Sin descanso en el Dolmen del Cerro Corona
La noche fue larga y dura. Muy fría. Los bomberos que se encontraban en el Dolmen de Cerro de la Corona, lugar donde se encuentra el pozo al que se precipitó Yulen, únicamente pidieron un café caliente para continuar con el trabajo antes de que llegase el amanecer.
Barajaron los bomberos diferentes alternativas y le dieron muchas vueltas a la cabeza para intentar alcanzar el hueco donde supuestamente se encuentra el niño de dos años. Localizar, acceder y rescatar eran el único pensamiento.
En el centro de operaciones, junto a los efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos, se encontraban los agentes de la Guardia Civil coordinando el dispositivo. Con ellos, funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, de la Policía Autonómica y personal de la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES), así como de Protección Civil.
En total, un centenar de personas trabajando todos a una con una única estrategia: llegar hasta Yulen en las mejores condiciones. Que sean actuaciones lentas, pero seguras, pues la prioridad es extremar las precauciones.
En el lugar del suceso también se encontraba un equipo del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Desastres (Giped) del Colegio de Psicólogos de Andalucía para atender a los padres de Yulen y Vicky, así como a otros familiares cercanos. Pasaron buena parte de la noche y del día junto al pozo, sin despegarse, a pesar de que les recomendaron que se marcharan a su casa a descansar.
Muy cerca del cruce que hay hacia la carretera se encuentra el carril por el que llegó la trampa para Yulen. En la vía, decenas de periodistas se apostaban deseando conocer las noticias que llegaban de arriba. Era constante el
trasiego de vehículos que subían y bajaban, aunando esfuerzos en un trabajo conjunto por rescatar al pequeño. Empresas de construcción también se ofrecieron voluntarias a ayudar.
Durante la mañana no cesaban los planes y las alternativas y surgían tres vías de esperanza. A última hora, operativo seguían trabajando. Una pesadilla que ya sufren durante dos noches los padres de Yulen. El domingo habían ido a este paraje de Totalán a disfrutar de una paella con otra pareja de amigos. A esa hora sonaba la dura llamada al 112 con la que empezaba todo.