Tensa calma en China tras un fin de semana de protestas inéditas
● La oleada de manifestaciones se salda con un número indeterminado de detenidos, entre ellos dos corresponsales occidentales
China amaneció ayer con resaca de la oleada de protestas que sacudió el fin de semana las principales ciudades del país en contra de la política de cero Covid y en las que resultaron detenidos un número indeterminado de personas y al menos dos corresponsales de medios occidentales.
La indignación por la muerte de 10 personas en un edificio aparentemente confinado de la ciudad de Urumqi (noroeste) se transformó el domingo en vigilias y protestas inéditas en numerosas partes del país, como Pekín o la megalópolis de Shanghái.
Algunas grabaciones mostraron cómo cientos de personas marchaban por las calles de diferentes ciudades mientras mostraban hojas de papel en blanco que representaban su oposición a la censura.
Los manifestantes cantaron “Los que os negáis a ser esclavos, alzaos” –una estrofa del himno nacional chino– o La Internacional, gritando: “Queremos libertad”, “no queremos hacernos pruebas PCR” o “que les follen a los códigos QR”, en referencia a la obligación de escanear con una aplicación móvil los códigos QR sanitarios a la entrada de cualquier establecimiento o incluso en parques para que, cuando las autoridades detecten un contagio, puedan determinar quién ha tenido contacto con esa persona en cada momento.
“Fue razonable, inspiradora y se desarrolló con calma”, comentó ayer una pequinesa que acudió la noche del domingo al río Liangma, donde tuvo lugar la protesta capitalina.
En algunas de las ciudades, grupos de personas llegaron a gritar “Abajo el Partido Comunista, abajo Xi Jinping (el presidente chino)”, una muestra pública poco habitual de desaprobación sobre las políticas del líder del país.
“Pensemos lo que pensemos del Gobierno, no estamos pidiendo el caos o una ausencia de orden. Queremos una reforma interna, pero no parece posible. Estamos desesperados”, comentó otro pequinés que, como muchas personas ahora en China, se mantienen a la expectativa de si las protestas continuarán o si sus voces serán escuchadas.
Las protestas del domingo en Shanghái transcurrieron igualmente de manera mayormente pacífica, según testimonios en redes, aún así, algunos afirmaron que se produjeron algunas detenciones.
Entre ellas, la de un periodista de la cadena británica BBC, arrestado tras ser “golpeado y pateado” por agentes de la Policía china mientras grababa, denunció ayer el medio británico.
Al margen, la televisión pública suiza RTS también indicó en la madrugada de ayer que su corresponsal en Shanghái, Michael Peuker, fue “brevemente detenido” en la noche del domingo tras una conexión en la que él mismo había contado que estaba “rodeado por tres agentes de policía” mientras les hacía gestos pidiendo calma mientras estaba en directo.
En algunas ciudades, grupos de personas llegaron a gritar “abajo el Partido Comunista”