“El IBiS dispone de personal cualificado y equipamiento para las técnicas de PCR”
–La pandemia del nuevo coronavirus, ¿nos ha pillado desprevenidos?
–A mi me ha pillado recién llegado a la Dirección del IBiS. Aunque la pandemia no entraba en mis planes de actuación nos ha dado al IBiS la oportunidad de prestar rápidamente ayuda ante una situación tan excepcional. En el Instituto de Biomedicina se investigan los mecanismos moleculares de patologías prevalentes y de nuevos métodos de diagnóstico y tratamiento a través de áreas de investigación dedicadas a las enfermedades infecciosas, neurodegenerativas y mentales o el cáncer, entre otras. Desde el inicio de la pandemia hemos podido empezar a colaborar con nuestros compañeros de los Servicios de Microbiología de los Hospitales Virgen del Rocío y Virgen Macarena.
Por otro lado, ha sido muy gratificante recibir la enorme generosidad y los ofrecimientos de ayuda de todo tipo de los profesionales del IBiS y también, a nivel institucional y personal, de la comunidad científica y universitaria de Sevilla que ha demostrado estar muy comprometida con la situación que nos está tocando vivir.
–Sus esfuerzos han sido fundamentales para que el IBiS pudiera realizar test por PCR.
–En el caso del apoyo con los tests de PCR, el IBiS está contribuyendo con su personal, sus instalaciones y su equipamiento. Además, en colaboración con la Fundación Progreso y Salud, hemos contribuido a la coordinación en Andalucía del refuerzo de la robotización de laboratorios de diagnóstico de otros Servicios de Microbiología y a la validación de las pantallas faciales protectoras.
–¿Es el único test fiable?
–Es el test de referencia para detectar virus en las vías respiratorias. No obstante, cada tipo de test tiene sus indicaciones que dependen, entre otras cosas del paciente, del estadio de la enfermedad y de la pregunta que se pretenda responder.
–¿Cómo ve la ‘nueva normalidad’?
–En el IBiS, como no podía ser de otra manera, es una normalidad de orden con nuevas medidas que permiten el trabajo experimental de laboratorio manteniendo el distanciamiento y la bioseguridad. Desafortunadamente, el retraso de la actividad experimental impuesto por la pandemia, impactará negativamente en el desarrollo de los proyectos de investigación y llevará tiempo y esfuerzo recuperar el curso normal de la generación de resultados. A nivel general, y ante la crisis económica que se nos viene encima, es inevitable la preocupación por los recortes presupuestarios de la ya muy mermada inversión en investigación científica. Si algo hemos aprendido de esta pandemia, es que la ‘nueva normalidad’ debiera caracterizarse por políticas institucionales comprometidas con la ciencia de calidad y aumentos serios de la inversión que asegurasen a largo plazo un sistema de ciencia y tecnología robusto. Sería una excelente vacuna para los desafíos que se presentan en el futuro.