Los cofrades son los principales clientes de las sillas y palcos
Al tratarse de personas del mismo ámbito que conocen lo que se juegan las hermandades, se esperan pocas devoluciones
Los palcos de la carrera oficial de la Semana Santa de Jerez están ocupados por una gran mayoría de cofrades. Ronda en un porcentaje que sobrepasa el setenta y cinco por ciento de las reservas de sitio. Esta es una realidad que hace que tanto el consejo local de la Unión de Hermandades como un elevado número de hermanos mayores encaren con cierto optimismo el pleno que tendrá lugar el próximo día 4 de junio en la Catedral de Jerez donde se debatirá y se decidirá qué hacer con el dinero de las reservas que se tramitaron para este año.
Se trata de una actividad que se autoalimenta a través del propio bolsillo de los cofrades jerezanos. Si se tiene en cuenta que las hermandades apenas han podido ingresar en concepto de papeletas de sitio al suspenderse las procesiones, se espera que los cofrades, comprometidos con lo que se juegan tanto la Unión de Hermandades
como las propias cofradías, dejen en depósito como adelanto del pago del próximo año de 2021. Un adelanto que no repercutiría en el caso de que el pleno pudiera valorar una subida de los palcos.
Es un gesto de compromiso en forma de adelanto que no se pierde y que ofrece la posibilidad de conservar el lugar donde esté ubicado el palco. Como ya ha venido adelantando este medio, sobre la mesa del correoso debate que tendrá lugar en la Catedral el próximo jueves, estará la decisión de una devolución a cambio de pasar a la lista de espera de nuevo, perdiéndose la posibilidad de tener un palco en una zona buena de la carrera oficial.
La devolución, también contaría con una retención en concepto de mantenimiento de los palcos y posibles reparaciones de los mismos. En el caso de Sevilla se ha estipulado en un siete por ciento menos del depósito total de la reserva.
La solidaridad con las cofradías en uno de los momentos más complicados a los que se enfrentan las corporaciones, podría producir un bajo número de devoluciones. Esto permitiría al órgano con sede en Curtidores la liquidez tan necesaria, sobre todo si se tiene en cuenta que se enfrentará durante este año al pago de unos 35.000 euros del crédito de la compra de las sillas.
Si el pleno aprobara la devolución de los abonados que lo solicitaran, se abriría un plazo que podría llegar hasta el mes de julio para llevar a cabo la misma menos la
pertinente retención por mantenimiento. Dentro del seno de los hermanos mayores se respira una cierta tranquilidad. El cliente está en casa. Se espera que cuando llegue la hora de la verdad la economía de las cofradías no haga aguas por una cuestión de auto fagocitación.