La refriega centra la única actualidad de la comisión para la recuperación
PSOE y Adelante Andalucía, que rechazan participar en el órgano parlamentario que aborda la salida de la crisis, siguen cargando contra PP y Cs por votar la presidencia de Vox
La concordia en el Parlamento de Andalucía ha durado lo que duró el susto por la pandemia. Cuando, durante el primer confinamiento, en la calle sólo se oían los pájaros y la hierba crecer, en el interior del Hospital de las Cinco Llagas, sede de la Cámara, imperó por unos instantes la palabra acuerdo. Los partidos con representación en el Parlamento, con la sola reticencia de Vox, se aglutinaron en una comisión para la recuperación de la crisis del coronavirus. Pero pasó el pico de contagios y pasó el susto de la saturación asistencial y, en efecto, volvió la normalidad, con Vox como foco de la enésima refriega política.
El pasado lunes se constituyó la Comisión de Estudio sobre la recuperación económica y social de Andalucía y lo hizo con polémica. Ha sido la tónica desde entonces. Entre los parlamentarios andaluces no ha habido un día en que no se haya hablado de la comisión, pero nada se ha tratado del contenido; es decir, de cómo los representantes andaluces van a abordar la salida de la crisis económica y social que les cae encima a sus representados. La polémica, que es lo único de lo que se ha discutido hasta la fecha, reside en el color de la presidencia del órgano parlamentario, que PP y Ciudadanos han querido que recaiga en Vox.
La oposición política consumó el desplante. Tal como aparecieron por el salón que acoge la comisión parlamentaria se fueron, abandonando el consenso en señal de protesta. El PSOE apreció entonces un signo de debilidad de los partidos que sustentan el Gobierno andaluz; el PP, por su parte, defendió que su intención era ceder protagonismo a los grupos minoritarios después de haber vetado una hipotética presidencia socialista; Ciudadanos se debatía entre el discurso del nuevo rumbo del partido en Madrid y la estabilidad en San Telmo; Adelante Andalucía cargaba las tintas del extremismo político; y Vox, que era el que menos por la labor estaba del acuerdo, se encontraba de nuevo en el ojo del huracán.
La tónica se ha reiterado durante la semana. Dimes y diretes mezclados con rajadas cercanas a lo irrespetuoso. Hasta los sindicatos mayoritarios han sopesado su participación en la comisión por la crisis como respuesta a la presidencia del partido de Francisco Serrano. La respuesta de
Vox, llegados a ese punto, fue desafiante: “Quizá tengan miedo de que en la comisión se les pueda reclamar que empiecen por devolver los millones que han defraudado según se está viendo en los tribunales de justicia”, señaló el jueves el portavoz parlamentario de Vox, Alejandro Hernández.
Hernández afirmó ayer que no está dispuesto a ceder la presidencia de la comisión, que es la condición del PSOE y Adelante Andalucía para retomar los trabajos y reunirse en el consenso. Desde las filas del PSOE atribuyen el fracaso de la comisión al fracaso del Gobierno de la Junta, que contesta dando la impresión de no dar crédito a lo ocurrido. El presidente, Juanma Moreno, sigue confiando en que el PSOE reconsidere su posición y cree que es “más fruto de una pataleta del momento que de una reflexión seria”. “Ahora no toca el gran titular político ni la confrontación por la confrontación; ahora lo que los ciudadanos quieren es cooperación, colaboración y coordinación, y creo que PSOE y Adelante Andalucía se están equivocando”, dijo el jueves Moreno.
El vicepresidente andaluz, Juan Marín, expuso ayer su estupefacción, manifestando no entender la polémica creada por la presidencia de Vox y calificó el abandono de la oposición parlamentaria de “puesta en escena absurda”. Marín, en unas declaraciones recogidas por Efe, dijo que “una comisión se crea para hacer propuestas para la reconstrucción de Andalucía y ahí lo de menos es quien la presida, lo importante es qué proyectos se presenten y que todas las fuerzas políticas participen”.
Pero la oposición sigue enrocada. La presidenta del Grupo Parlamentario Socialista, Susana Díaz, volvió a pedir ayer a Moreno que “rectifique” y vuelva “al camino del entendimiento”. “Si el presidente de la Junta se cree de verdad la comisión y entiende la necesidad de que todo el mundo arrime el hombro, deberá rectificar y, cuando lo haga, que ponga al frente de la misma a quien quiera, sea del PP o de Ciudadanos, pero nosotros no vamos a ser cómplices de un blanqueamiento de la extrema derecha”, destacó ayer en una rueda de prensa citada por Efe en una nota.
La portavoz adjunta del Grupo Parlamentario Adelante Andalucía Ángela Aguilera señaló ayer que, “si la extrema derecho no preside” la comisión para la recuperación, su grupo “no tiene inconveniente” en regresar. “Cualquier otro grupo nos podría servir para presidir esta comisión”, dijo. Preguntada al respecto en rueda de prensa, Aguilera respondió que “no es de recibo” que presida esta comisión “el grupo que ha negado su necesidad” y que el que ha expresado “públicamente su desprecio” por Adelante y el PSOE-A “ahora dirija los trabajos de esta comisión”. “Es un insulto a la inteligencia de los andaluces”, dijo Aguilera en unas afirmaciones recogidas por Europa Press.
Es la única novedad por ahora sobre el comisión para la recuperación, que no hay novedades sobre las soluciones a la crisis sino un huracán político en torno a Vox.