Al rescate de los libros huérfanos
Mientras la máquina editorial se engrasa, en Errata Naturae han tomado otra decisión: parar
Uno de cada tres libros termina siendo devuelto. Con gran probabilidad, hecho pasta de papel. Es uno de esos detalles del sector conocido entre quienes lo frecuentan, pero no tanto entre el público general. El sello Errata Naturae lo menciona en el manifiesto Jinetes en la tormenta, animales en la cuneta, que ha dado en la linea de flotación de muchos de los que se dedican al libro. El detalle es uno de tantos que señalan la voracidad de una industria que parece justo lo contrario. Vender libros tiene una cara amable, tiene un producto amable, pero su negocio no lo es. Vender libros es un negocio rápido
En este escenario anómalo, son muchos títulos los que quedan en la cuneta
y de poco oxígeno, como tantos otros, porque no estamos en el mundo de la piruleta.
El parón obligado de este confinamiento no sólo ha sido (entre otras cosas) un ejercicio forzoso de perspectiva sino que, también, a muchos les ha servido de gasolina: “Con las necesidades elementales cubiertas y el amor de los nuestros, muchos nos hemos dado cuenta de que no necesitamos apenas nada más”, apuntan en el manifiesto. “¿No sería el momento –se preguntan desde Errata Naturae– de hacer un esfuerzo, parar también nosotros a pensar?”.
El sello no publicará libros en los próximos meses. No saben cuándo volverán a hacerlo, quizá en otoño, quién sabe. En lugar de eso, se dedicarán a mimar los cuatro títulos “huérfanos” a los que, como a tantos, pilló el temporal y quedaron en tierra de nadie. Tampoco lanzarán los libros previstos para estos meses, y que están ya almacenados: “De momento, y ante la incertidumbre general, simplemente no queremos arriesgarnos a que nuestro trabajo como editores y el de nuestros autores no llegue a los lectores suficientes –afirma Rubén Hernández, uno de los fundadores de Errata Naturae. Los buenos libros no caducan, preferimos que tengan su oportunidad cuando la situación sea mínimamente estable, la gente pueda pasear
Las grandes epidemias modernas, de Salvador Macip. En primera línea, un testimonio desde la UCI de la crisis del coronavirus narrado por Gabriel Heras es la propuesta de Península. Debate trae el iluminador ensayo de David Quammen, Contagio, el “libro internacional de referencia durante la cuarentena”,
a gusto por las librerías, tocar, ojear... Ahora preferimos centrarnos en los libros que sacamos justo antes del estado de alarma, quedaron huérfanos y siguen en las librerías en busca de lectores”.
No quieren hacer “libros fantasma”, sólo para mantener presencia en la mesa de novedades. Entre puerta), del contagio)
(Grandes granjas, grandes gripes).
otras cosas, porque piensan que sería contraproducente: poco oxígeno tienen las editoriales independientes ante un escenario que se presiente de asfixia económica y con los grandes sellos copando aún más el tablero.
Este año, se publicará menos, en calidad y en cantidad –como cualquiera
que reciba listas de novedades editoriales puede comprobar–, pero se apostará, aún más –opinan desde Errata– por el gran nombre y el best seller: “Ha sido una decisión muy compleja, muy meditada, muy consciente –desarrolla Rubén–, que parte de una inercia vital, de un deseo de cambio; y también de una necesidad por ref lexionar y replantear nuestro trabajo y nuestras vidas de un modo que esté a la altura de las consecuencias que va a tener esta crisis. Hay motivos existenciales, ideológicos, económicos y, muy importante, ecológicos”.
Salir de lo establecido. Irse a los bosques. Errata Naturae ha contribuido a recuperar el mensaje H.D. Thoreau, publicando títulos como Un paseo invernal, Walden o Desobediencia. Antología de ensayos políticos. El autor norteamericano inspira, de hecho, la línea Libros Salvajes, en la que el sello recoge textos de autores contemporáneos que ref lejan su vida en mitad de la naturaleza, los ritmos que nos hemos hecho perder, las conexiones que hemos zanjado.
Uno de cada tres libros son devueltos. En el año 2018, en España se publicaron aproximadamente 214 millones de ejemplares de libros, de los cuales se vendieron alrededor de 161 millones. Hagan el cálculo. Una de las grandes incógnitas en el sector del libro es por qué España tiene uno de los mayores volúmenes de producción editorial, con un índice de lectura bastante anémico. “No está claro durante cuánto tiempo los editores y el planeta podrán seguir permitiéndose esta situación”.
“En principio se diría que no sale a cuenta –continúa Rubén Her