La Gestapo municipal

Cuantas personas que de jóvenes luchamos, inclusive sufrimos, defendiendo nuestras deseadas libertades, estábamos convencidos de que cuando los nuestros llegasen a gobernar España gozaríamos de la justicia social que tanto anhelábamos, cada día nos encontramos más profundamente defraudados. En nuestras continuas pesadillas de los años pasados aparecen las continuas represiones que la humanidad había sufrido intentando defender, incluso con sus vidas, unas soñadas libertades.

Cuando creíamos que se habían conseguido tan deseadas libertades, se vienen observando actitudes y comportamientos de muchos gobernantes que hacen recordar las muchas represiones que se dieron en Europa en el pasado siglo y observamos que se vuelve a poner en vigencia la penosa frase “estás conmigo o estás contra mí”.

Por estos motivos, en mis pesadillas aparecen las tenebrosas imágenes de los miembros de la Gestapo que de nuevo llegan a cumplir con la misión de acabar con todos aquellos que entienden son peligrosos para los intereses de los gobernadores vigentes.

Los miembros de esta nueva Gestapo no llevan cráneos en sus gorras ni usan gabardinas negras, ni colocan las estrellas amarillas a los que tienen como sus enemigos, el sistema sibilino que emplean para exterminarlos es amenazar a través de un sicario a quien tiene comprado con dinero público, que perderán esas dádivas si ayudan laboral y profesionalmente a los que ellos tienen señalados como enemigos.

Antiguamente a estos enemigos los condenaban a destierro, en la actualidad estos verdugos usan otros medios para asfixiarlos y causarles sus muertes profesionalmente y, por tanto, económicamente.

He llegado a la conclusión de que estos políticos son los que no escarmientan por cabeza ajena y olvidan que cuando pierden el poder también serán sometidos a un juicio parecido al de Núremberg (en las próximas elecciones) y sufrirán como castigo las pérdidas de votos.

Entonces se verán obligados a exiliarse, eso sí, con algunas perritas en los bolsillos, pero jamás se les verá pasear por la calle Larga.

La venganza es un plato que se toma frío, ese que tomarán muchas personas después de las elecciones. Tiempo al tiempo. Juan Fernández Ortiz (Jerez)