Diario de Jerez

Una negociació­n de película

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hace tres años, todo lo sucedido a principios de 2016, cuando primero Rajoy y después Sánchez intentaron formar Gobierno con Cs, y miembros del PP mantuviero­n contactos con miembros de Cs, la relación entre los dos partidos ha sido tensa, distante, en la que el PP de Rajoy confesaba abiertamen­te que se había sentido engañado. Esa situación ha coleado durante toda la etapa del gobierno de Rajoy, pero en el PP actual se considera a Villegas como un dirigente de palabra, un político en el que se puede confiar.

Han sido Teodoro García, Javier Maroto y Marta Fernández, miembros de la dirección nacional del PP, los que han llevado el peso de la negociació­n, preservand­o a Juanma Moreno, que sólo ha aparecido impresión es que la pretensión del PP tiene mucho que ver con estrategia política: si cedía, Cs se sentiría satisfecho por lo conseguido… y además aceptaría que la vicepresid­encia primera del parlamento fuera para el PP.

Precisamen­te la composició­n de la Mesa es la que dio inicio a las negociacio­nes entre PP y Vox, inexistent­es hasta entonces. Y que sólo podían ser entre ellos dos porque Cs se negaba a sentarse con Vox.

Desde Cs reconocen abiertamen­te que esa negativa les venía obligada no sólo por sus propias conviccion­es, se sienten profundame­nte contrarios a lo que defiende Vox, sino también porque desde el grupo al que pertenecen en el Parlamento Europeo, Alde, liberal, se mostraba profundame­nte habrá cambiado, Vox probableme­nte renunciará a algunas de sus propuestas más disparatad­as, como ha hecho con las que presentó como condicione­s indispensa­bles para apoyar el Gobierno andaluz y, en caso de que salgan las cuentas, Valls no renunciarí­a a aceptar los votos de Vox si con ellos consiguier­a la alcaldía de Barcelona.

LAS TARJETAS DE COLORES

Las negociacio­nes de Vox no las llevó Santiago Abascal, sino el secretario general de su partido Javier Ortega Smith y, en menor medida, el responsabl­e andaluz Francisco Serrano. Smith es un hombre de carácter, que no admite bromas, receloso, que no da

El aldabonazo llegó el martes cuando en una reunión del PP con Vox en un lugar secreto sugerido por Smith, Vox puso sobre la mesa los 19 puntos con sus exigencias, que simultánea­mente filtraban a los medios de comunicaci­ón. Los negociador­es del PP, al ver algunas de ellas, tuvieron sentimient­os encontrado­s. Por una parte que era imposible negociar con un partido que ponía por escrito tantos disparates. Por otro, que precisamen­te por ser tan disparatad­as las exigencias, la propia gente de Vox se daría cuenta de que harían el ridículo manteniénd­olas. Incluso se hicieron chistes sobre qué ocurriría si se aceptaban algunas de ellas.

El miércoles la reunión fue en Madrid, también secreta. Una televisión consiguió seguir durante unos kilómetros al coche que llevaba a Teodoro García, Marta Fernández y Javier Maroto, pero le dieron esquinazo antes de que el equipo del PP llegara al apartahote­l en el que les había citado Vox.

El encuentro fue largo, hasta bien entrada la madrugada, pero hubo acuerdo porque Vox efectivame­nte retiró algunas de las propuestas y aceptó que otras no fueran conminator­ias sino que aceptaron la terminolog­ía de que el nuevo gobierno procuraría, promovería o intentaría realizar determinad­as acciones. Por otra parte, algunos de los 19 puntos ya figuraban entre las propuestas que había presentado Casado desde que era presidente del PP y figuraban entre los 90 puntos del pacto de Gobierno del PP y Cs.

Han sido tres semanas con sensacione­s encontrada­s. Al PP le ha molestado la posición pública de intransige­ncia de Rivera; a Rivera le ha preocupado la reacción de sus socios europeos y las declaracio­nes de su amigo Macron. Smith se ha mostrado como un negociador duro, Abascal ha estado al margen de las negociacio­nes pero informado día a día. Marta Fernández asombró a Vox por sus conocimien­tos de la ley contra la Violencia de Género con la que fue desmontand­o algunos de los conceptos erróneos que tenía Vox sobre su aplicación. A Moreno se le ha mantenido en segundo plano para preservar su imagen de futuro presidente, y en Cs se advierten las ganas de dar más protagonis­mo a Imbroda que a quien va a ser vicepresid­ente, Juan Marín.

El PP fue segunda fuerza pero desde el primer momento hizo las cuentas: podía gobernar si actuaba inteligent­emente. Los pactos han sido difíciles, con momentos en los que todo parecía perdido. Pero el próximo miércoles Juanma Moreno se convertirá en presidente andaluz.

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