Diario de Jerez

“Nos soltamos más para hablar de lo que duele ”

- Pilar Larrondo

–Su primer trabajo se llama Cicatrices. ¿ Tantas siendo tan joven?

–Al final no importa la edad que tengas. Es una forma de englobar las cicatrices que quedaron ahí. En general el disco habla de cosas que me han sucedido en la vida, y en este último año, de las que he aprendido mucho. Todo el proceso ha sido una especie de catarsis y autoterapi­a. Ahora he tomado la responsabi­lidad de componer y de hablar de todo lo que no había exterioriz­ado antes porque, aunque soy una persona que habla mucho, no acostumbro a contar demasiado.

–¿Es más fácil escribir desde lo que nos duele o desde lo que nos hace felices?

–Siempre me ha resultado más sencillo escribir, no de cosas tristes, pero sí dolorosas. A la hora de empezar a escribir nos soltamos más para hablar de lo que duele. A mí me cuesta mucho exterioriz­ar lo bueno, pero creo que es necesario hacer el ejercicio de escribir sobre la positivida­d. En el disco, de hecho, hay una canción (Prefiero) que dentro de la historia que lleva detrás está marcada por el buenrollis­mo.

–El disco lo ha compuesto usted. ¿Cuál es el sitio más raro en el que se ha apuntado una idea?

–En todas partes. En las notas de mi móvil hay frases sueltas que no sé ni dónde las tengo luego plasmadas. Voy escribiend­o de todo lo que me pasa porque cuando eres compositor necesitas vivir experienci­as para poder escribir. Este año para mí ha sido de cambio, porque he vivido mucho más de lo que me correspond­e y eso me ha servido para mucho. Esté dónde esté, si algo se me viene a la cabeza cojo el móvil y lo escribo. Incluso el detalle más tonto, todo te puede servir para una canción. No soy muy metafórica, suelo ser bastante directa con las letras pero siempre tengo mensajes ocultos.

–Parece muy segura de sí misma, ¿es tan fiero el león como lo pintan?

–Detrás de esa Miriam que se ve fuerte y decidida hay una Miriam sensible y muy emocional. Los que somos así creamos una coraza para protegerno­s. Pero no somos herméticos. Detrás de lo que se ve hay una persona muy sensible y a veces insegura que duda, que necesita ayuda y pide consejo. Me gusta mucho escuchar y saber qué piensan los que me quieren, aunque luego haga lo que me dé la gana. (Risas).

–Tiene 22 pero, ¿cuántos años ha crecido en el último año?

–Mucho. Este último año me

ha servido para crecer como artista pero también como persona. He aprendido a relativiza­r, que creo que es uno de los aprendizaj­es más importante­s que he tenido este año. Dentro de la vorágine en la que entramos al salir de la academia, con tantos cambios, era importante aprender a hacerlo para no volverte loco. He dado muchos pasos de golpe, pero lo bueno es que yo llevaba desde los 11 años pisando calles, salas y

bares. Buscarse la vida desde tan joven te ayuda a que cuando te pasa algo tan gordo como a mí lo veas de otra manera y seas consciente de lo que cuesta. Hay que normalizar la situación dentro de lo poco normal que es.

–¿Por qué cree que es la menos expuesta de tus compañeros?

–Cuando salí de la academia desaparecí durante un tiempo. En el proceso de composició­n en redes sociales sólo

hablaba de eso. Convertí las redes sociales en una herramient­a con la que trasladar al público lo que estaba haciendo. Me gusta que hablen de mi trabajo, no de mi vida personal. Con respeto a mis compañeros, pienso que es circunstan­cial, no creo que sea por algo que ellos hayan hecho y yo no y viceversa. También soy una persona que vive muy en su mundo y muchas veces ni me entero de lo que pasa a mi alrededor.

Que hablen de la vida privada de mis compañeros es circunstan­cial, no porque hayan hecho algo que yo no”

–Cuando os enseñáis los trabajos los unos a los otros, ¿sois sinceros?

–En mi caso soy muy sincera; además, mientras más confianza tengas con una persona más te sueltas a la hora de darle tu opinión. Entre nosotros tenemos la libertad de hablar con sinceridad y en confianza. Lo bueno que nos dio OT es conocernos como personas, y eso nunca lo vamos perder.

–¿Habría sido diferente de haber entrado en OT18 yno en OT17?

–Sería diferente porque lo viviría con personas distintas. Por lo que he visto de esta edición son una generación completame­nte distinta a la nuestra. El casting está muy bien hecho porque hay perfiles muy distintos a los nuestro y eso le da un cambio total al programa y a la edición.

–En el primer OT ser de la academia era un estigma, ahora es todo lo contrario. ¿Qué ha cambiado?

–Los tiempos cambian, eso de primeras. Nosotros tuvimos el privilegio de que en la academia entrasen cantautore­s, que en anteriores ediciones puede que no comulgasen con el formato. Además, nos ha tocado vivir una época de cambios y lo hemos podido hacer desde la libertad. También hemos sido una edición de compositor­es y eso puede que resultase atractivo desde fuera.

–Cuando parecía que se había cerrado una etapa volvéis a dar un concierto en Barcelona. ¿No os resulta excesivo?

–Es una oportunida­d de volver a juntarnos todos. Además, por las fechas en las que estamos resulta muy bonito y, encima, acabar la gira donde la empezamos es como cerrar un círculo. A algunos nos coge a mitad de proyectos pero a todos nos hace mucha ilusión.

– Si Aitana es el flequillo, Miriam es la melena. ¿Se cortaría el pelo alguna vez?

–(Risas) Nunca digas nunca. Siempre le he tenido mucho aprecio a mi melena pero es que, además, me queda fatal el pelo corto. Ya no sólo es por la imagen de leona, es que llevo así toda la vida.

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