El valor educativo de las réplicas
Cuando se cumplen veinte años de la destrucción por los talibanes de las estatuas de Buda de Bamian, en Afganistán, en 2001, instituciones culturales como la Unesco se plantean la elaboración de réplicas de esas obras destruidas por el fanatismo. El objetivo es que esas impresionantes creaciones de la humanidad no se pierdan en el olvido para las generaciones futuras. Por intermediación de una copia al menos no se borra del todo la historia.
El visitante de un Museo ha viajado a veces miles de kilómetros para contemplar una obra original arqueológica o artística, que conoce indirectamente por reproducciones fotográficas o imágenes documentales. Tratándose de objetos icónicos, el visitante quiere no solo ver la pieza original, sino saberse en su proximidad, ocupar el mismo espacio y, si fuera posible, entrar en contacto con ella dejando el testimonio del encuentro mediante una fotografía, esas sensaciones, difícilmente se pueden conseguir al contemplar una réplica del original.
Sin embargo, además de mostrar las piezas, las instituciones museísticas tienen otras funciones que incluyen su conservación física, la prevención de cualquier posible daño, y la difusión de los valores que representan. Las réplicas cumplen una misión importante como garantía de conservación de piezas especialmente vulnerables, cuya exposición puede entrañar riesgos para su integridad. Como ejemplo citar el caso del Relieve Inglés del siglo XV realizado en alabastro que estaba en la fachada del Asilo de San José en la calle Taxdirt. Esta valiosa pieza fue reemplazada por una copia exacta ya que estaba en una situación en la que corría un serio peligro de ser dañada o sustraída. El original fue traído al Museo para su restauración y puede ser contemplado en la exposición en perfecto estado de conservación.
Las réplicas también son muy útiles como material didáctico en los talleres educativos ya que se pueden manipular y resultan unas excelentes herramientas para explicar la evolución de las producciones del ingenio humano, sean obras artísticas o simples artefactos prácticos, y para ilustrar la propia historia de una sociedad.
Intercambios con otras instituciones, usos científicos, de investigación o meramente comerciales, justifican igualmente la producción de réplicas. Y no menos importante, las réplicas facilitan el disfrute de la visita al museo por parte de las personas invidentes.
Por último, me gustaría comentar que en el Museo hemos reunidos todas las réplicas realizadas a lo largo de nuestros años de funcionamiento para crear una pequeña exposición, que de forma itinerante, recorra nuestro municipio, tanto ELAS, barriadas urbanas y rurales como centros educativos, se llamará ‘El Museo a domicilio’. Está formada por las piezas mas significativas de nuestra colección, desde el Casco griego a los retratos romanos o los ídolos cilíndricos. Pretendemos con ello además de la difusión de nuestro patrimonio, histórico y cultural, que sea una carta de presentación del Museo y un acicate para que la ciudadanía venga a visitarlo y conocerlo.