuencia superamos los 1.000 y hemos llegado a alcanzar alrededor de 2.600, por lo que no es un museo estático; hay un flujo constante de personas”.

En la actualidad, el Museo de Chiclana se estructura en torno a dos pilares fundamenta­les: la programaci­ón de exposicion­es temporales y la colección permanente. Esta última ofrece un cautivador viaje a través de diversas épocas, eventos, figuras destacadas y obras representa­tivas de Chiclana, proporcion­ando una experienci­a inmersiva que va más allá de la simple transmisió­n de informació­n. Cada obra, ya sea una pintura, escultura o fotografía, cuenta una historia fascinante que transporta al público a través del tiempo y el espacio.

Las exposicion­es temporales, por su parte, exploran diversos aspectos de la cultura local y proporcion­an una visión dinámica de la historia y el arte, atrayendo a una amplia audiencia y promoviend­o el diálogo intercultu­ral. Además, se llevan a cabo exposicion­es bajo el nombre ‘Contextos del Museo de Chiclana’, que profundiza­n fonográfic­amente en

los temas presentes en las exhibicion­es permanente­s, enriquecie­ndo así la experienci­a del visitante con nuevos contextos y perspectiv­as. Cada año, presenta dos o tres para ampliar aún más su alcance y contenido.

Además de su faceta expositiva, este santuario cultural también desempeña un papel activo en la investigac­ión y la organizaci­ón de actividade­s culturales, abarcando desde conferenci­as y cursos hasta presentaci­ones de libros y conciertos. “A través de nuestras diversas iniciativa­s, buscamos enriquecer la vida cultural de nuestra comunidad. Sin embargo, este enriquecim­iento conlleva una responsabi­lidad importante: la conservaci­ón y restauraci­ón de las obras que albergamos, garantizan­do así su preservaci­ón para las generacion­es futuras”, destaca el director.

Las coleccione­s del recinto abarcan una amplia variedad de temas, desde la arqueologí­a hasta el arte contemporá­neo, con destacados tesoros como la colección del pintor Agustín Segura, cuya influencia perdura en Chiclana a lo largo de los siglos. Lo que comenzó como una modesta colección de siete obras ha crecido considerab­lemente, duplicando ahora su tamaño. “Nuestro objetivo es no sólo adquirir obras por el mero hecho de tenerlas, sino por completar y enriquecer nuestro contenido”, enfatiza

Jesús Romero. “Por ejemplo, teníamos explicacio­nes textuales sobre la importanci­a del desnudo en la obra de Segura, pero carecíamos de una representa­ción visual. Ahora, con la adquisició­n del cuadro de ‘Adán y Eva’, hemos podido ilustrar esta faceta de su trabajo. Este enfoque selectivo se refleja en todas las adquisicio­nes, cada una con un propósito específico y una intención clara”, añade.

“Ocasionalm­ente también exhibimos piezas invitadas que complement­an nuestra colección durante uno o dos meses, un ejemplo destacado fue la exposición especial de Semana Santa ‘Aprendiend­o con Pasión’ “, cuenta el director, quien destaca “otra iniciativa conocida como la ‘pieza del mes’, donde selecciona­n una obra de sus fondos para exhibirla públicamen­te. En ocasiones especiales o conmemorat­ivas, incluso se retira temporalme­nte una pieza de la colección permanente para destacarla, brindando al público la oportunida­d de apreciarla de una manera nueva y significat­iva. Esta iniciativa invita a la gente a descubrir y valorar piezas que podrían haber pasado desapercib­idas en su contexto original, resaltando así la experienci­a museística”.

Jesús Romero afirma que “están siempre activos, buscando nuevas formas de mejorar y sorprender tanto a los turistas como a los propios vecinos”. “Entendemos que la repetición puede llevar al aburrimien­to, por lo que es vital para nosotros seguir innovando y ofreciendo nuevas experienci­as. Nuestro lema desde 2013 ha sido ‘Museo de Chiclana: ven y vuelve’, invitando a todos a disfrutar y volver a nutrirse de nuestras obras de arte”.

“Reconocemo­s que somos un museo modesto, pero trabajamos incansable­mente para que nuestras coleccione­s sean cada vez más valiosas y sólidas”, continúa el encargado. “En muchos grandes museos se cuida la apariencia, pero descuidan los contenidos. En cambio, aquí nos esforzamos por cuidar cada una de nuestras piezas. Los visitantes llegan sabiendo que vienen a un museo de pueblo, pero se sorprenden gratamente por la calidad y diversidad de nuestras exposicion­es. El museo ha contribuid­o significat­ivamente a desestacio­nalizar el turismo, ofreciendo una alternativ­a cultural a aquellos que buscan algo más que sol y playa”.

No sólo es un espacio para contemplar obras de arte, sino también un centro de aprendizaj­e y participac­ión comunitari­a. A través de programas educativos, visitas guiadas y talleres, se busca involucrar a personas de todas las edades en la exploració­n y apreciació­n del patrimonio cultural. Además, este emblemátic­o recinto colabora estrechame­nte con institucio­nes educativas locales, proporcion­ando recursos que enriquecen el plan de estudios y la experienci­a de aprendizaj­e de los estudiante­s.

“Mirando hacia el futuro, estamos sumamente entusiasma­dos con nuestros ambiciosos planes, que incluyen la expansión del museo para incluir salas didácticas, una biblioteca y espacios especializ­ados para la restauraci­ón de obras. Además, estamos inmersos en la creación de una exposición de verano titulada ‘Don nadie: retratos para la posteridad’, una exploració­n profunda sobre la vanidad y el retrato a través de una cuidadosa selección de marcos y espejos. Esta exposición ofrecerá a los visitantes la oportunida­d única de contemplar retratos de individuos desconocid­os, cuyas identidade­s se han perdido en el anonimato, invitándol­os a reflexiona­r sobre su legado y su significad­o para las generacion­es venideras”, concluye Jesús Romero.

Este emblemátic­o edificio ha dejado una marca imborrable en la comunidad local y ha contribuid­o significat­ivamente a la promoción del turismo. Su compromiso con la preservaci­ón y difusión del patrimonio cultural ha sido fundamenta­l para mantener viva la historia de Chiclana y para inspirar a las generacion­es futuras a apreciar y valorar su legado. Con cada exposición y evento, el Museo de Chiclana reafirma su posición como un faro de cultura y conocimien­to en la costa gaditana, enriquecie­ndo la vida de quienes tienen el privilegio de visitarlo.

El museo contribuye tanto a la promoción turística como a la difusión cultural

 ?? MANUEL ARAGÓN PINA ?? Conjunto de cuadros de la colección permanente del Museo de Chiclana.
MANUEL ARAGÓN PINA Conjunto de cuadros de la colección permanente del Museo de Chiclana.
 ?? MANUEL ARAGÓN PINA ?? Jesús Romero sostiene el cuadro ‘Flores’ de Sebastián Tessa Arias.
MANUEL ARAGÓN PINA Jesús Romero sostiene el cuadro ‘Flores’ de Sebastián Tessa Arias.
 ?? MANUEL ARAGÓN PINA ?? ‘Gato entre flores’, de Sebastián Gessa Arias.
MANUEL ARAGÓN PINA ‘Gato entre flores’, de Sebastián Gessa Arias.
 ?? MANUEL ARAGÓN PINA ?? Retrato de Federico Godoy.
MANUEL ARAGÓN PINA Retrato de Federico Godoy.

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