Unas cien personas tratan de rescatar a un niño de 2 años en un pozo de Málaga
unos familiares de los padres.
Sin embargo, las tareas realizadas durante toda la tarde no permitieron localizar rastro alguno del niño. “Nos queda una larga noche”, se atrevía a predecir el portavoz.
En las labores se cuenta con colaboración de varias empresas privadas, entre ellas la que realizó el pozo de captación de agua. Se empleó una cámara robotizada para tratar de visualizar el interior del orificio y determinar la altura a la que se encontraba. Los dos intentos realizados resultaron infructuosos, según fuentes próximas al suceso. La primera de las intentonas permitió bajar el dispositivo hasta unos 78 metros de profundidad. En ese momento, según fuentes consultadas, la cámara tocó tierra húmeda. La duda es si en su caída el pequeño provocó un desprendimiento y quedó bajo ese nivel de tierra.
Es la profundidad del pozo, cuya apertura tiene un diámetro de apenas 25 centímetros
Esta circunstancia incrementó la dificultad en las alternativas de rescate analizadas. Una de ellas pasa por la realización de un sondeo paralelo al pozo original, a través del cual acometer el rescate. “Pero no es lo mismo que esté a 78 metros que a 107”, expusieron las fuentes. Posteriormente, se hizo una segunda prospección, que tampoco parece haber sido satisfactoria.
El dispositivo desplegado en el Dolmen del Cerro de la Corona está integrado por cerca de un centenar de efectivos. Integrantes de la Guardia Civil, del Equipo de Rescate Intervención en Montaña (EREIM), del Grupo de Especialidades Subacuáticas (GEAS), del Cuerpo Nacional de Policía y la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES), así como del Consorcio Provincial de Bomberos. Además, según precisaron desde el 112, se solicitó la asistencia del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Desastres (GIPED) del Colegio de Psicólogos de Andalucía.