Chiara Mastroianni se convierte en su padre en ‘Marcello Mio’
Christophe Honoré dirige una comedia sobre actores en la que también participa Catherine Deneuve
Chiara Mastroianni realiza una especie de homenaje a su padre en Marcello Mio, una película en la que se disfraza del gran Marcello Mastroianni, algo que le resulto fácil. “Lo que fue perturbador fue volver a ser yo misma”, afirmó en la presentación del filme en el Festival de Cannes. “Hace tantos años que me dicen que me parezco a mi padre, que ser él no fue difícil, me gustó mucho. Lo que fue perturbador, lo que no me divirtió nada, fue volver a ser yo misma”, explicó la actriz en la rueda de prensa.
Al respecto señaló que para trabajar como actriz trata de poner una cierta distancia. “Si me dejo llevar por la nostalgia y la tristeza, haría un filme solo para mí. No quiere decir que no sienta las cosas pero no quiero que mis propias emociones invadan mi personaje”, agregó. A fin de cuentas, señaló, se trata de un juego. “Yo soy Marcello en la mirada de los otros pero yo no me veo”.
La actriz es la protagonista de una película de Christophe Honoré que compite por la Palma de Oro de Cannes y en la que está acompañada por su madre, Catherine Deneuve, y por actores como Fabrice Luchini y Melvil Poupaud, el cantante Benjamin Biolay (ex marido de Chiara) o la realizadora Nicole Garcia.
Todos ellos se interpretan a sí mismos aunque son en realidad personajes alejados de sus personalidades en una historia en la que Chiara Mastroianni empieza a vestirse como su padre ante la mirada estupefacta de los que la rodean.
Hay detalles en el filme que son reales, como el hecho de que a Marcello Mastroianni le encantaba recoger perros de las calles, pero está lejos de ser una película biográfica, precisó el realizador. “Me prohibí leer biografías de Marcello Mastroianni”, afirmó Honoré, que resaltó que su película no desvela nada de la vida privada del actor italiano porque “hubiera sido como traicionar la complicidad que tengo con Chiara”. Lo que ha pretendido es crear un “misterio suplementario” sobre el protagonista de La dolce vita (1960) y hacer un filme “que fuera una especie de sortilegio, mágico, que invocara un espíritu”.
Pero que hablara “sobre el trabajo de los actores, sobre la identidad de los actores, el paralelismos entre actores y espectadores, porque los espectadores nos identificamos con la gente que está en la pantalla y los actores con un personaje”. Chiara Mastroianni precisó que “son personajes de ficción inspirados en personajes reales” con los que, partiendo de lo íntimo, Honoré ha llegado al lirismo y a crear una historia que parece real pero que es muy diferente.
Un proyecto que la actriz calificó de “audaz, un poco arriesgado y emocionante” que le propuso el realizador, con quien había trabajado ya en seis películas y en una obra de teatro antes de esta. Mientras que para Deneuve, al principio no le parecía interesante interpretarse a sí misma, pero leyó el guion y le gustó mucho por “su originalidad y ternura”.