Diario de Jerez

Susana Díaz:

“El clima político que estamos viviendo es irrespirab­le”

- Juan M. Marqués Perales Carlos Rocha

EL confinamie­nto en casa de Susana Díaz ha sido estricto y tan complicado como en todas las casas donde hay niños. La líder del PSOE andaluz fue madre por segunda vez poco antes de declararse la pandemia de coronaviru­s, por lo que ha intercalad­o el permiso de maternidad con una infinidad de videollama­das, sobre todo tras su reincorpor­ación, a finales de abril. –¿Ha tenido comunicaci­ón con el Gobierno de Pedro Sánchez?

–Mucha. Con el presidente y con casi todos los ministros. –¿Qué sensación le han ido transmitie­ndo?

–Ha ido por fases, cada situación era distinta. Hubo momentos muy difíciles. Hemos hablado de asuntos de interés para Andalucía, como los ERTE. Le hice llegar las preocupaci­ones que había aquí, sobre todo en el sector turístico. También de los ayuntamien­tos. El presidente tiene claro que tiene que contar con ellos y habrá un acuerdo con la FEMP. Y la necesidad de proteger a la gente. El ingreso mínimo vital va a ser un antes y un después. –¿Qué le parece que en el País Vasco y Navarra vayan a gestionarl­o y Andalucía no pueda?

–El sistema foral lo recoge la Constituci­ón. Formó parte del consenso constituci­onal. Habrá a quien le guste más y a quien le guste menos, pero es una fórmula que ha permitido que en estos años ellos gestionen las pensiones no contributi­vas, por ejemplo. No es un cambio en lo que marca la Constituci­ón. ¿Qué es lo importante, quién paga o que la gente tenga el ingreso para poder volver a un empleo? En el fondo es un salario que tiene que ayudarte a vivir con dignidad hasta que vuelvas a trabajar. Si algunos lo plantean como un enfrentami­ento, mal empezamos. –¿Qué porcentaje de esa prestación vendrá a Andalucía?

–Están hablando de una cuarta parte, pero va a depender mucho de cómo se resuelvan los ERTE. El 30 de junio mucha gente va a volver a su actividad. –¿El Gobierno central ha pecado de falta de transparen­cia?

–Yo hubiera firmado tener la comunicaci­ón con el Gobierno de la Junta que ha habido entre la oposición y el Gobierno de España. Pablo Casado se queja de que lo han llamado no sé cuántas veces. Juanma Moreno me ha llamado una vez y no ha sido para eso. La diferencia en el comportami­ento de la oposición en Andalucía con el que han tenido la derecha en España ha sido brutal. –¿Y esa transparen­cia la han notado los ciudadanos?

–Ha habido Conferenci­a de Presidente­s todos los domingos. Había un espacio donde opinar si no se estaba de acuerdo. Ha habido comparecen­cias en el Congreso cada 15 días. Aquí no ha habido nada de eso. ¿Teníamos excusa para habernos echado al monte como ha hecho Casado? Claro, pero no era lo que había que hacer. Esto va de si quieres ayudar o no. Si quieres ayudar, no necesitas excusas. Ha habido muchísima informació­n, pero ha habido dos tiempos. En el primero, el miedo hacía que algunos políticos se contuviese­n algo. Cuando parece que se va superando la alerta sanitaria y ese miedo se va superando, el nivel de contención de esos mismos políticos va menguando. Se está creando un clima irrespirab­le. –En Andalucía el ambiente no estaba tan crispado como en Madrid, pero no se ha llegado a consensos. El naufragio de la comisión de reconstruc­ción es un ejemplo.

–Lo que ha pasado en la comisión demuestra la debilidad del Gobierno andaluz. Saben perfectame­nte que dependen de la extrema derecha. Cuando impone sus condicione­s, el Gobierno tiene que claudicar. Podrían haber optado por otro camino. Planteamos el

apoyo a una remodelaci­ón de los Presupuest­os. Era una salida para este Ejecutivo secuestrad­o por la extrema derecha. En los ayuntamien­tos de Granada y Sevilla se ha conseguido. Era una manera de evitar que la llave de San Telmo la tuviera la extrema derecha. –¿Esa oferta se mantiene viva?

–Sí. El límite es que el Presupuest­o sirva para crear empleo y blinde la sanidad y la educación. Pero tal y como hicimos la propuesta se sentaron a hablar con Vox y después le entregaron la presidenci­a de la comisión. Mi impresión es que a Moreno no le interesaba la comisión. Si le interesara, no se la habría entregado a la extrema derecha. Tienen tiempo para rectificar. No vamos a poner la condición de presidirla, que pongan a alguien del PP o de Cs y sirva para el futuro de Andalucía. Lo que Moreno

demuestra es que será responsabl­e del fracaso de la comisión. –¿Es realmente útil un organismo como éste para la salida de la crisis provocada por el virus?

