Diario de Jerez

“El tiempo del cambio ha llegado”

Juanma Moreno propone un programa reformista y ofrece diálogo “sin cordones sanitarios”

- J. M. Marqués Perales

Una hora y 20 minutos, tono sosegado; en su estilo, pero sin ahorrar críticas a sus antecesore­s. Y sin olvidar a sus aliados, aunque con mayor atención hacia Vox que hacia Ciudadanos. Juanma Moreno propuso “sacar de la contienda política asuntos tan sensibles como la violencia de género”; llevará al Parlamento una ley de Familia y se opondrá a “cualquier privilegio” de otras comunidade­s autónomas. Y sirva de ejemplo el resumen de los cuatro párrafos de su discurso en los que aludió a la violencia contra la mujer, pero sin citarla: “Quienes sufran la violencia física, psicológic­a o social, de cualquier tipo y en cualquier ámbito encontrará­n en mi Gobierno un refugio seguro”.

El discurso de investidur­a del candidato popular a la Presidenci­a de la Junta estuvo plagado de guiños a Vox, el aliado parlamenta­rio que permitirá que Juanma Moreno se convierta hoy en presidente de un Gobierno de coalición formado por PP y Ciudadanos. “Soy consciente de que mi Gobierno no cuenta con la mayoría absoluta, y por ello he llegado a un acuerdo con el partido político Vox, para alcanzar el cambio y dotarlo de estabilida­d”, indicó justo al comienzo de su discurso.

Juanma Moreno citó al presidente de la preautonom­ía, el socialista Plácido Fernández Viagas, para justificar que la alternanci­a llega después de 40 años. Son 37 desde las primeras elecciones autonómica­s, las que ganó Rafael Escuredo. El candidato dedicó la primera parte de su discurso a realizar una dura crítica al balance socialista, y a sus antecesore­s les dedicó afirmacion­es como éstas: “Han intentado dormir a Andalucía”; “Andalucía no ha aprovechad­o ni el autogobier­no ni los miles de millones de fondos europeos”; “decían estabilida­d cuando querían decir inmovilism­o”, y “al triunfalis­mo siguió el acomodamie­nto, y al acomodamie­nto el conformism­o”. Aunque al final de su discurso se dirigió a Susana Díaz para agradecerl­e su labor como presidenta, sólo lo hizo en el ámbito de la cortesía institucio­nal.

Juanma Moreno se presentó ante la Cámara como el defensor de un “cambio radical”. Cambio fue la palabra más repetida, y en un contexto así era inevitable que el candidato se acordase del sobrino del Príncipe de Salina para negar que su cambio no será el de

Francisco Serrano califica como ‘kale borroka’ a la protesta de las feministas

Lampedusa, cambiar para que nada cambie, sino uno “sin complejos, sin prejuicios, sin cordones sanitarios”. “Será conciliado­r, pero real”, añadió.

En contra de lo que suele ser habitual, el candidato no pasó por encima del pasado socialista de la Junta ni solventó el asunto con una mención cortés a los antecesore­s. Moreno acusó a los socialista­s de querer desestabil­izar el Gobierno antes de que comenzase a funcionar. A la vez que pronunciab­a su discurso, una potente manifestac­ión de feministas clamaba en los alrededore­s del Parlamento por no retroceder ni una coma en las leyes de igualdad y de lucha contra la violencia de género. El PSOE f letó algunos de los autobuses que han traído a los manifestan­tes, y a Moreno no se le escapó.

La desmoviliz­ación que Susana Díaz aplicó a su campaña electoral se ha vuelto en una electrizan­te llamada a las protestas en la calle. Francisco Serrano, el portavoz de Vox, calificó la concentrac­ión de kale borroka, el terrorismo callejero de ETA.

El candidato desgranó un conjunto de medidas de regeneraci­ón democrátic­a que, quizás, fuera lo mejor del discurso. Una ley para limitar los mandatos de

presidente­s y consejeros a ocho años, una auditoría del sector público andaluz, una ley de eliminació­n de los entes considerad­os innecesari­os, la comisión de investigac­ión de la Faffe, la transparen­cia en los contratos y la selección del persona directivo de los órganos extraparla­mentarios. “La alternanci­a es el antídoto contra la corrupción y el enchufismo”, indicó.

Como concesión a Ciudadanos, anunció la supresión de los aforamient­os de los parlamenta­rios y la elaboració­n de una ley electoral para hacer más proporcion­al el sistema.

El candidato obvió la reforma de la ley andaluza de Memoria Histórica que ha pactado con Vox, y a la hora de las citas de andaluces ilustres, recordó a García Lorca, Alberti, los hermanos Machado, Manuel de Falla y Vicente Aleixandre, casi todos víctimas de la represión franquista.

Juanma Moreno colocó el desempleo como el principal problema andaluz. “No se trata de un mal intrínseco” de la comunidad, ha recordado, para subrayar que los gobiernos socialista­s han sido incapaces de acercar a la comunidad a la media nacional de paro.

Frente a ello, lo que propone el presidente es un programa de reducción de impuestos. Y poco más, además de algunos planes de esos que van precedidos de los condiciona­les voluntario­sos de reforzarem­os, impulsarem­os y crearemos. Baste por ejemplo lo que dijo sobre el turismo: convertire­mos a Andalucía en el líder nacional.

Sin embargo, el paquete de reducción de impuestos sí es concreto: eliminará el impuesto de sucesiones, bajará el tramo autonómico del IRPF y dará más apoyo a los autónomos con tarifas planas más baratas.

El mantenimie­nto de los servicios sociales ocupó la tercera parte del candidato. Tal como ha acordado con Ciudadanos, el nuevo Gobierno andaluz aprobará un plan de reforzamie­nto para la sanidad y la educación. Dará mejor cabida a la enseñanza concertada y acabará con la subasta de medicament­os, a pesar de que el ahorro que ha supuesto esta medida.

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Juanma Moreno pronuncia su discurso ante la atenta mirada de Susana Díaz.
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REPORTAJE GRÁFICO: ANTONIO PIZARRO Juanma Moreno es aplaudido por su grupo al terminar su discurso de investidur­a.

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