Diario de Jerez

“Que el calor haya llegado tarde no implica que el verano se alargue”

JOSÉ ANTONIO MALDONADO

- Pilar Larrondo

–Para algunos una bendición, para otros un contratiem­po. ¿Por qué está siendo este verano tan atípico?

–Hasta que entró la ola de calor el pasado miércoles la situación atmosféric­a era de tal manera que los vientos de poniente eran dominantes en la Península. Por tanto, en las zonas donde habitualme­nte se alcanzan temperatur­as más altas este año no se habían dado todavía. No ha habido el clásico viento de levante en el área del Estrecho.

–¿Puede que ésta sea la primera de muchas olas de calor de aquí a que acabe el verano?

–Las temperatur­as van a seguir siendo altas, pero no tanto como estos días atrás.

–¿Llegaremos al Pilar con 40 grados?

–Es imposible saberlo, pero es muy improbable. Que el calor extremo haya comenzado tarde no implica que se vaya a alargar. Siempre ha habido veranos frescos, como el de 1977, sin que luego el otoño sea excesivame­nte caluroso.

–Veranos cada vez más largos y otoños y primaveras inexistent­es. ¿Todo se debe a la mano del hombre o también hay algo de cíclico en la climatolog­ía?

–No comparto mucho lo de que no haya primavera. Otra cosa es que las temperatur­as, a nivel global, hayan ido en ascenso. Desde mediados del siglo XX la tendencia de las temperatur­as es a subir. Pero eso no quiere decir que cada año vaya a hacer más calor. Por eso, en general, los inviernos suelen ser más suaves, aunque luego se den bajones y nieve en zonas de Andalucía donde no es habitual que lo haga.

–Se habla de los efectos nocivos del cambio climático a largo plazo pero, ¿cuáles son las consecuenc­ias más inmediatas?

–En el Polo Norte hay menos nieve y ésa es, quizás, la consecuenc­ia más palpable. Por lo demás, a efectos cotidianos, las consecuenc­ias no se notan de un día para otro. A lo largo de la historia de la Tierra la climatolog­ía siempre ha estado cambiando,

Alcanzar 40 grados en Andalucía en agosto es lo normal, no debe abrir un telediario”

aunque tardase mucho tiempo en notarse. Ahora ese cambio también se produce, lo que ocurre es que se da de forma más acelerada por la mano del hombre. Eso es el cambio climático, que debería llamarse cambio climático a consecuenc­ia del hombre. Porque cambio climático en sí siempre se produce.

–Este año las precipitac­iones han sido muy abundantes, pero no siempre es así. ¿Es el agua el petróleo del futuro?

–En ese sentido hay menos consenso que con respecto a la tendencia a subir de las temperatur­as. Hay periodos de sequías y periodos lluviosos. Por lo general, Andalucía tiene más periodos secos que lluviosos. Pero eso es por nuestra posición geográfica y ha pasado siempre.

–Los fenómenos atmosféric­os antes eran noticia por su brutalidad, ahora copan los telediario­s diariament­e. ¿Nos hablan demasiado del tiempo para obviar otros asuntos?

–Mientras he estado en televisión no he percibido que se hable del tiempo para no hacerlo de otra cosa. Lo que sí he notado es que se convierte en noticia algo que no debe serlo. En invierno tiene que hacer frío y en verano calor. Que en Sevilla se alcancen 40 grados en agosto es normal, no para abrir un telediario. Tampoco es noticia que se alcancen 38 grados en Córdoba. A mí no me entra en la cabeza, pero se hace porque hay que rellenar el espacio televisivo. –El hombre del tiempo es toda una eminencia pero cuando se equivoca resulta que el hombre del tiempo nunca acierta. ¿Hasta qué punto es la meteorolog­ía una ciencia fiable? –Un pronóstico, por definición, puede que luego no se cumpla. Se hacen pronóstico­s sobre la alineación que va a sacar un equipo y luego tres de los jugadores que habían dicho no juegan, pero no pasa nada. Eso por no hablar de la economía. Pero luego nadie los ataca. A nosotros, sí. Como es algo de hoy para mañana queda muy palpable. Haces un pronóstico de diez días y los nueve primeros los clavas. El fallo en el último es con lo que la gente se queda. –La previsión meteorológ­ica resulta muy ventajosa, pero ¿no cree que el exceso de informació­n, como ocurre en Semana Santa, muchas veces nos limita? –Todo tiene sus ventajas y sus inconvenie­ntes. Cuando lo piden las hermandade­s es porque tiene más aspectos positivos que negativos. A lo mejor dices que hay un 80% de posibilida­des de que llueva durante las seis horas que la cofradía va a estar en la calle y puede que llueva o no. En Sevilla, por ejemplo, hay muchas cofradías que recurren a mí cuando la meteorolog­ía es inestable. Pero, como he dicho, un pronóstico es un pronóstico. –En plena era de internet y con un año tan ajetreado meteorológ­icamente hablando, ¿ha aumentado el número de visitas del Eltiempo.es? –La página nació en 2008 y nadie la conocía pero no ha dejado de crecer. Hoy día todo el mundo tiene un móvil con acceso a internet y eso ha ayudado mucho. Antes sólo se miraba el tiempo en el ordenador, ahora es una constante. –Buen tiempo, para la mayoría es sol y temperatur­as por encima de los 25 grados, pero ¿qué es buen tiempo para un meteorólog­o? –Un día soleado, con una temperatur­a de algo más de 20 grados y sin viento. Antes los agricultor­es se enfadaban cuando yo decía que hacía buen tiempo los días soleados porque llevaba mucho tiempo sin llover. El mal tiempo es necesario, pero es mal tiempo.

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