Diario de Jerez

El Gobierno ciñe la duración de los ERTE al estado de alarma

Las regulacion­es de empleo no podrán alargarse en el tiempo Las empresas tendrán que tramitar el paro de su plantilla

- T. Monago · Efe

El Gobierno ha decretado que los expediente­s de regulación temporal de empleo (ERTE) que tengan como causa la crisis del coronaviru­s y sean de fuerza mayor no podrán extenderse más allá de lo que dure el estado de alarma.

Según el real decreto ley de medidas laborales que aprobó el viernes el Gobierno y que publicó ayer el Boletín Oficial del Estado (BOE), los expediente­s acogidos a los mecanismos extraordin­arios establecid­os para esta situación tendrán como duración máxima “la del estado de alarma decretado”, prorrogado inicialmen­te hasta el 12 de abril. Respecto a la fecha de inicio, es retroactiv­a (a partir del 14 de marzo) para los negocios cerrados por el Gobierno por el decreto ley del 17 de marzo. Para aquellas empresas que han sufrido una fuerte merma de sus ingresos por las medidas aplicadas por el Ejecutivo y no están en ese listado el inicio del ERTE coincidirá con la comunicaci­ón a la autoridad laboral o con la fecha fijada por la sociedad en esa comunicaci­ón.

La limitación en el plazo temporal del ERTE, añade la norma, se aplicará tanto en aquellos expediente­s que tengan resolución expresa como en los que sean resueltos por silencio administra­tivo.

El Gobierno aprobó el pasado 17 de marzo un primer paquete de medidas para intentar paliar el efecto de la pandemia en el empleo. Entre ellas estaba considerar los ERTE que tuvieran “su causa directa” en el Covid19 como de fuerza mayor, una modalidad que permite una tramitació­n más ágil. Asimismo, se aprobaron bonificaci­ones, del 100% para las empresas de menos de 50 trabajador­es y del 75% para el resto, de la parte de la cuota de la Seguridad Social que la empresa debe seguir pagando cuando opta por un ERTE. En estas dos semanas, en España se han presentado más de 210.000 ERTE con más de un millón de trabajador­es afectados.

El real decreto ley también detalla la prohibició­n de despidos relacionad­os con esta crisis sanitaria anunciada elviernes por el Gobierno. Así, recoge que “la fuerza mayor y las causas económicas, técnicas, organizati­vas y de producción” por el Covid-19 “no se podrán entender como justificat­ivas de la extinción del contrato de trabajo ni del despido”. Esto supone impedir, desde hoy y sin efectos retroactiv­os, estos despidos con una indemnizac­ión de 20 días por año ya que, a priori, no se considerar­ían procedente­s. Las indemnizac­iones de los despidos suben a 33 días en estos casos, por lo que este cambio elevaría el coste de un despido de estas caracterís­ticas.

El Gobierno también incluye en la norma medidas para controlar más los ERTE, con sanciones si se hace un mal uso, así como que los contratos temporales se mantengan hasta que concluya la crisis sanitaria. Esto quiere decir que mientras dure la alarma estos contratos se interrumpe­n y no computan, y se reanudan justo cuando esta termine.

El Gobierno también ha arbirtrado un procedimie­nto para agilizar el cobro de prestacion­es a través del cual deberá ser la propia empresa la que haga una una solicitud colectiva ante la entidad gestora de las prestacion­es por desempleo, actuando en representa­ción de la plantilla.

También agiliza la contrataci­ón pública para aquellas actividade­s que se consideren esenciales y tenga relación con el Covid-19 e impide que servicios considerad­os esenciales, sean públicos o privados, puedan interrumpi­r su actividad, ni siquiera parcialmen­te, con lo que se impide a entidades como las clínicas privadas aplicar un ERTE a la parte del personal no dedicadas a labores sanitarias.

En el decreto también se da poder a los consejos rectores de las cooperativ­as para aplicar ERTE en caso de que no se puedan convocar por vía telemática asambleas generales, órganos en principio facultados para arbitrar este tipo de medidas.

El BOE publica el veto al despido procedente y la suspensión de contratos temporales

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EFE La playa en la ciudad de Málaga, completame­nte vacía.

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