El genial Ortega Bru
La genialidad del imaginero sanroqueño Luis Ortega Bru también dejó una importantísima huella en la Semana Santa jerezana. En la jornada del Lunes Santo, hasta siete imágenes de los Apóstoles llevan la autoría de Ortega Bru en el misterio de la Cena. Los restantes fueron modelados por los hermanos Ortega Alonso, sobrinos de Ortega Bru. Un misterio magnífico que ofrece la dimensión de este genio de la escultura. Y otra obra cumbre que encontramos en la jornada del Viernes Santo como es el Sagrado Descendimiento. Un misterio irrepetible. De una factura fuera de lo común que con buen criterio es denominado como el “retablo andante”. Una obra perteneciente a la época castellana de Ortega Bru y que posiblemente venga a representar uno de sus trabajos cumbres.
Siguiendo la estela de los hermanos Ortega Alonso, habría que destacar otro paso de misterio de bella factura como es el de la Clemencia. El Señor traicionado en el huerto de los olivos. El misterio de los cofrades de San Benito.
En la jornada del Martes Santo hay que destacar el calvario más conseguido de la Semana Santa jerezana como es el de la hermandad del Amor. Este misterio tiene distintas imágenes secundarias como María Salomé o María de Cleofás, esta última llegando a procesionar antiguamente en la hermandad de la Soledad. Son obras anónimas del siglo XVII. María Magdalena está tallada por Antonio Eslava. El antiguo San Juan es anónimo también del siglo XVII que se comentó en su día pudo haber procesionado con la antigua hermandad de San Antón. Los antiguos romanos fueron adquiridos en el año 1945 a la Flagelación, que a su vez adquirieron a una hermandad de Sevilla. Actualmente, estos dos romanos llevan la autoría del imaginero jerezano Antonio López Ramírez.
El Martes Santo se culmina con un magnífico misterio cuyas imágenes secundarias son tan reconocidas que se conoce a la her-