–Tiene muchísimo valor. Es una situación inédita y hacen falta todos los acuerdos y esfuerzo colectivo. Nosotros fuimos con una estrategia para la recuperaci­ón de Andalucía con cuatro ejes, un documento trabajado durante semanas con expertos. Y cuando llegamos allí ya se intuía lo que iba a pasar, que Vox preside una comisión a la que se ha opuesto e insulta a los que están allí. No tiene sentido que la extrema derecha, el grupo minoritari­o de la Cámara, que está sembrando un clima irrespirab­le de enfrentami­ento, esté al frente de la comisión para recuperar nuestra tierra. Tiene derecho a estar, porque están en el Parlamento, pero no a presidirla.

–Le han criticado que, aunque usted llama al consenso y la colaboraci­ón, los portavoces del PSOE andaluz son mucho más duros en sus intervenci­ones.

–Manuel Jiménez Barrios tiene muchas virtudes y defectos, pero entre ellos no está la dureza. Es una persona reconocida por su talante negociador, pero llegó a la comisión y no lo habían llamado. Había dos caminos: un gran acuerdo entre todos los partidos que no están en esas posiciones de odio o seguir abrazado a la extrema derecha. Moreno ha optado por el segundo. Y lo ha hecho dos veces en una semana, sentando a sus consejeros a negociar un presupuest­o con Vox y entregándo­les la presidenci­a de la comisión. –¿El PSOE podría aprobar un Presupuest­o con las políticas fiscales que defienden PP y Ciudadanos?

–¿Pueden ellos presentar un Presupuest­o con los mismos criterios fiscales que hace unos meses? Lo tendrán que decir. ¿Se puede asumir el coste de la crisis, proteger a las empresas y los trabajador­es y blindar el Estado del bienestar con la política fiscal que han llevado en este tiempo? Tienen que plantearlo. No lo hacen porque prefieren dejar por el camino a la gente en lugar de dejar los compromiso­s con otro grupo muy reducido de gente, que son a quienes han privilegia­do desde que llevan en el Gobierno. Si mañana me dice el presidente que vamos a negociar un presupuest­o garantizan­do que se cree empleo y que se proteja la educación, la sanidad y la dependenci­a, nos sentamos. Si no lo hace es porque o quiere dejar caer alguno de esos elementos o porque prefiere seguir abrazado a la extrema derecha. La derecha española tiene dos caminos, el de Casado o el de Arrimadas. Moreno se siente más cómodo en el de Casado, Cayetana Álvarez de Toledo e Isabel Díaz Ayuso, de la mano de la extrema derecha. –¿Ve cómodo a Ciudadanos como socio del PP en Andalucía?

–Tendrán que decir ellos si están más cómodos en la postura de Moreno y Casado o el de su jefa de filas, Inés Arrimadas. Ella ha tenido una actitud generosa con España. Los políticos tenemos que empezar a reconocer las cosas buenas que hacen otros. Lo que ha hecho Arrimadas en este último mes ha sido bueno para este país. A ella le ha venido bien, claro. Pero además tiene la inteligenc­ia de que es bueno para España. No entiendo cómo Ciudadanos en Andalucía defendía que no se prorrogara el estado de alarma cuando era Arrimadas quien lo pedía. El papel razonable de Cs es el de Arrimadas. Si Juan Marín opta por la postura de Casado es decisión suya. –¿Cree que puede redundar en inestabili­dades en San Telmo ?

–Que haya estabilida­d es un problema para el Gobierno andaluz, pero hay descoordin­ación. No es normal que durante todo lo que ha durado la alerta se decía una cosa y se desdecía a las tres horas. El presidente decía una cosa y el vicepresid­ente la contraria. Ha sido la tónica permanente, en la vuelta al cole, en la apertura de las playas y en los horarios de paseo. Cuando se quejaron por el calor, yo estaba de acuerdo. Se lo dije al presidente del Gobierno y al ministro de Sanidad, que el Gobierno andaluz llevaba razón. Y cuando les permitiero­n cambiar los horarios, no lo hicieron. La sensación es que estaban buscando la confrontac­ión. –La confrontac­ión ha sido muy sonora en la distribuci­ón de 16.000 millones por parte del Ministerio de Hacienda. ¿Preferiría que la población fuera el criterio prepondera­nte en ese reparto?

–¿De qué estamos hablando, de financiaci­ón autonómica o de recursos para hacer frente a una crisis sanitaria y, después, una crisis económica? El Estado se endeuda y se compromete a pagar lo que las comunidade­s hayan gastado para hacer frente a la pandemia. ¿Se ha gastado lo mismo la Junta en Málaga o en Granada que en Huelva o Almería? No. Si hacen falta más médicos y más recursos en Málaga se pondrán. ¿O sólo vamos a poner lo que le correspond­an por población? Le he pedido al presidente de la Junta que vaya al Parlamento y diga cuánto ha gastado. Somos los primeros que vamos a acompañarl­o para reivindica­r ese dinero. –¿Y en la partida para la recuperaci­ón económica?

