El maltrato ya estaba ahí antes
“Una de las cosas más importantes que queremos transmitir es que, a pesar de que en muchas noticias se registra un aumento de consultas al 016, la violencia doméstica no surge de repente, en un momento esporádico, sino que se ha estado viviendo desde mucho tiempo antes de la pandemia. Lo que hay que preguntarse es qué cambia para que estas mujeres se atrevan a llamar precisamente en estas circunstancias cuando no lo habían hecho antes”, comenta Alba Martín, del Café Feminista de Cádiz capital. La Fundación Municipal de la Mujer, de hecho, ha registrado un menor número de alarmas durante la cuarentena, mientras que en la provincia los casos han aumentado en casi un tercio. El principal factor que empuja a mujeres que sufren violencia machista a denunciar por primera vez durante una situación como el confinamiento es porque se pierde el efecto relativizador que ejerce la rutina: “Si antes tenías espacios o momentos propios, o incluso desahogos en forma de familia o amigas, ya no lo tienes –comenta–. Lo mismo lo que podía parecer soportable se evidencia al pasar 24 horas al día con el hostigador: quizá muchas se han dado cuenta en este tiempo que eran mujeres maltratadas. Uno de los indicadores del maltrato es la violencia de control: ¿cómo vas a llamar o pedir ayuda por el móvil, o por el Whatsapp? Si el agresor reduce tus movimientos, tampoco vas a ser tú la que salga a la calle cuando haya que hacerlo. Por eso han sido importantes iniciativas como la de la Mascarilla-19, puesta en marcha en farmacias de distintas comunidades, así como las estrategias y presencia en redes de los colectivos mientras todo estaba paralizado”.
“Hay ciertos sectores de la sociedad que piensan que la violencia de género puede aumentar porque aumentan los niveles de estrés, pero el problema es un problema que existe ya, no lo causa el confinamiento –insiste Martín–. El maltratador tiende a tener una conducta abusiva ocurre que, si se está en el mismo espacio las 24 horas, el abuso aumenta, es más insistente... Si encima no está trabajando, todo el mundo con un ERTE, pues tu atención ya se enfoca absolutamente en la víctima, en reprobar, cuestionar, machacar...”