El despegue de la FP Dual
El alto porcentaje de inserción laboral multiplica la apuesta por sus ciclos formativos
Desde que la Formación Profesional Dual se introdujo en el sistema educativo andaluz, en el curso 2013/14, los resultados demuestran que la inserción laboral del alumnado es una realidad. Así lo confirman los porcentajes y sobre todo la confianza depositada en él por las empresas, que han visto en este modelo un excelente vivero de profesionales para el futuro.
El último informe de la Consejería de Educación cifra en más de 5.000 los alumnos que se encuentran cursando actualmente FP Dual en Andalucía. Dicho informe revela además que en 2013/14, primer año de implantación de la FP Dual, Andalucía inició la andadura con 12 proyectos repartidos entre 207 alumnos de dos centros y para 87 empresas. Hoy, en el 2018/19, hay censados 411 proyectos repartidos entre 5.001 alumnos de 205 centros para 3.282 empresas.
En lo que a la provincia se refiere hay actualmente en funcionamiento 26 especialidades (13 se incluyeron en el presente curso) y en Jerez, un total de 12, repartidos en 5 de grado superior y 7 de grado medio.
Para comprender un poco más qué es la FP Dual, hemos visitado a uno de los centros jerezanos que trabaja habitualmente en ello, el CDP La Salle Sagrado Corazón. En este centro están matriculados 180 alumnos de FP Dual, repartidos en los grados medios de Gestión Administrativa e Instalaciones Eléctricas y Automáticas.
“Lo que queremos es que esta experiencia refleje cien por cien la realidad laboral, esa es la diferencia de la FP Dual”, explica Fernando García, Jefe de Departamento y Coordinador de la Dual.
Para ello, el alumnado, cuyo perfil de edad oscila entre los 18 y los 50 años, no sólo desarrolla su aprendizaje en el propio centro, sino que alterna éste con prácticas en empresas. “En nuestro caso, añade García, los alumnos están en el centro de lunes a miércoles y el jueves y el viernes van exclusivamente a la empresa. Eso en el primer curso, en segundo, la estancia en la empresa se amplía un día más”.
De esta forma, “la responsabilidad de la formación la compartimos el centro y la empresa”, y por tanto, “sitúa al alumno/a en un entorno laboral desde el primer día, es decir, se adquieren conocimientos en el mismo lugar donde tiene que aplicarlos”.
Esta dinámica se comprende a la perfección cuando se accede a las clases del colegio La Salle Sagrado Corazón, conocido popularmente como Mundo Nuevo. La principal diferencia es que el hábitat no es el convencional, no es el aula normal, sino que se plantea como un aula de simulación o aula-empresa.
Un ejemplo, en el ciclo de gestión administrativa, los alumnos trabajan en el propio centro como si estuvieran en una empresa, es decir, “la formación se construye a través de simulaciones para que sepan a qué tendrán que enfrentarse”.
Así, nada más acceder al centro encontramos la recepción, donde un alumno (que debe acudir uniformado) se encarga de la atención al cliente, y otros, en el aula de simulación, se encargan de la correspondencia y documentación. De forma rotatoria, llevan a cabo dicha función. “Le tratamos como de jefe a empleado no como profesor alumno”, asegura el coordinador.
El tercer pilar de este grado es la llamada aula-empresa, que se sustenta sobre un universo ficticio, pero que fiel a la realidad laboral. Así, la clase está dividida en departamentos, desde finanzas a márketing pasando por recursos humanos y logísticas, y través de empresas ficticias, se apoyan en una plataforma y aplicaciones digitales que representan el mercado.
Algo parecido se trabaja en el grado de Instalaciones Eléctricas y Automáticas. En él, los alumnos se reparten en grupos de tres para llevar a cabo el mantenimiento de todo el centro. Víctor Alonso, uno de los docentes, explica que “bajo la supervisión de un profesor, se encargan de todo, desde la electricidad a la informática. Hacen hasta sus partes de trabajo e incluso deben ser conscientes de los gastos de material que eso conlleva”, añade. Todo de un modo cooperativo, ya que desde el centro se ha apostado “por el aprendizaje cooperativo, para nosotros la base del éxito social en el mundo laboral”.
Precisamente esta circunstancia, ha hecho que actualmente, el porcentaje de inserción laboral esté en el 76%. Según Fernando García, “de cada 14 alumnos, 10 son contratados”. En la actualidad, el programa de FP Dual del centro cuenta con la participación de cinco empresas, Ikea, Bodegas Fundador, Cooperativa Covijerez, Epremain, Indeso, y Gaboral.
La oferta laboral se expande también fuera de España gracias al denominado FTC (Formación en Centros de Trabajo) en el extranjero. En este centro en concreto, se posibilita que 22 alumnos realicen prácticas en empresas de países como Portugal, Italia, Croacia, Polonia, Francia, Bélgica e Irlanda, aunque en éste último se exige un nivel alto de inglés. Víctor Alonso, coordinador de este ámbito, señala que esta opción “es cada vez más demandada, porque no sólo aprenden profesionalmente, sino humanamente”. Se ofrecen “tres tipos de estancia, una corta, que es un mes y medio, otra larga que son tres meses y otra que son 100 días. Nos buscan la empresa para que hagan las prácticas, se les da un alojamiento, un seguro privado y tienen un seguimiento, además de convalidar dichas prácticas a nivel europeo”.
Estas becas han posibilitado también otra vía de salida laboral. “Ha habido alumnos, sobre todo en el ciclo de Instalaciones eléctricas y automáticas, que les han ofrecido quedarse en hoteles de Europa haciendo mantenimiento, entre otras cosas porque le meten mano a todo. Están mucho más sueltos y se adecuan más a la vida laboral”.
En Jerez son varios los centros educativos que trabajan con la FP Dual, entre los que destaca Rumasa, el Asta Regia, María Medianera Universal, Nuestra Señora del Rocío, San Juan Bosco, Manuel Lora Tamayo o el Sta. Isabel de Hungría.
En este panorama positivo ha aparecido estos días una nube, el Real Decreto publicado por el gobierno a final de diciembre que obliga a pagar a la Seguridad Social por las horas de prácticas en las empresas de los estudiantes de FP y universitarios, algo que puede provocar un frenazo a su buen funcionamiento.
La Salle Sagrado Corazón es un ejemplo de esta modalidad con su aula de simulación