Diario de Jerez

“En un país tan distinto surgió un amor por el flamenco increíble”

David López nos acerca al Japón de hace 50 años y la llegada de los primeros artistas

- Fran Pereira

Desde hace décadas, Japón es para muchos artistas flamencos un lugar atractivo. Cuentan algunos de ellos que además de obtener una buena cantidad económica por giras concretas, disfrutan de una cultura y un trato admirable en muchos casos.

Pero este tránsito de ida y vuelta, porque en los últimos años la presencia de artistas japoneses en España y concretame­nte en Jerez también es fluida, ha querido ser rescatado, a modo de publicació­n, por el periodista David López Canales a través del libro ‘Un tablao en otro mundo’ (Alianza Editorial).

“Es un hecho que desde hace 50 años todos los f lamencos han tenido la oportunida­d de estar en Japón. Por es razón tenía ganas de recorrer todas esas experienci­as, porque no estaban contadas como tal y eran muy curiosas al ser un choque de mundos. Nada hacía preveer que en un país tan lejano y tan diferente como Japón se desatase ese amor por el flamenco”, asegura el autor.

Hasta ahora, los aficionado­s y amantes del f lamenco conocían, al menos de oídas, la historia contraria, es decir, de aquellos japoneses que en viajes interminab­les cruzaron toda Asia para llegar a España, casos del maestro Shoji Kojima, especialme­nte vinculado a Jerez y su Festival, y las bailaoras Yoko Matsubara y Yasuko Nagamine. Aunque su periplo “también lo cuento en el libro porque es llamativo cómo tres japoneses como ellos se plantan en la España de la dictadura y en un mundo tan cerrado como el del f lamenco para aprenderlo, algo que al final consiguen”.

En este libro el autor analiza ahora la perspectiv­a contraria y lo hace “sin profundiza­r en el f lamenco, porque no soy un experto en el flamenco ni tenía ganas de hacer algo muy académico. Yo quería que fuese un libro que lo pudiera leer cualquiera, el que le gusta el flamenco y el que no e incluso al que no le guste aprenda un poco. Quería un libro muy vivo y me he dedicado a entrevista­r a todos esos artistas que han pasado por esa experienci­a”.

“He intentado destacar no sólo a dónde iban sino de dónde venían, porque eran artistas que venían de la exclusión social y acaban en otro mundo ganándose la vida en un país desconocid­o”, añade.

Todo comienza “en una gira muy famosa que hace la compañía de Pilar López, donde está Antonio Gades, en el año 1960. Allí les ven bailar muchos japoneses, entre ellos Kojima y Matsubara, y quedan impactados. Aunque realmente el impacto mayor comienza a finales de los sesenta cuando empiezan a abrir los tablaos y es cuando se inicia el f lujo”.

En todo este recorrido por décadas, David López reconoce que lo que más le ha llamado la atención es “el limbo en el que se quedaron tanto los artistas españoles que fueron allí y se han quedado instalados, como los japoneses que vinieron aquí. Los españoles que se han quedado allí, siguen tratando de hacer su vida f lamenca con los españoles que hay allí dentro de ese Japón que no tiene nada que ver con esa vida f lamenca, y los japoneses, en cambio, que venían aquí, les cambiaba la vida literalmen­te, porque aprendían a expresarse, a emocionars­e, y luego, cuando volvían a Japón se les hacía muy duro, sentían que estaban en una cárcel en aquella sociedad tan reprimida. Por eso a veces volvían, pero luego en España no acababan de estar integrados porque no dejaban de ser los ‘chinos’, de ahí ese limbo en el que se han quedado ambos”.

Las historias de artistas españoles en Japón están cargadas de anécdotas y pequeños mitos que se han ido trasladand­o hasta nuestros días, como por ejemplo, cómo vendían guitarras a precio de oro o arena en un frasco diciendo que era de la plaza de la Maestranza o las Ventas. Sobre ello, López Canales admite que “son totalmente ciertas. Durante años se estafó a los japoneses. Había cosas que eran buenas, como por ejemplo las guitarras, que llegaban a venderlas por adelantado, es decir, se pactaba un precio cuatro o cinco veces más del real para cuando el artista se marchara. Pero claro, también estaba el engaño, producto de la situación que vivían en España. Por eso quizás los japoneses hoy día son muy recelosos y ahora son ellos los que aprietan a los f lamencos”.

El perfil del artista que viajaba hace cincuenta años “era de todo tipo. Por un lado estaban grandes figuras como Gades o Paco de Lucía que iban a otros espacios, pero a los tablaos iban artistas más humildes. Está claro que algunos, como el caso de Cristina Hoyos o Pepe Habichuela, se han convertido posteriorm­ente en figuras, pero la mayoría eran anónimos o desconocid­os para el público”.

En ese universo aparecen jerezanos como “Enrique Pantoja que vivió dos etapas, una con Gades y otra en los tablaos, Diego Vargas, que también acudió en muchas ocasiones a Japón, Vicente Soto, El Gómez de Jerez o incluso el caso de Álvaro Aguilar que se quedó instalado y murió allí”.

“Actualment­e se siguen yendo, pero claro, ya se van un mes o un mes y medio. Y algunos como el caso de Manuel Malena se han quedado allí”.

Durante años se estafó a los japoneses, que llegaban a pagar tres o cuatro veces el precio de cualquier cosa”

 ??  ?? Debut en el tablao sevillano de Los Gallos de la bailaora Yoko Komatsubar­a en los años 60.
Debut en el tablao sevillano de Los Gallos de la bailaora Yoko Komatsubar­a en los años 60.
 ??  ?? Los jerezanos Rocío Romero y Manuel Malena, a la derecha, asentados actualment­e en Japón.
Los jerezanos Rocío Romero y Manuel Malena, a la derecha, asentados actualment­e en Japón.

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