Sor Victoria Virués, ‘Madre de la Caridad’ jerezana
A pesar de su avanzada edad, 95 años, su muerte aunque esperada, me ha producido un nuevo mazazo en solo cuarenta y ocho horas. Desde mis creencias cristianas, además de orar por su eterno descanso, íntimamente, su muerte produce la convicción de haber gozado de sus grandes afectos y de saber que esta Hija de la Caridad, durante los muchísimos años que el Señor la envió al Comedor del Salvador de Jerez, se convertiría en la ‘Madre de la Caridad’ de las muchas necesitadas familias jerezanas para que encontrasen en ella y en su Comunidad quienes las alimentasen, no solo en el cuerpo sino también en sus espíritus. Junto a estas familias jerezanas han sido y continúan muchas las personas necesitadas que pasaban y pasan por Jerez las que encuentran en este Comedor un lugar donde mitigar el hambre. Es cierto que Jerez es una sociedad muy solidaria, pero no siempre el Comedor tuvo la respuesta en ese sentido para que Sor Victoria, como responsable del Comedor y su Comunidad durante muchos años, pudiese poner a hervir las ollas para poder dar de comer a cientos de familias. Con su profunda fe, confianza en el Señor y un tesón tan admirable conseguiría, casi milagrosamente, que a las doce y media de cada día del año, sus pobres no se quedasen sin comer. Sor Victoria, imitando el milagro de Jesús, también multiplicaría el pan y los peces y fue capaz de dar de comer a multitud de familias necesitadas. Aquellos fueron unos años difíciles que Sor Victoria superaba e iba consiguiendo que toda la ciudad reconociese la extraordinaria labor humanitaria que hacían las monjas del Comedor del Salvador y las habituales penurias de sus alacenas se fuesen llenando de alimentos y generosidad. Ella, que se sentía feliz solo bajando al comedor hasta hace poco para repartir la comida a los transeúntes, pero esta felicidad fue para ella muy especial cuando el año 2011 la alcaldesa de Jerez doña Pilar Sánchez le entregó el título de Hija de Adoptiva de Jerez. Para ella, que llevaba en Jerez 64 años y siempre compartió su amor por su Chiclana natal y Jerez, fue algo muy importante saber que los jerezanos la queríamos. Me consta que se sintió profundamente agradecida a la ciudad y emocionada al escuchar las siguientes palabras que le dedicaron:
“Dios nunca se equivoca cuando escoge a una hija suya y la coloca en medio de los que la necesitan. Bien sabe el dueño de la viña dónde puede injertar sus mejores cepas, la especialidad de palomino que es la que da el mejor jerez. Ese jerez de amor que durante tantos años ha estado escanciando Sor Victoria Virués para cuantos necesitados han llegado al Comedor del Salvador. El título de ‘Madre de la Caridad’ de Jerez es la mejor respuesta a su total entrega a las personas más necesitadas”. Querida Victoria, sé que seguirás alimentándonos con tus oraciones a todos los jerezanos, muy especialmente a quienes más lo necesitan. Sabes cuánto te quiero. Besos. José Castaño Rubiales (Jerez)