La balanza de la vida y la educación
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En esta vida todo es cuestión de equilibrio. No sirven las imposiciones absolutistas, ni tampoco sirve que pretendamos llevar la razón sí o sí y que las cosas sean como nosotros siempre pensamos que son. Esto es una constante en todos los aspectos de la vida: en la educación, en la familia, con las amistades, en los trabajos, en el tiempo de ocio, con los hijos, con las parejas, etcétera.
Siempre tiene que haber una negociación en la cual todas las partes deben estar dispuestas a ceder, si no todo sale regular, mal o fatal debido a la imposición mayor o total de una de las partes, sin dar lugar a diálogo alguno o a consensuar de manera democrática. Este comportamiento desafortunadamente también está presente en el ámbito de la política, que si se basara más en el diálogo, la escucha y la predisposición a ceder por el bien de todos otro gallo nos cantaría.
Volviendo al asunto principal que abordamos: si yo siempre gano y tú siempre pierdes, ¿qué motivación tienes tú? Por ello consideramos que lo justo es tratar siempre de equilibrar la balanza de la vida para que todas las partes queden contentas.
Es lo que la política empresarial norteamericana llama el win to win, o sea todos participamos y todos ganamos. Si todos ganamos, todos estamos felices y querremos volver a participar, ya sea en unas vacaciones, en un trabajo o en cualquier otro momento de la vida.
Pues bien, hoy en día brilla por su ausencia y está demasiado generalizada en la sociedad moderna y democrática la ausencia de diálogo y la falta de equilibrio en la balanza. Si no, preguntemos a los empleados de muchas empresas si están de acuerdo con sus condiciones de trabajo, a muchos padres o madres de familia si pueden sacar adelante su casa y a muchos jubilados pensionistas con una cuantía escasa si puede sobrevivir de una manera digna en los tiempos que corren.
Al final todo tiene mucho que ver con la educación que recibimos desde muy pequeñitos y es una grandísima realidad que muchos ignoran o simplemente obvian.
Jesús Miguel Relinque Mota (profesor de instituto) y María Alfaro Nieto (administrativa) (Málaga).
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