‘Mini-Merkel’, una apuesta por la renovación dentro de la continuidad
continuidad. Cuando AKK, como se le conoce por sus iniciales, se convirtió en secretaria general de la agrupación en febrero, elegida por un congreso extraordinario a propuesta de Merkel, algunos medios la presentaron como la “princesa heredera”. Ella respondió que nunca le ha gustado el papel de princesa, ni siquiera en carnavales. Su rechazo abierto al matrimonio homosexual la emparenta con los conservadores, pero sus convicciones en política económica y social, como su defensa del salario mínimo interprofesional la pasada legislatura o de las cuotas de mujeres para fomentar la igualdad en las empresas, le distancian de ellos. AKK, a quien se ha llegado a denominar miniMerkel,
nació en Völklingen, en el Sarre, hace 55 años. la vía centrista para su partido.
Empezó su discurso la canciller, entre fervientes aplausos, recordando esa “situación muy difícil” en que llegó a la presidencia y aludió directamente, algo no usual en ella, al escándalo de financiación irregular en la era Helmut Kohl. Costó “superar” esa situación, prosiguió, y el desafío ahora es “mantenerse unidos” y “liderar unidos”, siempre desde la vocación centrista que caracteriza a la CDU.
En su alusión a las irregularidades financieras de entonces se percibía un mensaje hacia Schäuble –ideólogo de la candidatura derechista de Merz–, quien entonces quedó apeado de la presidencia del partido, que le legó por designación directa Kohl, salpicado por el escándalo. Schäuble, que bajo el liderazgo de Merkel ha sido un hombre de peso en el partido y en sucesivos gobiernos, parecía creer que había llegado el momento de recuperar la figura y elocuencia de Merz para derechizar de nuevo a la CDU. Aunque sea por la mínima, de momento la elección se ha decantado por la continuidad.