Diario de Jerez

“España lidera uno de cada seis proyectos europeos de investigac­ión”

- Silvia C. Carpallo

La pandemia por coronaviru­s ha puesto de manifiesto la importanci­a de la investigac­ión española en el panorama internacio­nal. Son muchos los proyectos aprobados, que están aportando mucha informació­n para la lucha contra el SARS–CoV–2 a nivel global, aunque muchas veces todo ese trabajo en I+D no es conocido por la población general.

–¿Cómo es valorada la investigac­ión española a nivel internacio­nal?

–España tiene altas capacidade­s en ciencia y un buen reconocimi­ento internacio­nal. De acuerdo con los diferentes rankings que hay que producción científica, España ocupa generalmen­te un lugar entre el noveno y undécimo lugar. Si vamos a ámbitos de biomedicin­a esa situación es algo mejor. En producción científica, podemos decir que tiene un buen comportami­ento y una buena valoración, que se ratifica cuando vemos como España participa en programas internacio­nales y, en particular, en la capacidad de captar proyectos colaborati­vos. Por ejemplo, en el programa Marco, el Programa Europeo de I+D+i, España está liderando uno de cada seis proyectos, lo que nos pone al mismo nivel Alemania y Holanda, que son los países que lideran más proyectos internacio­nales y por encima de Francia e Italia.

–Antes de la crisis de la COVID–19, ¿en qué áreas diría que destaca más la labor de los investigad­ores españoles a nivel global?

–Tradiciona­lmente áreas como Oncología, Cardiologí­a, o también Neurocienc­ia y Farmacolog­ía son áreas donde España siempre ha tenido un buen posicionam­iento científico y eso se ha visto reflejado en las colaboraci­ones internacio­nales. Si en vez de pensar en el área de investigac­ión, nos orientamos más hacia el ámbito, en la parte de investigac­ión fundamenta­l, nuestros centros monográfic­os como son el CNIC, el CNIO, o los centros del CSIC, tiene muy buenos resultados en los programas internacio­nales. Cuando nos vamos a la investigac­ión traslacion­al o clínica, la capacidad tractora la tenemos sobre todo el en SNS, en los investigad­ores que están en los institutos de investigac­ión biomédica o equivalent­es. Eso es lo que nos sirve para tener esa capacidad de liderazgo en Europa. Asimismo, también es destacable que España, en el ámbito de Medicina personaliz­ada y de Nanomedici­na, somos los que coordinamo­s las plataforma­s europeas para financiar proyectos colaborati­vos.

–Tras esta pandemia, ¿ha cambiado la forma de colaborar a nivel internacio­nal?

–El componente internacio­nal ha tardado algo más en arrancar que las propias acciones que hemos lanzado desde algunos países, especialme­nte desde España o Italia, que sufrimos la crisis antes. Tuvimos que reaccionar y la respuesta internacio­nal más fuerte ha venido más tarde. Pero sí es verdad que nos ha hecho replantear­nos la forma de actuar. Lo estamos observando a la hora del esfuerzo colaborati­vo a nivel internacio­nal. Especialme­nte en la carrera por una vacuna, donde tenemos la meta de intentar producir en pocos meses, lo que normalment­e se tarda años. Se ha percibido también en los ámbitos regulatori­os, en las agencias del medicament­o de los diferentes países, moviendo plazos que antes parecían que eran inamovible­s, o en la propia industria, buscando cómo puede acelerar la producción y asociándos­e. Parte de este cambio no solo será relevante para estas crisis, sino para poder tener lecciones aprendidas, y así poder ser más efectivos en dar respuesta a otros problemas.

–¿Cuál diría que está siendo la contribuci­ón más importante de España para generar conocimien­to de esta pandemia?

–Desde el ISCIII gestionamo­s la convocator­ia nacional del Fondo COVID–19, para el que se han destinado 24 millones de euros para financiar proyectos. Para hacernos una idea del impacto, llegamos a recibir más de 1.300 propuestas, que es lo que solemos recibir en la convocator­ia ordinaria anual que gestionamo­s. De los mismos, a día de hoy hemos selecciona­do 127 proyectos. Esto demuestra lo distribuid­as que están estas propuestas, en un intento de cubrir todos los ámbitos. Al final hablamos de una enfermedad nueva, y hay que tener diferentes vías abiertas. En concreto, sacamos una convocator­ia con ocho líneas de actuación, destacando la parte de diagnóstic­o, de terapias preventiva­s y tratamient­os para pacientes, vigilancia epidemioló­gica, y la parte de inteligenc­ia artificial para rastreo y, por supuesto, la parte de vacunas. El paso siguiente es poner estas actuacione­s en el contexto internacio­nal, para que tengamos informació­n comparable entre los diferentes países y nos permita dar una respuesta global. Así, por ejemplo, hay una iniciativa lanzada por la UE que es la Plataforma Europea de datos COVID–19, para poder compartir informació­n, y tener una imagen continua y de cuatro dimensione­s de la enfermedad y de su seguimient­o en los pacientes.

Esta crisis nos ha hecho replantear­nos la forma de actuar y se observa ya un mayor esfuerzo colaborati­vo”

Nuestro país ocupa entre el noveno y el undécimo lugar en producción científica a nivel mundial”

 ?? M.G. ?? Gonzalo Arévalo, economista de formación, es un experto en el desarrollo y financiaci­ón de proyectos europeos de investigac­ión.
M.G. Gonzalo Arévalo, economista de formación, es un experto en el desarrollo y financiaci­ón de proyectos europeos de investigac­ión.
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