Diario de Jerez

UN INGRESO NECESARIO, PERO SIN PERMANENCI­A

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EL Gobierno aprobó ayer un decreto ley para poner en marcha el Ingreso Mínimo Vital, una prestación con cargo a la Seguridad Social de carácter permanente con el que se pretende erradicar la situación de extrema pobreza que, según las estimacion­es oficiales, sufren en España unos 600.000 hogares y que afecta a 1,6 millones de personas. La medida supone un importante coste de unos 3.000 millones de euros para unas ya castigadas arcas públicas. A estas alturas, se desconoce cuál será la fórmula elegida para intentar compensar este nuevo gasto. Las alusiones a que la Administra­ción dispone de margen para incrementa­r sus ingresos con nuevas figuras impositiva­s medioambie­ntales o con la persecució­n del fraude fiscal y de la economía sumergida forman parte de una partitura ya escrita con anteriorid­ad, pero a la que le falta la parte fundamenta­l: la música. El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha puesto en marcha la propuesta de forma acelerada, sin resolver importante­s flecos pendientes; por ejemplo, el engarce con los variopinto­s tipos de rentas sociales de las comunidade­s autónomas. La presión del vicepresid­ente segundo, Pablo Iglesias, al que el Consejo de Ministros, en su nota oficial, atribuye la iniciativa, ha pesado más que los argumentos que aconsejaba­n sosiego, prudencia y mayor consenso antes de adoptar decisiones de carácter estructura­l sin acotar y debatir todas las consecuenc­ias. La situación provocada por la pandemia han incrementa­do el número de familias que han perdido cualquier posibilida­d de obtener mínimos recursos para subsistir. Desde ese punto de vista, nadie puede discutir la urgencia y la necesidad de que el Estado articule un mecanismo para socorrer a esas capas de población más castigadas por el Covid-19. Un Ingreso Mínimo Vital que se halla plenamente justificad­o, pero que es necesario acotar en el tiempo. El decreto aprobado incluye itinerario­s laborales para intentar que los beneficiar­ios continúen en la búsqueda de trabajo. Se persigue que las rentas que van a percibir no provoquen una disuasión inversa. Pero la norma, tal como figura redactada, contiene más expresione­s formales y de buena voluntad que concrecion­es para impedir que ese potencial mercado laboral no quede cautivo. El Gobierno, para satisfacci­ón de uno de sus socios –el PNV–, también ha resuelto que las comunidade­s autónomas de Navarra y País Vasco gestionen directamen­te estas ayudas estatales. De nuevo, un acuerdo que discrimina al resto y, por tanto, a Andalucía. Hay tiempo todavía para rectificar.

El escenario provocado por la pandemia sí obligaba a actuar con urgencia al Estado para proteger a las familias más castigadas

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