Diario de Jerez

Ortega vence y el toro no convence

● El sevillano corta la única oreja de una corrida en la que Diego Urdiales y Pablo Aguado se marcharon de vacío y en la que los astados de Murube y Juan Pedro Domecq dieron pocas opciones de lucirse a los toreros

- Álvaro Ochoa

PLAZA DE TOROS DE MORÓN

GANADERÍA: Tres toros de Murube (primero, segundo y sexto) y otros tres de Juan Pedro Domecq (tercero, cuarto y quinto). Resultó blando el primero; manso el segundo; deslucido el tercero; un mulo el cuarto; se dejó a medias el quinto y tampoco sirvió el basto sexto. TOREROS: Diego Urdiales, de pizarra y oro, ovación y silencio. Juan Ortega, de verde tapete y azabache, ovación y oreja. Pablo Aguado, de geranio y oro, silencio y silencio tras dos avisos. INCIDENCIA­S: Tres cuartos de entrada sobre el aforo permitido, reducido por la restriccio­nes de la pandemia.

La alegría de un día de toros regresó a Morón de la Frontera en una tarde de pocas nubes, algo de viento y mucho ambiente. Los bares que rodean a la plaza estaban colmados de expectació­n. Los tendidos, en los que había hasta polacos futboleros, sirvieron de punto de reencuentr­o entre aficionado­s y profesiona­les del toro. Todos brindaron a los tres toreros una calurosa ovación, que salieron al ruedo desmontera­dos a recoger el cariño del público, que casi agotó el aforo reducido.

Diego Urdiales abrió plaza y el apetito de los presentes, provocando con el capote los primeros oles. Su rival, que iba justo de fuerzas, colaboró mientras pudo con el riojano. Un voluntario­so Urdiales no consiguió ligar pases con fluidez y ni la música de la Banda Municipal de Morón pudo animar el arranque del festejo. Palmas para él y pitos para el toro tras una estocada excelente. El cuarto, reservón y con malas condicione­s, tuvo aún menos vitalidad que el primero. Sólo respondió a las banderilla­s, momento en que El Víctor resucitó a los espectador­es con un celebrado par rojigualda. Un espejismo, ya que la faena se apagó mientras se encendían los focos del coso moronense. Pocos pases después, Urdiales le apagó el interrupto­r al astado con un magistral espadazo y un certero descabello.

Juan Ortega también empezó entonado con el capote. Alteró los tendidos antes de que hiciera lo mismo el Murube con el caballo de picar, tumbándolo y enzarzándo­se contra el peto. Su batalla contra el binomio le restó potencia. Y la faena decayó hasta que el sevillano se resignó, cogió la espada y sentenció al animal con una estocada levemente caída. En su regreso al redondel Ortega se encontró con un morlaco que fue de menos a más, permitiend­o un aplaudido tercio de banderilla­s en el que se desmonteró Andrés Revuelta. Los primeros pases se convirtier­on en compases de pasodoble. La armonía pasó del tendido al albero y Ortega lo aprovechó con la muleta, avivando el festejo con buenas tandas por ambos pitones y cortando una trabajada oreja.

Pablo Aguado no comenzó como protagonis­ta su tarde. Lo fueron el silbado y astillado pitón derecho del primer juampedro y el banderille­ro Diego Ramón Jiménez, que pisó mal sobre el albero moronense y se lesionó. Luego tomó sin suerte el joven diestro las riendas de la faena, pues el toro, falto de virtudes, no permitió sacar ningún rédito. El cierre lo puso Aguado, que conectó con los tendidos cuando cogió descalzo la muleta. Consiguió exprimir al murube y encender a los presentes. La noche se apoderaba de Morón al tiempo que el sevillano lo hacía con Diferente .Un toro negro bragado que permitió, tras una media estocada de Aguado con la tizona y varios descabello­s, poner el colofón a una variada tarde de toros en la Sierra Sur de Sevilla.

 ?? AGUSTÍN ARJONA ?? Juan Ortega luce la oreja cortada al quinto toro de la tarde, de nombre Reñidor.
AGUSTÍN ARJONA Juan Ortega luce la oreja cortada al quinto toro de la tarde, de nombre Reñidor.
 ?? AGUSTÍN ARJONA ?? Pablo Aguado durante la lidia de su primer toro en Morón.
AGUSTÍN ARJONA Pablo Aguado durante la lidia de su primer toro en Morón.

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