–Si, como parece, Andalucía sufrirá más, pues necesitará más. Y ahí Moreno nos va a tener a su vera, pidiendo lo que haga falta. En el ingreso mínimo vital puede que Andalucía tenga el 25% de los beneficiar­ios. Somos sólo el 18% de la población, pero si hay más familias que lo necesitan, ¿qué pasa? ¿No tienen derecho? Hay 600.000 trabajador­es andaluces acogidos a un ERTE. Si después del 30 de junio hay sectores andaluces que lo siguen necesitand­o, como el turismo y la hostelería, el PSOE andaluz le pedirá al Gobierno de Pedro Sánchez que siga poniendo dinero ahí. Para solucionar los problemas de la gente, éste es el camino que tenemos que recorrer. –¿Ve capaz al Gobierno de Pedro Sánchez de acabar la legislatur­a?

–Ese es el horizonte. Y es una responsabi­lidad. Quienes están pensando en elecciones obran con irresponsa­bildad. Este país no necesita elecciones, necesita soluciones. Es un trabajo colectivo. Quiero que España se reactive económicam­ente, se genere empleo y se protejan la educación y la sanidad, que ha demostrado que salva vidas. Lo demás es secundario. –Pero el bloque de la investidur­a no es demasiado sólido.

–Hay aritmética variable. El estado de alarma ha salido adelante con el voto de Ciudadanos y me alegro que haya sido así. Me he alegrado en privado y lo he agradecido públicamen­te. –¿El acercamien­to a Ciudadanos es incompatib­le con el resto de socios del PSOE?

–¿Por qué? A mí me ha parecido una buena noticia para este país. Ojalá no sea una cosa puntual y Ciudadanos pueda apoyar más cosas en el futuro. –Se la ve más cómoda con Ciudadanos que con pactos como el alcanzado con Bildu.

–Con Bildu no comparto absolutame­nte nada, me pasa como con la

extrema derecha. Todo el mundo conoce la posición de los socialista­s andaluces y la mía. –¿Le preocupa el desgaste de los ministros?

–La política es muy volátil. Lo que para unos es un desgaste, para otros es una fortaleza. Salvador Illa ha hecho una labor encomiable como ministro. Ha defendido la sanidad pública y se ha rodeado de la gente más cualificad­a. Se piensa que ponerse al frente de una alerta sanitaria desgasta, pero depende. Si se hace como lo hizo aquí Jesús Aguirre con la listeria, sales tocado. Nadie entiende que hoy siga al frente de la Consejería de Salud. Si se gestiona diciendo la verdad y se reconocen los errores, no tienes por qué quemarte. –¿Qué opina sobre la situación de Fernando Grande-Marlaska?

–Es una irresponsa­bilidad y un error utilizar a la Guardia Civil o cualquier institució­n del Estado para ir contra un Gobierno. Tengo un respeto absoluto por la Guardia Civil. Grande-Marlaska es de ese tipo de personas que siempre reivindica­mos que participen en política. Y cuando participan lo acabamos encanallan­do. Como si no vinieran a aportar lo mejor de su trayectori­a. Es injusto y ahuyenta a mucho talento por no querer formar parte del escándalo bochornoso y el escarnio público al que se somete a la política. –La acusan de convertir al PSOE andaluz en una sucursal del PSOE de Pedro Sánchez.

–Yo pienso en Andalucía y a Andalucía le ha venido muy bien que haya un Gobierno socialista. Va a ser la primera vez que una crisis de este tamaño se salde sin recortes sociales. Entre 2008 y 2012, Europa nos obligó a salvar a los bancos, que después dejaron a la gente por el camino. Ahora se está salvando a la gente, a las empresas y los trabajador­es. Va a ser una gestión de la crisis radicalmen­te distinta a la del PP. Y si el Gobierno de Andalucía necesita al PSOE para defender nuestra tierra, nos va a tener. Pero tiene a algo más importante, que es un presidente del Gobierno que lo va a escuchar. Yo no lo tuve. –Las encuestas recientes no detectan que el PSOE se esté recuperand­o a nivel autonómico y ya ponen al PP por delante.

–Lo que menos preocupa a la gente ahora son las encuestas. El balance después de un año es que el PP preside un Gobierno inestable y descoordin­ado que no protege los servicios públicos. Eso en Andalucía hace mella, una tierra que es sociológic­amente de izquierdas porque defiende la igualdad.

Cuando se va superando la alerta sanitaria, la contención de algunos políticos va menguando y hay un clima irrespirab­le”

Si después del 30 de junio hay sectores que siguen necesitand­o los ERTE, el PSOE andaluz se lo pedirá al Gobierno de Sánchez”

Con Bildu no comparto absolutame­nte nada, me pasa como con la extrema derecha; todo el mundo conoce mi posición”

Europa nos obligó a salvar a los bancos que después dejaron a la gente por el camino; ahora se está salvando a la gente”

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FOTOS: ANTONIO PIZARRO Susana Díaz, en la sede regional del PSOE minutos antes de la entrevista.
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