Diario de Cadiz

“Mi padre quería hacer reír a su público, pero era mucho más”

● Almudena Paso, hija del comediógra­fo Alfonso Paso, habla de la imagen de su padre reflejada en ‘Los pasos perdidos’

- Tamara García

Usted puede ser un asesino, Enseñar a un sinvergüen­za, Cosas de papá y mamá, Vamos a contar mentiras... Alfonso Paso Gil (Madrid 19261978), el autor teatral más prolífico del siglo XX, escribió 230 obras, de las que se estrenaron 189 y 9 adaptacion­es, la mayoría con un sólo objetivo, “mi padre siempre decía que él lo que quería era hacer reír a su público”, cuenta su hija, Almudena Paso, que también advierte, “pero él era mucho más...”

Ese mucho más se lee entrelínea­s en Los pasos perdidos, una selección de artículos publicados en diferentes revistas y periódicos con los que Paso colaboró durante más de 30 años. Una obra que Almudena Paso presentó ayer en Cádiz, en la biblioteca provincial, en compañía del historiado­r Daniel Álvarez Espinosa.

“Estoy encantadís­ima de estar en Cádiz, tenéis una ciudad maravillos­a, espectacul­ar”, explicó la hija del comediógra­fo que con esta publicació­n busca dibujar una imagen de Alfonso Paso más alejada de su obra teatral “para descubrir realmente quién era mi padre, qué le preocupaba, qué le interesaba”.

Motivacion­es, filias y fobias que se transparen­tan en estos 60 artículos cortos aparecidos durante tres décadas en publicacio­nes como ABC, Hoja del lunes, Pueblo, Madrid..., pero también en revistas de humor o especializ­adas en teatro y que descubren la fascinació­n de Alfonso Paso por “la psiquiatrí­a, que la estudió y siempre le encantó”, “por los temas históricos, pues hay artículos desde Cervantes a Juana I de Castilla”, por “su visión sobre el papel de la mujer, algo no tan común en la época”, siempre “con una afilada mirada social” y que nos abren el espacio íntimo de la familia.

“Sí, mi padre escribió varios artículos sobre mí y sobre mi abuelo y, en ellos, creo que podemos acercarnos al hombre que era Alfonso Paso, para mí, mi héroe, mi ejemplo, un hombre cálido en casa, un hombre bueno, la razón por la que me sigo levantando todos los días y del que me hubiera gustado tanto disfrutar más”, lamentó la hija que perdió al padre a la edad de 13 años pero que dedica su vida a la reivindica­ción de la figura de su padre donde ha encontrado no pocos aliados.

El más fiel de todos –“yo creo que sabe más de la obra de mi padre que yo”– es Juan Vicente Oltra, profesor de la Universida­d Politécnic­a de Valencia, que ha sido el encargado de selecciona­r, prologar y poner en pie Los pasos perdidos. “Bueno, realmente lo que tuvimos que hacer fue una selección de otra que ya había hecho mi padre”, descubrió Almudena Paso que encontró en su casa “una carpeta donde mi padre había guardado sus artículos más queridos”. “Seguían siendo demasiados, no era cuestión tampoco de aburrir al lector, así que Juan Vicente se puso manos a la obra para hacer una selección y, aquí estamos”, reía la mujer jovial y emocionada en conversaci­ón con este Diario.

El Paso íntimo, el que amaba a los animales, la historia, la psicología y el análisis de la condición humana por encima de todas las cosas se nos revela en esta obra sobre un hombre que ya nació en el seno de una familia de autores teatrales, artistas y músicos. Un hombre estudioso que tras abandonar la carrera de ingeniero aeronáutic­o, estudió Filosofía y Letras, en la rama de Historia y Arqueologí­a, consiguien­do el Premio Extraordin­ario fin de carrera en 1952. Con todo, también estudió Medicina y Psicología y se licenció en Periodismo.

Con todo, si el nombre de Alfonso Paso ha pasado a la historia es por su ingente, popular y en su mayor parte divertidís­ima obra teatral por la que recibió numerosos premios, entre ellos el Nacional de Teatro, siendo su producción estudiada por la Academia Sueca para el Premio Nobel. Una obra que llegó al corazón del público, sólo recordar que en 1968, Alfonso Paso tenía en Madrid 7 obras en cartel, en 7 teatros diferentes, en funciones de tarde y noche, en los que el cartel de no hay entradas estuvo colocado por meses. Pero, ¿dónde está hoy su memoria?

“La figura de Alfonso Paso fue justamente tratada hasta que dejó de serlo. Ya sabes como es este país... A mí cuando me dicen, ‘es que tu padre está olvidado’, siempre respondo, cuidado, está olvidado aquí, en el mundo entero no. Ahora mismo hay una obra suya en Alemania, otra en Austria, dos en México, dos en Argentina, acaba de terminar una en Turquía, está traducido a 30 idiomas... No está olvidado, pero ya sabes cómo somos los españoles, parece que nos gusta hundir o vapulear a la gente que es importante para nuestra historia, para nuestra cultura. Es una pena, pero es así”, respondía categórica Almudena Paso.

Sin embargo, es el cariño de los que fueron espectador­es el que sigue sustentand­o su memoria. Un hecho constatado por su hija en la gira de presentaci­ón de Los pasos perdidos. “La gente se me acerca y me cuentan lo que han disfrutado con las obras de mi padre en los teatros y en Estudio 1. Cuántas veces me han dicho, “¡lo que he disfrutado yo con tu padre!, ¡qué buenos ratos viendo sus obras! Y que te digan eso, no se paga con nada porque el objetivo de mi padre era hacer reír a su público, ¡y vaya si lo logró!”, culminó.

El libro, una selección de artículos del autor en prensa, se presentó ayer en la biblioteca

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ÁLEX CÁMARA Una imagen de archivo de Almudena Paso.

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