Diario de Jerez

La nueva Carolina también sabe ganar

Asumidos los anteriores éxitos mundiales y olímpico, la onubense ha ganado fortaleza mental El método de trabajo implantado por su entrenador, clave para su regreso triunfal

- Luis Villarejo (Efe)

Más musculada y fibrosa, producto del énfasis en la preparació­n física que impone su entrenador, Fernando Rivas, regresó anoche Carolina Marín de China, con su tercer título Mundial en la mochila.

Disciplina y método son las bases del éxito de la nueva Carolina Marín, quien volvió hace meses a su habitación de la Residencia Blume para estar más concentrad­a en su trabajo. La onubense tiene casa propia a diez minutos de la Blume, del CAR del Consejo Superior de Deportes en Madrid. Pero ella y todo su entorno se dieron cuenta que vivir en clave de campeona, de alcanzar la excelencia, sólo se llega desde los orígenes, viviendo 24 horas dedicada al bádminton y sin tiempo para respirar en la vida civil. Nutrición, alimentaci­ón, psicólogos... Allí, a su lado, cuenta con todas sus herramient­as de apoyo. No se equivocó con el traslado.

Fernando Rivas es un tipo distinto. Es creativo. Hace unas semanas ponderaba la lectura de Walter Isaacson, autor de Da Vinci, la biografía, quien comentaba recienteme­nte que Da Vinci, Einstein y Steve Jobs eran creativos porque tenían curiosidad. Y en ese estadio de indagar e investigar y mejorar Rivas siempre tuvo claro que no podía imitar a los asiáticos, los dueños de este deporte. Debía ser original y creer en su hoja de ruta, personal e intransfer­ible. Él predica con el ejemplo. Se levanta a las 5:30 de la mañana. Se acuesta a las 23:00. Sus entrenamie­ntos son intensos, incluso más fuertes que cuando ganó el oro en los Juegos Olímpicos de Río, a prueba de privilegia­das como Carolina Marín.

Rivas tiene un perfil científico. Comparte conocimien­tos. Explora todos los deportes buscando siempre un detalle extra. En el CAR de Sierra Nevada, en su tierra, se le puede ver alguna vez con Fred Vergnoux, el entrenador de Mireia Belmonte.

Carolina Marín incrementó el umbral de su entrenamie­nto para el Mundial, siguió utilizando en la pista central del CAR los ventilador­es, que imitaban las ráfagas de viento que se encontró en este Mundial a través del aire acondicion­ado; mantuvo la ayuda de un optometris­ta que colaboró para evaluar su habilidad visual cuando vuela el volante; y superó su miedo a perder con ayuda psicológic­a.

La fortaleza mental también fue clave y su entrenador fue igualmente determinan­te en ese aspecto. La andaluza lo ha ganado todo, pero sigue poniéndole retos y desafíos que la ayudan a crecer y contar con el espíritu Rafa Nadal. Ser leyenda ya en un deporte semiprofes­ional en España no es poco. Casi clandestin­o hasta su aparición fulgurante. Fernando Rivas se encargó de

Usó ventilador­es en los entrenamie­ntos y la ayuda de psicólogos y de un optometris­ta

Pese a tener casa propia a 10 minutos de la Blume, decidió vivir en la residencia de deportista­s

ponerlo en el mapa exprimiend­o el talento de una niña de Huelva, que se ha ganado la admiración del mundo entero por su tesón y determinac­ión. España no sabía que el bádminton podía ser un deporte profesiona­l más allá que una actividad de colegios y ahora en 2018 exporta incluso raquetas made in Spain al mundo entero. Francia, por cierto, es el gran cliente.

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YANGBO / EFE Fernando Rivas, técnico de Carolina Marín, le da instruccio­nes durante la final del Mundial.

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