UN PLAN DE RESCATE PARA LA HOSTELERÍA
ACADEMIA ANDALUZA DE GASTRONOMÍA
PARA cuando usted haya terminado este artículo –3 minutos–, una empresa de hostelería habrá cerrado en España. En las próximas 24 horas serán 344. Y hasta que finalice la pandemia, se estima que desaparecerán al menos 85.000 bares y restaurantes. Una cifra escalofriante que cambiará el mapa emocional de nuestra vida: la barra donde desayunamos, el restaurante preferido de la familia, el bar de copas en el que alguna vez desfasamos, la discoteca donde conocimos a nuestra pareja, el maravilloso hotel en el que disfrutamos de unas inolvidables vacaciones, han cerrado o están a punto de hacerlo.
A nosotros aún nos quedarán los recuerdos, pero a los dueños y a los trabajadores de esos negocios de hostelería, solo les quedará ruina y devastación.
Pese a que los datos cifran en un 3,5% el número de contagios en bares y restaurantes, autoridades y medios han conseguido trasmitirnos la idea de que la hostelería es el centro neurálgico de la pandemia. Un señalamiento no exento de ignorancia y menosprecio al sector por autoridades que son campeonas mundiales de incompetencia, ignorantes de lo que sector representa en la economía y el prestigio de España: el turismo convierte el destino en algo aspiracional para la vida del turista y genera ‘prestigio’ de marca para el país, eso es España para los 85 millones de turistas extranjeros y para los propios españoles que viajamos.
Según el famoso informe de KPMG 2019, nuestra economía depende globalmente en un 33% de todo el engranaje que es la gastronomía, incluyendo productores, agricultores, ganaderos, distribuidores, hosteleros y turismo.
La recuperación de la economía española, desde una caída 2020 estimada del -12%, sólo se podrá hacer con un rescate del sector, de los motores económicos que tenemos. No hay ningún motor económico nuevo que se pueda crear de la noche a la mañana, aunque si se puede trabajar en paralelo para complementar la creación de riqueza, pero ¡solo a medio o largo plazo!
Para dimensionar un orden de magnitud realista del rescate al sector, recordemos que el de la banca en 2012 ascendió a 100.000 millones de euros, todo lo demás serán ‘pájaros y flores’, eso sí muy digitales, y andar con paños calientes insuficientes para recuperar un órgano vital de nuestra economía.
¿Existe algún plan de trabajo para diseñar ese rescate? Me temo que no.